“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

lunes, 16 de agosto de 2021

Olimpiadas y emoción infantil *

 



Uno de mis primeros recuerdos infantiles se remite al año de 1980, concretamente al 3 de agosto,

estaba a punto de cumplir tres años. Obviamente no tenía noción de que fuera 3 de agosto, ni de que me

faltara una semana para cumplir años, tampoco sabía que ese día le habían entregado a mis papás mi

primer pasaporte. En agosto de 1980 apenas sabía hablar, mi mamá me dice que a los dos años empecé

a decir cosas. Ese día lo recuerdo perfectamente, porque el 3 de agosto de 1980 fue la Ceremonia de

Clausura de Juegos Olímpicos de Moscú, y un enorme Oso Misha salió volando del estadio olímpico.

Recuerdo perfectamente la tristeza que sentí cuando el Misha plástico gigante abandonaba el estadio,

sabía que algo se acababa, no entendía bien el qué, pero lo sabía.


Pero desde ese lejano 3 de agosto de 1980, las Olimpiadas me llenan de emoción, más bien, emociones,

porque son muchas y muy diferentes. Por ejemplo cuando veo la ceremonia inaugural tengo una

irremediable emoción infantil y me pongo a llorar, no lo puedo controlar. Cuando se acerca la Maratón

ya empiezo a sentir nostalgia y una enorme tristeza parecida a ver volar al osito Misha. Las Olimpiadas

de 1984, ya consciente de lo que eran unas olimpiadas, fueron muy emocionantes, y ni qué decir las de

Seúl, ya con once años. Las de Barcelona hicieron que idealizara a una ciudad hasta el punto de querer

aprender el idioma catalán, ese fue el inicio de mi interés por Cataluña.


No puedo describir la admiración que siento por los y las atletas que llegan a una Olimpiada, y ni qué

decir por quienes ganan una medalla, o por quienes logran hacerlo en varias justas. Llegar a una

Olimpiada no es poca cosa, es estar en la élite deportiva. No es cualquiera que lo logra. Por eso me ha

dado mucha rabia ver comentarios contra atletas costarricenses que llegaron a Tokyo pero no ganaron

medalla, hay que ser muy mezquino para lanzar insultos y tacharlos de mediocres. Quienes critican

desde la comodidad, y la impunidad, que les dan las redes, no tienen ni idea de lo bueno que hay que

ser para llegar hasta donde han llegados estos atletas. Y esto no es una oda al conformismo, es

reconocer que están entre los mejores del mundo, y para estar ahí hay que hacer mucho esfuerzo, hay

que tener muchísima disciplina, y fuerza de voluntad , sobre todo en un país en el que no hay

condiciones, en el que los recortes al presupuesto público son deporte nacional.


La mayoría de nuestros atletas no cuentan con los recursos económicos, ni con instalaciones adecuadas

en sus pueblos, y cuando las hay, no se las prestan. Cada cuatro años decimos lo mismo: “hay que

apoyarlos, es necesario que haya más recursos”. Cada cuatro años los políticos salen a felicitar a

nuestros atletas, para al mes siguiente proponer un nuevo recorte en los presupuestos nacionales. Este

año ha sido más evidente la hipocresía, diputados que impulsaron mociones para recortar el

presupuesto de cultura, deportes y educación, fueron los primero que cínicamente felicitaron a los

atletas. No sé cómo tienen cara para hacerlo. En redes, quienes apoyan las medidas de austeridad

presupuestaria curiosamente luego son quienes exigen resultados, y quienes ejecutan los recortes son

los primeros en felicitar. No sé muy bien cómo llamarle a esto. Y es una pena, porque normalmente,

además de reclamar la austeridad y destruir lo público, son también quienes luego se rasgan las

vestiduras porque la "juventud está perdida" y son también quienes piden mano dura, y quieren las

cárceles llenas, que claramente es más caro que invertir en educación y deporte.


Yo creo que este país tiene mucho talento, y si a ese talento le diéramos los recursos que necesitan

podríamos tener mejores resultados, pero sobre todo un país mejor. Lo que se necesita es sensatez,

visión a largo plazo, porque recursos hay (aunque nos digan que no). Como país deberíamos tomar una

decisión de lo que queremos, y deberíamos hacerlo sin dogmatismos ideológicos. Debemos decidir qué

queremos realmente, cuál es la vía. Porque si queremos que nuestros atletas representen a nuestro país,

que compitan, hay que invertir en ello, para eso hay que dejar de lado las "decisiones austericidas", y

reforzar seriamente el programa de Juegos Nacionales, formar y contratar entrenadores de calidad,

fortalecer (dotando de infraestructura) la educación física en las escuelas y colegios, visibilizando y

financiando deportes más allá del fútbol, y porqué no, creando liceos deportivos en todas las

provincias. Todo eso se podría hacer si hubiese voluntad, orden, planificación, y sobre todo, si

políticos, funcionarios y empresarios dejan de robar.


De aquel lejano 3 de agosto de 1980 ya solo me queda ese recuerdo del osito Misha volando en los

cielos de Moscú, pero esa emoción infantil por las olimpiadas la sigo sintiendo, estoy seguro que

muchas personas también la sienten, y creo que habrá muchas que consideran que vale la pena hacer un

esfuerzo colectivo para que nuestros niños y jóvenes hagan deporte, y sobre todo sueñen como alguna

vez lo hicimos nosotros.


*Texto escrito originalmente para Good Food en https://goodfoodcr.com/blog/2021/08/13/playlist-olimpiadas-y-emocion-infantil/ 

miércoles, 11 de agosto de 2021

44

No recuerdo exactamente el contexto -pero debería tener como mucho unos veintitantos años, era aún joven y hermoso, no habían caído las Torres Gemelas, todavía no existía Youtube, y tener teléfono celular era algo raro-, pero en una de esas largas y frecuentes noches de fiesta en la casa de algún amigo, por alguna extraña razón vimos una noticia en la televisión, en la que un dirigente de la juventud del Partido Comunista de Cuba realizó alguna declaración contra el Imperialismo Yanqui y contra el Bloqueo. Pero lo que en realidad nos llamó la atención no fueron tanto sus declaraciones, si no la apariencia nada juvenil del susodicho dirigente, recuerdo que comentamos entre risas que para que alguien que claramente debía superar los cuarenta fuera considerado joven había que estar rodeado de vejestorios. 

Ahora que las fiestas se han hecho menos frecuentes y las noches más cortas (no sólo por la restricción), me pregunto qué es exactamente eso de sentirse joven o viejo. Y pensaba que si sentirse viejo tiene que ver con decir en clases "en aquella época"; o por ejemplo decir "¿se acuerdan cuando en el 95 la huelga de maestros...?", o "... cuando en el Combo del ICE...", y que de repente alguien diga: "profe, yo no había nacido"; o que cuando estudiantes me preguntan la edad y me dicen "ah un par años más que mi papá"; o con acordarse perfectamente del lanzamiento de Nevermind de Nirvana o Ten de Pearl Jam; o si tendrá que ver con ya no poder hacer las mismas cosas que hacía antes en un cancha de fútbol o lesionarse en cada mejenga; no sé, se me ocurre que tal vez eso de sentirse viejo podría tener que ver con que muchos de mis amigos ya no se casan, se separan, y que sus hijos ya son adolescentes. Podría poner cientos de ejemplos de este tipo. Y la pregunta que me hago es en qué momento pasó todo eso, vuelvo a ver para atrás y es impresionante todo lo que he vivido, las cosas que he pasado, y que ha pasado mi familia. A estas alturas hay cosas que ya no puedo, ni debería, hacer, y aunque es muy probable que hace rato pasé la mitad de mi vida, me siento aún muy completo, a pesar de que me faltan pedazos (muy importantes) y estoy un poco roto. Han sido duros los últimos años, pero paradójicamente también han tenido algo de hermosos. La vida ha dado giros impensables, lindos, a pesar del dolor. 

Cada vez que ha habido un conflicto social, una disputa política, que me ubico en la disidencia, no ha faltado quien me ha dicho que madure, que me salga de la burbuja, que acepte el mundo tal cual es.  Hace un par de décadas esos mismos me dijeron que cuando tuviera cuarenta ya pensaría distinto. Pero no, sus vaticinios fallaron, y seguiré de ese lado, en la disidencia. No soy como ellos, no me convertí en ese señor conservador, no reniego de lo que creí en mi juventud, sigo pensando que son necesarios cambios radicales, lo pienso aún más que antes, sigo sosteniendo lo que pensaba, lo que he escrito en este blog a los largo de estos años, aunque tal vez ya no tenga la misma fuerza, aunque sea algo más pesimista. Creo eso es la fuente de la eterna juventud, algo que entendí leyendo a Mario Bendetti.
 
Así que nada, salud. 

miércoles, 2 de junio de 2021

Las primarias del PLN

Este domingo es la Convención para elegir el candidato presidencial del Partido Liberación Nacional, y en redes hay alguna gente que plantea que hay que ir a votar contra José María Figueres. No estoy de acuerdo. Si usted es de esas personas que cree que hay que ir a votar el domingo, acá le voy a dar cinco razones para no hacerlo.

Primero. Porque yendo a votar el domingo usted da la adhesión al PLN. Cierto no obliga a votarles posteriormente, pero infla de forma artificial su cantidad de partidarios. Por otro lado, dar la adhesión al PLN en alguna medida significa avalar sus propuestas. Puede que para las personas más jóvenes (sí, sueno como un abuelito) dar la adhesión, o sea, inscribirse como militante en un partido político no signifique nada, pero en términos del partido y su proyección sí significa algo, porque ese partido (no lo dude) enviará un mensaje político y va a decir que usted, y no sé cuántos más, ahora son militantes del partido, van a decir que el partido creció, y que la democracia, y no sé qué más. Sí gracias a su voto. 

Dos. Si uno no es militante ni simpatizante del partido, no tiene ningún sentido presentarse a votar en primarias de ese partido. 

Tercero, esas primarias son una farsa democrática. Lo voy a poner en términos futboleros, es exactamente como elegir al "jugador Rexona del partido", una elección entre dos opciones que previamente definieron los comentaristas que se pusieron de acuerdo, además de un canal que tiene señal por circuito cerrado. Pero en el caso del PLN es peor aún, porque los cinco señores que se proponen como candidatos son aquellos que pueden pagar nada más y nada menos que veintinueve millones de colones. Dicho de otra forma, es precadidato quien puede pagarlo. Así que esos cinco señores que proponen su nombre para ser candidatos son los que han podido comprar su precandidatura, el PLN ya de entrada impide que cualquiera presente su nombre como precandidato, pero eso sí, luego nos dice que podemos participar de la democracia del partido, como quien dice vaya "eliga al jugador rexona", e igual que en el canal de televisión de circuito cerrado, la elección viene condicionada ya de entrada. Así que si participa, sepa que está avalando con su adhesión y su nueva simpatía la "democracia" del que puede comprarse su precandidatura. 

Cuarto. Votar contra Figueres. Supongamos que sí, que hay que votar contra Figueres, evitar que sea el candidato. Sí está bien, si los puntos uno, dos y tres no lo han convencido; piénselo un poco, okey, vota contra Figueres, yo le pregunto: ¿a quién sí le va a votar? ¿al candidato machista? ¿al viejillo chocho que dice que hay que tomar cloro para curarse del covid? ¿al rabioso antisindical? ¿al que ha aprobado el plan fiscal? ¿al que no se ha pronunciado contra la penetración del narco en su partido? ¿al que no le ha incomodado la alianza con los partidos fundamentalistas evangélicos? ¿al que abandonó la socialdemocracia y está abrazado ferozmente al neoliberalismo? ¿al que aprueba la ley de empleo público? ¿al que no ha dicho nada contra esa aberración de objeción conciencia en la ley de empleo público? ¿al que está a favor de la explotación piñera? ¿al que apoyó la ley de pesca de arrastre? ¿al que cada vez que se le acaban los argumentos grita "¡Venezuela, Venezuela, Venezuela!"? ¿al que no tiene otro plan más que convertir al país en una gran zona franca? ¿al aprobó los recortes en educación? Usted me dirá si distingue quién es quién. Porque en en realidad no se sabe cuál candidato es peor. Es imposible distinguir quién es el menos mal, cuál es el mal menor. Todos y cada uno de ellos son parte de ese "consenso neoliberal". Pero claro, ¡hay que votar Figueres! Si usted vota, sepa que está refrendando a un candidato neoliberal, ciertamente hay matices, pero recordemos aquello de Roque Dalton: "No olvides nunca/ que los menos fascistas/ de entre los fascistas / también son/ fascistas". (En Poemas clandestinos; 1975)

Quinto. Estamos en medio de una pandemia, en serio ¿quiere arriesgarse a contagiarse para participar en un proceso "elitista" de un partido neoliberal, corrupto y penetrado por el narco? ¿su vida vale tan poquito?

Y bien, ya si nada de esto logró disuadirlo, es que tal vez usted tiene un problema serio y con ideas suicidas, o tal vez sea algo mucho más oscuro: ¡que usted en el fondo es liberacionista!. Nada más que decir. 

miércoles, 21 de abril de 2021

Sobre la fallida SuperLiga

Hace casi siete años me llamaron de Canal 15 de la UCR para hablar del Mundial de 2014 (no sé porqué a mí, pero fui). En el programa Materia Gris dije varias cosas, una de ellas relacionada con la inflación de los traspasos de los jugadores de fútbol. Critiqué que un jugador de fútbol ganara decenas de millones de euros, me parecía obsceno (ahora más), sobre todo porque se trata de un oficio que, si vemos con cuidado, es relativamente inútil, es entretenimiento. 

Sostuve que había otros trabajos, otras labores, que eran socialmente útiles y mal pagadas, puse como ejemplo los trabajadores recolectores de basura, sin ninguna duda un trabajo socialmente útil. La diferencia salarial entre ambos oficios es abismal. Se dirá que los jugadores de fútbol son profesionales, que son los mejores, ¿Y? Qué más da, se trata de un juego, y cierto que es un trabajo para el futbolista, y debería ser bien remunerado, que deberían poder vivir bien lo que dura su corta carrera deportiva, y luego como cualquier mortal en plenitud de condiciones trabajar en algo que les permita vivir decentemente. Pero no se justifica que alguien que juega al fútbol, como mucho 15 años, luego viva de sus rentas como un rey. Este comentario valió para que la Extra me dedicara un par de párrafos diciendo que yo proponía que los jugadores de fútbol debían ganar como recolectores de basura, yo no dije eso, pero no sería una mala idea. 

En ese mismo programa puse un ejemplo concreto, el de Cristiano Ronaldo que fue fichado por el Real Madrid en 2009, en plena crisis económica. España empezaba a vivir los estragos de una profunda crisis que llegó a tener al 25% de la población económicamente activa en el paro (casi 5 millones de personas, digamos que casi la totalidad de la población costarricense para que nos hagamos una idea), el 50% de los jóvenes llegó a estar desempleado. Y fue justo en ese contexto cuando se anunciaron los fichajes de Kaká y Cristiano Ronaldo por 65 y 94 millones de euros, respectivamente. ¿Quiénes financiaron? Pues dos bancos Caja Madrid y el Banco Santander. Más de 150 millones de euros en plena crisis. A Florentino Pérez le pareció una buena idea, porque el negocio iba pujante, mientras había millones de desempleados y se recortaba lo público. Cristiano pasaría a ganar más dinero del que yo podría imaginar, no cabe tantos ceros en mi calculadora. Más modestamente Keylor Navas también se hizo millonario en 2014 con su traspaso al Real Madrid, pero claro, Keylor lo hizo gracias al señor. Total, ya fuera uno u otro, ganaban más al año que lo que significa el presupuesto de una Municipalidad como la de Curridabat. Creo que eso nos da una idea de la disparidad salarial entre un trabajador del deporte/entretenimiento de élite, y un trabajador público con una labor esencial para la sociedad. 

Traigo a memoria esto porque me he indignado con el anuncio de la SuperLiga, impulsada por Florentino Pérez y otros once presidentes o dueños de clubes millonarios de Europa, digamos la oligarquía del fútbol. Vi parte de las explicaciones de Pérez en un programa español de chismes y falsos debates sobre fútbol. Yo pensaba que ya a estas alturas y tras ver lo que hemos visto con las crisis económicas y con la crisis sanitaria ya no se diría más, pero Pérez lo dijo. Apeló a la teoría del derrame, hasta la gesticuló. No se sonrojó mientras nos insultaba a todos, mientras nos pegaba una bofetada. La salida de la crisis se saldó con recortes brutales a lo público, con carga fiscal a los trabajadores y los evasores intactos, los ricos se han hecho más ricos, son los ganadores de la crisis. Los bancos, por cierto, fueron rescatados. Y Florentino lo que nos dice es que los ricos deben hacerse más ricos para que el resto nos beneficiemos con sus migajas. Esa teoría del derrame, es tan sólo una justificación absurda, pero lamentablemente alguna gente se la cree a pesar de ser una farsa. Así que uno de los principales argumentos de Pérez para justificar el separatismo elitista de unos clubes es una ficción capitalista para justificar la desigualdad. 

Pero si eso no fuera poco, Pérez tira un poco más: "estamos arruinados", dice que fue la pandemia, no los salarios obscenos, no la voracidad empresarial y comercial. Como si ese nivel de gastos se pudiera sostener de manera infinita, como si las ganancias fueran siempre infinitas. Como si el planeta fuera infinito, perdón, ya me puse a hablar de capitalismo, volvamos al fútbol. Pérez nos dice que debemos creer que la salida no es revisar los costos desmedidos de planillas, no, para salir de la "ruina" la lógica es "privatizar", hacer aún más espectáculo el fútbol, comercializarlo hasta el infinito. La lógica del capital totalmente desnuda. Son la oligarquía del fútbol que cree que pueden hacer lo que les da la gana, ya hasta ahora han podido, por que la UEFA ahora va de adalid de la solidaridad, pero han hecho que todos estos clubes oligarcas sean lo que son ahora, son cómplices, porque son también una mafia, igual que la FIFA. Son unos cínicos al apelar a la solidaridad. 




Yo me quedo con lo que ha dicho Bielsa sobre laya fallida SuperLiga: "El problema fundamental es que los ricos siempre aspiran a ser más poderosos sin considerar las consecuencias que eso produce sobre el resto, luego, cuando aumentan el poderío, van reclamando privilegios proporcionales a la debilidad de los que quedan por debajo y a la fortaleza de los que se vuelven más ricos, más poderosos. Pero, yo creo que esto no debería sorprender, porque esto no sucede de un día para el otro, sino que hay un montón de estructuras que le ponen límites a la desigualdad, se han ido flexibilizando y concediendo, y llega un momento en que sucede lo que es inevitable".