“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

jueves, 29 de agosto de 2013

Apunte Mendocino... Las JEC

Mendoza, Argentina

Iniciaron las Jornadas de Economía Crítica en Mendoza. Al día de hoy según comentaron  los compañeros del grupo organizador, asistieron cerca de 800 personas, son varias las mesas y simposios que se realizan al miso tiempo y hay que escoger a qué ir, eso está muy bien, pero hay cosas muy tuanis que uno se perderá necesariamente, así pasa. Muchas cosas, muchos temas, muy interesante y buenas discusiones, mucha apertura a la discusión.

La carrera de economía en la Universidad de Cuyo, al parecer es tan conservadora y neoclásica como la UCR, y las Jornadas rompen con la monotonía de los que creen que la economía es una ciencia en sí misma, y exacta. Eso se me hace conocido.

Hoy por cierto pasó algo que me asombró. Como hubo una descoordinación con lo del aula en la que estábamos, eso pasa. Pero lo que no pasa es que un tipo, flaco, alto, con faja llena de lentejuelas, aretes brillantes en ambas orejas, llegue a decirnos que tenemos que pasarnos al aula de la par porque un profesor quiere su aula. Interrumpe la exposición buenísima de un tal Ariel Slipak, un connotado economista economista bonaerense, que se cabreó (con toda la razón), una brasileña lo reputeó y le dijo que era una falta de respeto, que ella venía desde muy lejos, la gente empezó a decirle cosas, y a Daniel Cerdas y a mí casi se nos sale el Centroamericano. Pero estábamos asombrados de semejante exabrupto, además el tipo parecía disfrutarlo. Finalmente se fue y nos quedamos en el aula.

Luego me fui a una exposición sobre el proceso venezolano, que resultó ser un decálogo del discurso oficial del gobierno venezolano, poco crítico la verdad, esperaba más, aunquAñadir leyendae los chicos que expusieron era apenas unos "pendejos" o "pibes" como dicen por acá. El cierre de hoy fue mucho más interesante. Se trataba de una discusión sobre la Megaminería, que acá es todo un tema. En torno al gobierno hay posiciones más que encontradas, el país está realmente dividido, y hay en las comunidades resistencia a los grandes proyectos. No entiendo cómo el gobierno argentino se come la bronca por lo de YPF y le cede a la Chevron contratos secretos para una cosa que llaman "fracking" que es explotación de hidrocarburos a mucha profundidad rompiendo las rocas bases, lo hacen con agua a presión y con químicos, mientras en algunas regiones falta el agua, los daños ambientales puede ser mayúsculos. Además el nivel de incoherencia es monumental sobretodo si se considera que Chevron acaba de ser condenada por la justicia ecuatoriana por severos daños socioambientales. La exposición entonces contenía muchísimos datos y una profunda reflexión en torno a la sociedad de consumo. Interesantísimo.

Al final de la noche me fui con la gente a un hostal donde venden pizza con una tarifa básica, o sea, un paga 30 pesos y se come toda la pizza que pueda, claro éramos un montón así que la pizza llegaba con espacios de tiempo considerables. Como siempre salió el fútbol como tema, y un chico mendocino que la va a River se puso fanático y otro que le va a Boca también, la discusión era demasiado chistosa por lo irracional.

Y para cerrar la noche. Me trajeron donde la Betty, que noestaba andaba en un fiesta, pero que me había dejado sus llaves. Unas llaves bien extrañas, sólo acá las he visto, lindas las llaves de verdad. El Caso es que cuando intento abrir una de las tres cerraduras no puedo abrir. Y al cabo de unos quince minutos de no poder abrir ya me empiezo a desesperar y cabrear, oigo que sube alguien como al sexto piso (estoy en le quinto) y no, era en el sétimo. Me acerco a las chavalas para pedirles ayuda, y la chica cuando me ve pega un grito y se esconde tras las puerta (no era para menos, yo con esta pinta) al cabo de un rato logro tranquilizarle y explicarle mi precaria situación. Accede a ayudarme, y ella tampoco podía abrir la puerta, lo que hizo que me sintiera menos inútil y tercer mundista, hasta que por fin logró abrir. Un huevo abrir la puerta aquí, yo ya me imaginaba durmiendo tirado en la entrada del aparta muriéndome de frío, porque hace frío aquí, sobretodo de noche.

Lindas las pinches llaves, pero no pude abrir la puerta.


Mendoza es un lugar muy seco, nada que ver con nuestra humedad tropical, y ese sequedad me está pasando la factura, me siento todo el día deshidratado, la nariz absolutamente seca y duele un poco. No tenía idea de que se sentía así, y no es por la altura porque Mendoza no está muy alto.

Estoy agotado, es alucinante este lugar, les contaré algo de la ciudad apenas pueda verla, jeje, he estado hoy muy metido en las Jornadas. Pero lo que he visto de este lugar es muy lindo, un lugar muy tranquilo...