“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

martes, 7 de octubre de 2014

Apenas un par de reacciones de la marcha y discusión sobre el presupuesto

Un apunte muy breve, hago una pausa de esta jornada nocturna de estudio. He visto muchas tonteras en redes sobre la marcha de hoy y el tema del presupuesto universitario. Comento sólo un par.

La primera cosa. Alguien dijo, a raíz del apoyo de "Luisgui" a la marcha con el tijeretazo a los presupuestos universitario, que el "... presidente debería ser neutral". Decir que el presidente debe ser neutral es no entender nada de política, ¡pero nada! Es claro que el presidente tiene una posición, se supone que para eso es electo, para direccionar el país en una determinada línea ideológica y política. Lo que pasa es que normalmente eso no se hace evidente, porque en campaña parece que tener
ideología es un delito. Pero además, en la posición complicada del gobierno queda más. O sea, ¿cuáles son los apoyos del gobierno? Claramente su fracción legislativa es un desastre que está partida en dos o tres, no cuenta con los empresarios, tampoco con las empresas de comunicación, tampoco parece contar con su partido, y tampoco cuenta el apoyo de los movimientos sociales. Cierto que una amplia mayoría lo apoyó en la segunda ronda, pero no necesariamente eso se traduce en un apoyo a su gestión, podría pero para ello hay que dar señales claras de querer cambiar. Hasta el momento no había hecho esas señales. Por eso es tan grande el error del PLN apoyando la moción tijera del Ottón Solís, porque le dio oxígeno y le marcó a "Luisgui" un camino, el del apoyo popular a su gestión. El discurso, que nadie escuchó porque fue abucheado, de Morales Zapata apuntaba a eso. Ya veremos si "Luisgui" reacciona y se apoya en los sectores populares o cede a las presiones de los neoliberales.

La segunda cosa es el debate en torno a la Universidad Pública. Sólo comentaré un aspecto, de los muchos  - tonterías en muchos casos - que se han dicho. Algunos dicen que las Universidades Públicas deberían cobrar más caro a quienes pueden pagar, o sea, a los que vienen de colegios privados. Eso supondría que todos los que provienen de colegios privados tienen dinero, y no es cierto. Yo provengo de un colegio semi-privado (en aquella época, ahora es privado) en el que tenía beca, y luego tuve beca también en la UCR, por eso pude estudiar, mi familia atravesaba un situación muy complicada. Pero aún suponiendo que todos los que provienen de colegios tuvieran dinero, la solución no estaría ahí. Porque igual habría una estructura injusta. Me explico. Las Universidades Públicas son un emprendimiento colectivo, es decir, cumplen una función social y esa función social es la que amerita que entre todos la financiemos pagando nuestros impuestos. El problema entonces está que en que la estructura fiscal de nuestro país es regresiva y el peso de los impuestos no recae en todos de acuerdo a sus ingresos. O sea que si realmente queremos que los ricos paguen la Universidad Pública de acuerdo a sus posibilidades económicas resulta inútil cobrar un alto arancel porque nunca será suficiente. La solución consistiría en que los ricos paguen un impuesto directo, es decir, proporcional a su riqueza, y ahí sí que financiarían de una forma más directa y sustantiva a la Educación Pública, no habría ni siquiera necesidad de cobrar un arancel, porque ya lo habrían pagado. Lo que sí habría que financiar es la beca (una beca que de verdad que cubra la necesidades de los estudiantes más necesitados). La Educación Pública no es gratuita, ni aún cuando el arancel de matrícula sea cero, hay un financiamiento colectivo, por eso es que se justifica una reforma fiscal progresiva. Lástima que "Luisgui", por puro populismo, renunció en campaña a una reforma fiscal que es necesaria.

Así que plantear la discusión en términos de aumentar los aranceles de matrícula únicamente conduce a la privatización, o como mínimo a hacer más restrictivo el ingreso y permanencia en las Universidades Públicas, la discusión de fondo es estructural y es en el financiamiento a través de impuestos directos a la riqueza.

Quedan muchas cosas más, luego comentaré otras, en particular lo dicho por Ottón Solís. Seguiré estudiando.