“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 6 de junio de 2012

La Reacción

Me siento realmente indignado con lo Justo Orozco. Tanto que no había logrado escribir nada al respecto. Creo que si lo hubiera escrito antes sería un apunte muy distinto, posiblemente lleno de ira, mezclada con indignación. Ahora, seguramente, será lleno de indignación, pero también pensando en para dónde va la cosa.

Es muy claro que la designación de Justo Orozco como presidente de la Comisión de Derechos Humanos es un verdadero insulto. No voy a agregar nada nuevo, se ha dicho mucho, y muy bien además, desde distintos lugares.

Creo que todo esto se trata de la reacción del poder conservador a un pequeño "acto de rebelión", insignificante, y que dejaba intacta la estructura del poder, pero que podía cuajar en otra cosa, me refiero claramente a la fallida "Alianza por Costa Rica" (aquí no importa si nos gustaba o no la alianza, si era progresista o no - que claramente no lo era -, pero le quitó el control al PLN del directorio, y pudo haber demostrado capacidad de "gobierno").

No es ninguna ironía del destino, no es tampoco una burla, es sencillamente la reacción. Por eso, es que no es casual que el pastorcito se le haya asignado la presidencia de esa comisión, ni tampoco es casual que quien proponga al pastor haya sido el mafioso de Angulo. Es sencillamente una muestra de que el PLN tenía sangre en el ojo, y que su "venganza" tendrá alcances contra quienes intentaron, osaron, rebelarse, aunque haya sido un poquito, aunque la "rebelión" no significara gran cosa. La reacción tendrá la forma de una oleada de proyectos nefastos, y del entierro de los pocos proyectos progresistas que presentaron y defienden algunos diputados decentes.

Ceder el directorio legislativo  al PASE no importa si el control lo sigue teniendo el PLN, y al final de cuentas la agenda neoconservadora avanza igual que si tuvieran el directorio.

Lo que debería quedarnos muy claro de todo esto, es que existe, por mucho, una mayoría que es abiertamente conservadora y que le importan un carajo los intereses de las mayorías, y menos aún de la minorías. Es claro que el país gira a grandes (grandísimos) pasos hacia la derecha, pero que ese giro responde a una  matriz ideológica conservadora en nuestro país (de ese que llaman pueblo). Este es un país con sensibilidad conservadora, homofóbica, xenófoba y bastante hipócrita. Estos políticos, aunque no queramos aceptarlo, representan cabalmente a ese amplio sector de la población derechizado y conservador.

 Vivimos un momento en este país bastante complicado, peligroso diría yo, no hay nada que haga este gobierno que no esté podrido, todo son negocios, todo es corrupción tanto si se hace como si no se hace. Tenemos un gobierno corrupto, y sus tentáculos están entronizados en todas las instituciones (públicas y privadas, y de todo tipo, como la iglesia, la familia, los medios de comunicación, la pudrición es total), con una presidenta que no está en nada y que ni las ve pasar (y eso que pasan frente a ella, y también a la par, por encima y por debajo). En fin, un Estado en decadencia, a punto de ser fallido, como diría Jose Luis Vega Carballo.

A todos esos les convoca su conservadurismo, y claramente los buenos negocios. Pero, a nosotros ¿qué nos convoca? y supongo que más de uno o una responderá de inmediato que es lo que nos convoca, pero la pregunta de fondo es ¿porqué no hemos logrado generar cambios sustantivos en esa sensibilidad conservadora? ¿porqué no convocamos?

Porque ahí está la clave, no en las elecciones.Y lo de Justo Orozco, como muchas otras cosas se resolverá en la calle, no en las urnas. El tema es si habrá sensibilidad para ello, por el momento, la respuesta es contundente: NO. Espero equivocarme.