“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

lunes, 7 de octubre de 2013

El señor doctor

Hasta el viernes anterior el Dr. Rodolfo Hernández no había dicho nada en lo que iba de campaña, nada, absolutamente nada llegara siquiera a lo medianamente importante. Y no deja de ser irónico que la única vez que el Doctorcito dijo algo importante, sea precisamente el día que anuncia su retirada de la contienda electoral. Posiblemente eso ocurra porque desde el principio el "doctorcito" ha sido presa de su propia vanidad, egocentrismo y por el mesianismo del modelo médico, que claramente encarna. Hernández estaba, y está, atrapado en el círculo de una una mafia que quiso utilizarlo para resucitar a un cadáver.

Resulta muy evidente que el doctor es un proyecto de rescate y una pieza de Calderón y de esa estructura corrompida que es el PUSC, si el doctorcito no se había dado cuenta es realmente un tipo entre ingenuo e imbécil. Es también evidente que se ha estado jugando con el imaginario del "buen doctor" que ya había funcionado una vez con Pacheco, y si funcionó una vez ¿porqué no habría de funcionar nuevamente? Con La Nación S.A. haciéndole porras y con  ese sector empresarial peleado con la cúpula que gobierna, las encuestas (últimamente fallando estrepitosamente) ubican al "doctorcito" en un preliminar segundo puesto. Algunos ya hacía números, sacaban la calculadora para reconstruir el negocio de las elecciones, y otros respiraban pensando ingenuamente que podrían volver los viejos tiempos, "cuando había gobernabilidad" gracias al bipartidismo.

Lo único que había que reconocer al doctor, fue que tuvo la dignidad de renunciar y decir abiertamente las razones de su renuncia, pero nada más, pero fue tan solo un instante de dignidad, casi tan efímero como un "polvo e'gallo". Algunos "analistas" lo tacharon de honesto, otros dijeron que su denuncia manchaba la política en general, se lamentaron, pero siempre alabaron semejante "acto de valentía". Esos hoy se rasgan las vestiduras y se sienten indignados por la vuelta de Hernández, se sienten burlados, eso les pasa "por correctos". Y es que el doctor hizo público lo que ya todos sabíamos: el PUSC es un nido de ratas, no les importa el país, les importa vivir de la política, a costa de la gente, son una sarta de vividores. ¿Acaso el doctor no sabía en qué se metía? ¿Será que el doctor cree que efectivamente Calderón y Miguel Ángel Rodríguez son víctimas de una conspiración? ¿No sabía el doctor quién es Humberto Vargas? Posiblemente siempre supo todo esto, pero pudo más, puede más, su ambición, su vanidad. Tal parece que la motivación no andaba de viaje, sino en la "pulpe" de la esquina comprando los confites con los que se ha vuelto a endulzar su vanidad y su ingenuidad.

El doctor hace el ridículo y se rebaja a sí mismo, porque ya hemos visto que en su partido no le harán caso. Se habría hecho un gran favor a sí mismo, al mantener su dignidad intacta (o casi) con su renuncia. Ahora asistimos a un espectáculo es circense. Lleno de contradicciones y mentiras porque de repente ya todo se arregló. Ahora todo lo que dijo fue la causa para una repentina unión a lo interno del nido de ratas. Pide ahora no ver hacia atrás, sólo adelante. ¿Podría ser todo esto una perversa maniobra publicitaria y asegurarse la mejor de las campañas gratuitas, al colocarse en las cámaras y en discusión política? Es una posibilidad, demasiada retorcida como para ser cierto, pero los cínicos hacen campañas políticas y del PUSC se puede esperar cualquier cosa.

Pero si existiese un estratega capaz de tal cosa, lo cierto es que el doctorcito es un fiasco, un pésimo candidato, y desde ya empieza a mentir. El PUSC se la juega con él, igual no tenían mucho de dónde escoger. Han pasado del "menos malo" al peor. Espero que eso se refleje en la votación. O sea, que les vaya muy mal, por si acaso no se había entendido.