“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 11 de febrero de 2015

La hipocresía: La Nación ante el acoso sexual

Cuando algunas personas llegan por primera vez a mi casa suelen preguntarme para qué guardo tantas cosas. Pues bueno, sirven para momentos como este. Simplemente con buscar en el lugar indicado uno se encuentra con cosas que ya la memoria no retiene; justo para eso sirven los archivos. Precisamente buscando me topé con uno de esos recortes de periódico que, casi nueve años después, resulta de gran utilidad.

Se trata de un editorial del diario de Tibás publicado el 1 de setiembre de 2006, titulado Para reflexionar y actuar, y que aborda el vergonzoso caso de acoso sexual del diputado Federico Tinoco. Es realmente una joya. En aquella época, recordemos, estaba en plena discusión el TLC con los gringos y, por lo tanto, todo aquello que afectara al gobierno de Arias, afectaba necesariamente la aprobación del Tratado.



Pues resulta que para el editorialista de La Nación S.A., el caso de Tinoco "... no debe, en modo alguno, contaminarse con los intereses partidistas, por acción o por omisión, ni tampoco confinarse en la investigación en sí". Es curioso que, por el contrario, hoy en el caso de Ronald Vargas ese mismo medio de comunicación privado haya intentado sacar ventaja política y hasta haya manipulado vergonzosamente la información con tal de embarrialar al Frente Amplio.

El acoso sexual efectivamente afecta a la sociedad entera y, como señala el editorial, tiene un fuerte arraigo en nuestra sociedad. No es casual que nueve años después ocurra esto y que la legislación siga siendo tan permisiva como lo era en aquel momento. Este mismo editorial urge a los diputados a actuar frente al "vacío legal en este campo". Es decir, se reconoce que hay una relación de asimetría entre los diputados y sus subalternos y la sanción por acoso sexual es tan sólo un "enjache" público, una palmadita en la espalda. Nada más.

El editorial de hace nueve años era contundente y, por cierto, tardío. Exigía la renuncia del diputado Tinoco: "Su conclusión inmediata ha de ser la renuncia del diputado Federico Tinoco a su curul (...) la ley y los valores éticos, los mismos que nutren el Estado de derecho, no admiten otra orientación que la renuncia al cargo de diputado, un epílogo positivo y necesario". La posición en ese momento de La Nación no deja lugar a dudas: Tinoco debe irse.

Pero lo más interesante del editorial está en los párrafos 3 y 4.

En el cuarto párrafo La Nación hace un diferenciación entre la lealtad en la función pública y la lealtad que "conduce al encubrimiento o al disimulo, causa de los mayores quebrantos en la política y en el Estado". Para La Nación, entonces, hay una lealtad verdadera y otra falsa, una buena y una mala, típica de los moralistas y su pensamiento dicotómico.

Pero sigamos.

En el marco de este caso La Nación llamaba a "adoptar decisiones que, en verdad, sean ejemplarizantes y contribuyan a atacar estos comportamientos impropios de una sociedad que encuentra en la base misma de los derechos humanos y del sistema democrático el respeto y defensa de la dignidad humana. Esta es la cuestión de fondo: el respeto a la dignidad humana que, en lo atinente a la mujer, a los niños y a los adolescentes, presenta, desde la vertiente del abuso de poder, en cualquiera de sus modalidades y desviaciones, una amenaza constante y directa que, en vez de reducirse, ha aumentado, al conjuro de la impunidad (de la inmunidad), de la insensibilidad, del interés, del temor o de la indiferencia".

Y es aquí donde se ven las inconsistencias, la doble moral, la conveniencia política. Hoy La Nación defiende al acosador, ataca a quien tomó la "decisión ejemplarizante", porque ¿qué más ejemplarizante que pedirle la renuncia a un diputado que ha acosado sexualmente a una subalterna? ¿No es acaso esta una decisión que contribuye a "atacar estos comportamientos impropios"?

Parece que no. Parece que primero está el oportunismo y la conveniencia. Primero está evitar a toda costa que crezca el "comunismo". Para La Nación el enemigo es el Frente Amplio, y hay que usar toda la maquinaria para destruirlo, así implique esto desdecirse de esta forma tan descarada. La Nación se pone del lado del acosador, el mismo que mintió aduciendo que renunciaba a su curul porque se moría, porque quería pasar el resto de sus días al lado de sus hijas. En La Nación prefieren, cegados por su odio, por su anticomunismo trasnochado, contribuir a que se perpetúe el abuso de poder, la impunidad, la insensibilidad, el temor y la indiferencia, eso que denuncia en su editorial de hace nueve años.

Esa es la doble moral que sustenta la línea editorial del pasquín de Tibás; esos son los principios que realmente defienden. Son unos oportunistas, si hace nueve años fueron vehementes -tardíamente y cuando ya no quedaba de otra- fue para cuidar sus intereses: el TLC.

Ese mismo editorial hacía un llamado al PLN. "... En materia tan principal, debió actuar con mayor diligencia y presteza". Ahora que el Frente Amplio actuó con verdadera diligencia, presteza y firmeza, La Nación inventa conjuras, manipula la información y se atreve a afirmar (impunemente) que el Frente Amplio ocultó información. De verdad que son unos carebarros. Esa es su libertad de expresión.

Seguirán haciendo su campaña sucia, seguirán con su agenda. Yo solo espero que tengamos memoria, y podamos con mayor altura moral, evidenciar lo que son, evidenciar cuáles son sus verdaderos intereses, a qué amo sirven. Para Reflexionar y actuar, ¡vaya que han actuado!

40 años del TEU

Cumplió 40 años el Tribunal Electoral Universitario (TEU) y las autoridades universitarias se han deshecho en elogios (ver la nota de Noticias UCR en http://www.ucr.ac.cr/noticias/2015/01/02/tribunal-electoral-universitario-celebra-40-anos-de-labor.html).

Según el Rector Jensen: “Esta instancia ha levantado los pilares para el fortalecimiento de la democracia en los procesos electorales de nuestra Universidad”. Por su parte, Jorge Murillo, Presidente del Consejo Universitario, dijo: “El TEU ha sabido entender el papel fundamental que juega en una institución autónoma del país que se rige bajo sus propias normas y contextos particulares”.

La nota periodística agrega que la Licda. Carmen María Cubero Venegas, presidenta del TEU, comentó que “la Universidad es profundamente democrática gracias al tesón que han puesto las personas que han sido nombradas en el Tribunal, lo que ha hecho que hasta la fecha, la transparencia y legalidad en la elección de las autoridades universitarias nunca haya sido cuestionada”. Y la citan: “El respeto al Tribunal por parte de la comunidad universitaria está sólidamente amalgamado en la labor de las personas que han tenido en sus manos esa función y su entendimiento del trabajo electoral universitario”.

Yo no dudo de la importancia de esta instancia universitaria. No cuestiono la legalidad de las elecciones ni su transparencia. Tampoco cuestiono la honestidad de ninguno de sus miembros. Lo que sí es cuestionable es la afirmación de que la Universidad es “profundamente democrática”, cuando aproximadamente un 60% del personal académico no tiene derecho a participar en las Asambleas de Escuela ni a elegir a las autoridades, cuando el sector administrativo no puede votar y cuando los estudiantes apenas cuentan con un 25% de representación en las instancias universitarias. Esa afirmación es inexacta; pero además esconde una forma de mirar “La Democracia”, que es meramente procedimental y vertical, cuando no autoritaria.

Esto lo afirmo no solamente basado en la nota publicada por la Oficina de Divulgación e Información (ODI), sino también por la vergonzosa ponencia que el TEU presentó en el pasado Congreso Universitario. Me refiero a la ponencia (EGH-05), titulada “Elección de la representación académica al Consejo Universitario”.

Dicha ponencia proponía en lo fundamental dos cosas: La primera era la elección de los representantes al Consejo Universitario. Según el TEU, se trata de representantes de cuatro sectores distintos: colegios profesionales, estudiantes, administrativos y académicos. De acuerdo con la lógica del TEU, los estudiantes no deberían participar en la elección de académicos porque ya tienen su representación, lo que les “da ventaja” y “doble representación”. Para el Tribunal es un asunto de “representatividad”. La segunda era que los representantes solamente deberían ser votados por el área a la que representan. Además, se mantendría la antidemocrática exclusión de los administrativos y académicos interinos.

La lógica del TEU no puede ser más simplista. Supone que efectivamente se trata de elecciones sectoriales y no de cuotas de representación a lo interno del Consejo Universitario, grave error conceptual. Lo más grave de todo es que obvia las asimetrías existentes entre los distintos miembros de la comunidad universitaria. La lógica de la composición del Consejo Universitario es que haya equilibrio y representación de la comunidad universitaria –que  está dividida en áreas académicas, de ahí que haya un representante por área–, y  que además se sumen representantes estudiantiles y uno administrativo. Los estudiantes tienen su propia representación porque esta composición reconoce que hay una asimetría en la relación docente-estudiante, y que en esa relación asimétrica ocurren abusos de la parte fuerte, eso sin mencionar los grandes aportes que pueden dar los estudiantes desde una postura independiente al poder. Los estudiantes –o  al menos una representación– tienen  el derecho a elegir a los miembros del CU porque son parte sustancial de estas áreas académica y fundamentalmente porque no se trata sólo de una elección sectorial; sin estudiantes no hay Universidad. La propuesta del TEU pretendió desaparecer cien años de lucha estudiantil y nos lleva a la Universidad de antes de la Reforma de Córdoba.

Sobre el segundo aspecto de la propuesta, cabe decir que si bien hay que buscar un mecanismo para que las áreas sean representadas más acorde a “su voluntad”, la propuesta es discutible en sus efectos, porque se trata de elegir representantes universitarios en el máximo órgano de representación de la institución, y no debe diluirse la propuesta del modelo de Universidad en la discusión de las áreas académicas. Esto, sin ninguna duda, sería bajarle el perfil al Consejo Universitario, y al debate universitario en sentido más amplio, la consecuencia sería menos democracia.

Afortunadamente, esta propuesta del TEU no llegó a aprobarse. Fue rechazada ampliamente en la plenaria del Congreso. Sin embargo, hubo un sector, el más conservador, al que le gusta la Universidad tal como está y considera que no hay que hacer cambios –menos aún aquellos que les reste poder –. Este  sector no tuvo la valentía de apoyar abiertamente esta propuesta antidemocrática, y en cambio pidió que fuera la base para la discusión sobre la democracia universitaria.

El TEU salió del Congreso con una amplia votación en contra y además con una fuerte regañada de esa amplia mayoría que les rechazó su propuesta. En un país decente los miembros del TEU en pleno habrían presentado su renuncia por semejante adefesio. Pero en este país –y nuestra Universidad no es la excepción– cualquiera se puede llevar una trapeada de semejante magnitud y seguir como si nada, y además regodearse de ser la instancia que defiende “la democracia universitaria”. Total, para algunas autoridades el Tribunal es un “... baluarte de los más altos y nobles valores de la Universidad de Costa Rica...” y brinda un gran aporte “... a la vida democrática de la Institución.”



* Publicado en la edición 2074 del 10 de febrero de 2015
http://semanariouniversidad.ucr.cr/opinion/15005-40-anos-del-teu.html

martes, 10 de febrero de 2015

La hipocresía: el PLN ante el acoso sexual

Posiblemente poca gente sepa quién es Xiomara Villegas Badilla. Es la ex-asesora que Federico Tinoco acosó sexualmente. ¿Recuerdan el caso? Sí, por supuesto, fue en 2006, cuando calentaba en serio la lucha contra el TLC. En aquel momento Villegas denunció a Tinoco, quien se defendió diciendo que era "efusivo", luego fue condenado por su "efusividad".

Villegas apareció en medios por primera vez seis años después del aquel lamentable episodio. La Nación S.A. consiguió una entrevista con ella, muy interesante, deben leerla. En esa entrevista Villegas describe lo que vivió: actitudes patriarcales, culpabilización, presiones, un calvario, divorcio.

Para muestra un botón, ojo la primera pregunta del periodista: "Doña Xiomara, ¿quién fue la víctima en este caso, usted o el exdiputado a quien usted demandó?". La pregunta misma es un insulto, y precisamente lo que denota es la actitud patriarcal en el abordaje de este tipo de temas de acoso, una vergüenza. Pero la respuesta no deja lugar a dudas, de cuál fue la actitud en el PLN ante el caso, el mismo PLN que hoy se rasga las vestiduras, dice Villegas: "Durante todo ese tiempo, para el partido para el que yo trabajé, la víctima fue el exdiputado y me trataron a mí como si yo hubiese sido la ofensora. Eso me redujo completamente, me debilitó como profesional durante el tiempo que estuve en la Asamblea. Yo pasé de acoso sexual a acoso laboral, que es un efecto inmediato de la denuncia."

Una maravilla el PLN, primero acoso sexual luego laboral. O sea, que en el PLN quien ejerce un derecho es una escoria a la que hay que pisotear, la dignidad humana supeditada, ahí sí, a los intereses políticos de esa mafia que nos gobernó durante tantos años.

Más adelante, Villegas cuenta que luego de rechazar a Tinoco, una persona había sido contratada para que hiciera su trabajo, el periodista le pregunta si habló con Tinoco y ella responda "No, no. Yo estaba muy confundida, estaba atemorizada. Yo sentía que si le reclamaba de inmediato me iba a despedir". Otro elemento casi siempre presente en estos caso de acoso es el miedo de la víctima. Recordemos que hay una relación de poder, y eso es justamente lo que hace en muchas ocasiones no se denuncie al acosador o que éste se salga con la suya, el poder que tiene el superior en la relación, en este caso la posibilidad de dejar sin trabajo.

Pero ahí no para la cosa, luego viene la "belleza". Villegas relata que habló con el jefe del despacho de la jefatura de fracción del PLN (recordemos que la jefa de fracción en aquel momento era Mayi Antillón), y cuenta que: "En la jefatura de despacho me llamaron y me dijeron ya está tu plaza, ya tenés trabajo para el 2010 y si te ponés las pilas aquí te quedás. Eso sí, me dijo, esto es una lápida, esto queda entre nosotros y no se dice nada, no vas a denunciar, te vas a quedar callada". El PLN entonces, desde la jefatura de fracción, buscó ocultar la situación y evitar la denuncia.

Ella acepta a cambio de que Tinoco tampoco diga nada, que en el plenario pide "disculpas" y dice aquello de que él es muy "efusivo", que había sido malinterpretada, culpando así a la víctima. Luego otra joya patriarcal: la diputada Hilda Gonzalez (PLN) advirtiendo "... a los hombres de que tuvieran cuidado con las mujeres coquetas, que provocaban y después denunciaban de acoso...". Esto no merece ningún comentario.

Villegas describe toda la sensación de humillación sintió en ese y otros momentos y que la llevó finalmente a hacer la denuncia. En cuanto a su relación con el PLN, Villegas es lapidaria: "No me renovaron, ni me quisieron ubicar en ningún lado. El 30 de abril del 2010, Xiomara Villegas dejó de existir para el partido."

Hoy que escucho a los diputados del PLN haciendo ese circo, y lo único que veo es una continuidad de su actuar político, como si no hubiese pasado el tiempo, siempre del lado del agresor. Hablan de debido proceso, tienen el descaro de llamar estalinista a José María Villalta. Son unos carebarros, unos cínicos. Esa es su forma de hacer política. Instrumentalizan a Ronald Vargas, que a estas alturas debería callarse y preocuparse un poco por lo que queda de su dignidad. El PLN prefiere creerle (así le conviene en su "estrategia política") al tipo que mintió diciendo que estaba a punto de morirse y quería pasar sus últimos días con sus hijas. Se reflejan de pies a cabeza.

Sencillamente es vergonzoso lo que hace el PLN. Siguen sosteniendo la lógica patriarcal, sin sonrojarse siquiera. Ya vimos cómo actuaron en el 2006, con esa vara miden su porquería y pretenden que esa sea la misma vara para todos. Son unos hipócritas, unos sinvergüenzas, cínicos, no les da ni pena mentir de esta forma. Afortunadamente existe la memoria. Afortunadamente, en este caso, el Frente Amplio ha sentado un precedente: cero tolerancia al acoso sexual, nunca más el ocultamiento, el machismo polítiquero del PLN.

sábado, 7 de febrero de 2015

Ante un caso de acoso sexual: firmeza en el FA, errores... manipulación mediática

Que La Nación S.A. manipula los hechos y responde a los intereses de un grupo político-empresarial, es casi un cliché, o sea, no hay que ser paranoico o inventarse teorías de la conspiración para saberlo. Sólo alguien muy ingenuo, o tal vez acaso su periodista estrella (que va de rockstar del periodismo), puede creer que se trata de un medio objetivo e independiente. El titular de la portada de ayer viernes 6 de febrero es simplemente una muestra más de la manipulación descarada del pasquín de Tibás.



Para La Nación S.A. no es un hecho relevante que un partido político haga renunciar a uno de sus diputados ante una denuncia por acoso. No. Para La Nación S.A. la noticia es que el Frente Amplio "ocultó" la denuncia. Nunca antes en la historia política de este país un partido político actuó con semejante contundencia. Con sólo buscar un poquito hacia atrás (2006) nos daremos cuenta cómo actuó el PLN cuando el entonces diputado Federico Tinoco acosó a una asesora de su despacho. En aquella ocasión Tinoco dijo que lo que pasaba es que él era "efusivo". En aquel momento tanto el PLN como los medios de comunicación trataron de ocultar el asunto hasta que ya no se pudo. Aún así, Tinoco continuó en su curul. Luego sería condenado por ese hecho. Esto en cuanto a casos de acoso sexual conocidos, porque seguramente deben haber decenas que quedaron ocultos.

Es decir, el Frente Amplio sentó un magnífico precedente en lo que se refiere a lo debe ser el accionar de un partido político ante un caso de este tipo, no debe haber tolerancia, punto. Pero para La Nación S.A. esto no importó, para el pasquín la "noticia" era otra. Pero debemos asumir que siempre será así, no debemos esperar otra cosa de ese "medio de comunicación" comercial, tampoco debemos esperar otra cosa de sus "periodistas", menos de sus rockstars, esos que van de objetivos, por encima del bien y del mal, pero que en realidad o son tontos útiles al servicio de los intereses del capital, o cínicos, incluso puede ser que no tienen el coraje para asumir que son de derechas, y su ego los empuja constantemente a creer que hacen periodismo de nivel y hasta que merecen un premio.

Dicho esto, es también necesario señalar que el Frente Amplio cometió errores graves en el manejo de la situación. Es cierto que se actuó tratando de proteger a la víctima, ya sabemos que si se filtraba el asunto pasaría que esta muchacha sería revictimizada, sería carnita para los chismes y el morbo de esos que se dicen defensores de la libertad de expresión. ¿La nota de hoy (6 de febrero) del amarillista Diario Extra acaso no confirma esto? La pregunta concreta es ¿cómo empatar el derecho de la víctima a que se respete su intimidad, a no ser revictimizada, con la firmeza que se debe tener ante una situación de acoso? Este es el quid de la cuestión.

Pero justo ahí comienza la cadena de errores. Por supuesto que era imprevisible que Ronald Vargas en su último discurso en el plenario dijera que estaba a punto de morir. ¿Que carajos tenía Ronald Vargas en su cabeza? No sé, la verdad tampoco quiero saberlo, porque esa forma de salir es realmente patológica, como todo este asunto. Imprevisible, cierto, pero evitable, este es el punto. Creo que la dirigencia del Frente Amplio se equivocó y no debió dejar que Vargas fuera al plenario,
lo que debió hacer el Secretario General y el Jefe de Fracción era convocar a una conferencia de prensa al medio día (cuando se presentó la renuncia) y explicar que Vargas no sería ya diputado. Hacerse del control de la situación. Posteriormente se podrían indicar las razones de su salida. Nuevamente aplica el principio de protección a la víctima. Pero no se hizo así, y Ronald montó su escena, y todos la creímos (yo "me fui en todas"), porque además (tal vez el error más grave) algunos diputados del FA le aplaudieron la gracia.

La conferencia de prensa llegó tarde (6 horas), es cierto, pero llegó, no fueron los cinco días que tardó el PLN en el caso Tinoco, y claro en medio de la discusión del TLC. Esta falta de reflejo político complicó las cosas, y dio pie a que la caverna lanzara todo su odio contra el Frente Amplio. La maquinaria ya lo sabemos está afilada, no se puede cometer este tipo de errores de comunicación y manejo político, es imperdonable en un partido que aspira gobernar este país.

Lo que toca ahora es hacer la autocrítica para que, primero que todo, nunca más haya un caso de acoso sexual en ninguna instancia de gobierno (ni en ningún lado) pero menos aún en las filas de la izquierda, no porque seamos mejores, sino porque somos diferentes, y debemos ser coherentes, si verdaderamente queremos cambiar las cosas hay que empezar ahí, desde lo cotidiano, erradicando nuestras actitudes y conductas patriarcales. Porque ser coherentes sí que es un salto cualitativo. Desde la autocrítica debemos aprender de este tipo de errores, no repetirlos, ver lo que se hizo bien y lo que hizo mal. Revisemos con calma, con la cabeza fría para no autoflagelarnos, que ya es suficiente con el odio de la caverna mediática.