“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

viernes, 1 de febrero de 2013

Apuntes Aztecas

México DF.

Corría el año 2006 - ¡Cuánto tiempo ha pasado! - cuando escuché por primera vez este disco "Rhythms del Mundo Cuba", Lili recién regresaba de una pasantía de 6 meses por el DF, y me pasó el disco. Quedé maravillado escuchándolo una y otra vez, en otras ocasiones esa formamidable versión de "Clocks" (de Coldplay, tocaba por Buena Vista Social Club) hizo destrozos en las fiestas en mi casa. Una de esas tardes soleadas en las que el sol entraba por la ventana de mi estudio, Lili y Checho llegaron a mi casa, tirados en en el suelo vimos el atardecer mientras nos bajamos una olla (¡sí una olla!) de Piña Colada, y quedamos como en la la luna mientras escuchábamos este discazo "Rhythms del Mundo Cuba". Maravillosa tarde aquella. Luego así, ebrios, nos fuimos a ver una película a la Sala Garbo, vimos C.R.A.Z.Y, una muy buena película de Quebec.

¿Qué tiene que ver eso con el México, y porqué es parte de este Apunte Azteca? Para ser sincero no lo sé, quienes siguen a este Parcial Irrescatable que han podido notar que cada día desvarío más. Creo que ese recuerdo de aquella tarde vino a mi mente porque hoy, en el DF, escuchabámos ese mismo disco, el común, además del disco es Checho. Todo un acierto haber venido a hacer esta visita, vacacionar y además regalarme este viaje tras haberme graduado, al fin, de licenciado en psicología, y es por eso que estoy en el DF. Esta tarde nos quedamos en casa, y mientras nos tomamos unas "chelas" hablamos lo que no hemos hablado en los últimos meses, nada pretencioso, simplemente reírnos, como cuando salíamos al 88, a la chicha, o nos quedábamos en casa y jugábamos Risk. Lindos tiempos aquellos. Acá en el DF, me he dado cuenta de lo que extrañaba esas conversaciones, las risas y la confianza de los amigos que no juzgan, que simplemente escuchan, y también simplemente escuchar, no juzgar, porque no tiene sentido entre los amigos. ¿Diferencias? Muchas, pero justamente eso alimenta la amistad, el respeto a esas diferencias creo que es lo que hace que hoy esté aquí, y que luego de tantos años sigamos siendo amigos.



Creí que iba a escribir de las cosas tan maravillosas que he visto en este país infinito, pero creo que lo dejaré ahí, mientras me siento feliz por este encuentro con uno de esos amigos entrañables, y que tanta falta me hace. Este será un breve apunte, una manifestación de alegría por este encuentro, por la buena compañía, por haber conocido a otros y otras compitas llenos de vida, por este viaje que sin ninguna duda será memorable.