“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

sábado, 28 de abril de 2007

Guía básica sobre el referéndum del TLC

¿Qué es un referéndum?
Una consulta popular mediante la cual es el pueblo, quien retomando el poder soberano que le confiere el Artículo105 constitucional retoma el poder de legislar dado a la Asamblea Legislativa y quien ejerce la potestad de aprobar o derogar leyes y hacer reformas parciales de la Constitución Política.

¿Qué materias no están sujetas a referéndum?
No podrán someterse a referéndum proyectos de ley sobre materias presupuestaria, tributaria, fiscal, monetaria, crediticia, de pensiones, seguridad, aprobación de empréstitos y contratos, ni actos de naturaleza administrativa.

Pero, ¿el TLC no contiene legislación tributaria?
Los magistrados del Tribunal Supremo de Elecciones ha dicho que es evidente que el TLC tiene implicaciones tributarias, pero no es una legislación tributaria típica; es, ante todo, un acuerdo comercial, que usa herramientas fiscales para incentivar el comercio.

¿Cuales modalidades del referéndum existen?
A) De iniciativa ciudadana: convocado al menos por un cinco por ciento (5%) de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral (aprox. 132 mil personas). Esta es la que planteó José Miguel Corrales y está caminando.
B) Legislativo: convocado por la Asamblea Legislativa mediante la aprobación de dos terceras partes del total de sus miembros.
C) Ejecutivo: convocado por el Poder Ejecutivo junto con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de la Asamblea Legislativa. Esta es la que está solicitando el Presidente Oscar Arias se inicia con un Decreto que luego pasa a la Asamblea Legislativa se debate y si se aprueba pasa al Tribunal Supremo de Elecciones para su conocimiento. El debate en la Asamblea se llevará probablemente en la segunda semana de mayo. Mientras tanto el curso de la presentada por el Lic. Corrales y aprobada por el TSE sigue su curso.

En resumen, ¿qué implica la alternativa de la iniciativa popular aprobada por el TSE?:
El TSE ha autorizado a:
La recolección de firmas, en los términos señalados en los artículos 6 inciso e), 7 y 8 de la Ley sobre Regulación del Referéndum. Por innecesario, se omite ordenar la publicación del proyecto en La Gaceta . Se ordena a la Coordinación de Programas Electorales diseñar el formulario que este Tribunal debe autorizar para la recolección de firmas, el cual contendrá la siguiente leyenda: Respaldo la convocatoria de un referéndum para que la ciudadanía apruebe o impruebe el "Tratado de Libre Comercio República Dominicana, Centroamérica-Estados Unidos" (TLC), expediente legislativo n.º 16.047, según el texto dictaminado por la Comisión Especial de Asuntos Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa y que fuera publicado en el Alcance n.º 2 a La Gaceta n.º 19 del 26 de enero del 2007. Se aclara que la autorización conferida no suspende la tramitación legislativa del referido proyecto, lo cual únicamente se produciría con la eventual convocatoria a referéndum, en los términos del artículo 11 de la indicada ley, y que dicho efecto suspensivo sólo alcanzaría su votación en el plenario legislativo. Notifíquese"(SIC).
El Lic. Corrales contará con un plazo hasta de nueve meses para recolectar las firmas a partir de la publicación en La Gaceta.
El interesado podrá solicitar ante el Tribunal una prórroga hasta por un mes más.
El Tribunal contará con un período máximo de treinta días hábiles para verificar la autenticidad de los nombres, las firmas y los números de cédula.
De resultar no verificable el quince por ciento (15%) de las firmas necesarias para convocar a referéndum, el proyecto de ley o la reforma parcial a la Constitución Política quedará invalidado para dicho fin
Cuando se haya reunido satisfactoriamente un número de firmas equivalente al menos a un (5%) de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, se tendrá por convocado el referéndum.
El TSE hará la convocatoria oficial del referéndum comunicándolo así en La Gaceta, dentro de los siete días hábiles siguientes, y procederá a la organización y demás actos administrativos necesarios para realizar la consulta, la cual deberá efectuarse dentro de los tres meses siguientes a la publicación del aviso.

En resumen, ¿qué implica lo que plantea el Presidente Arias?:
A) La iniciativa del Poder Ejecutivo tendrá la forma de decreto y contendrá adjunto el texto del proyecto de ley que se desea someter a consulta popular. El decreto será enviado a la Asamblea Legislativa.
B) La Asamblea, mediante acuerdo aprobado por la mayoría de la totalidad de sus integrantes (29 votos), decidirá someter o no a referéndum.
C) Si la Asamblea Legislativa no aprueba la propuesta de convocatoria a referéndum, se ordenará su archivo.
D) Si la Asamblea Legislativa aprueba la propuesta de convocatoria a referéndum, el texto será enviado por el presidente de la Asamblea Legislativa al TSE en un plazo máximo de ocho días hábiles, a fin de que este realice las actividades necesarias para el trámite respectivo.
E) Los magistrados del TSE han señalado que eso lo decidirán cuando la Asamblea les envíe el decreto convocado por el Poder Ejecutivo ya aprobado por la Asamblea.
¿Cuál sería la pregunta que deberán responder los ticos en esa consulta popular?
El departamento de Servicios Técnicos del Congreso ha señalado la siguiente:
"¿Aprueba usted el Tratado de Libre Comercio República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos, suscrito el 5 de agosto del 2004, publicado en el alcance No. 44 de La Gaceta N. 225, del martes 22 de noviembre del 2005? Sí o No".

¿Cuáles serán las consecuencias de una votación?
Para la legislación ordinaria (proyecto de ley que debe ser aprobado por los diputados con 29 votos) se requiere que participe en el referéndum por lo menos un treinta por ciento (30%) de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral para que sea vinculante.
Se requerirá de la participación como mínimo del cuarenta por ciento (40%) del padrón cuando se trate de en los asuntos que requieran la aprobación legislativa por mayoría calificada (38 votos).
Es decir, tomando en cuenta que el padrón actual lo conforman 2.6 millones de personas, estamos hablando de que sería necesario que acudieran a las urnas entre 780 mil (30%) y 1 millón (40%) de ciudadanos para que el referéndum sobre el TLC sea vinculante.

¿Cuál es la mecánica para realizar un referéndum?
Similar a una elección presidencial. Se utilizará una papeleta física y más sencilla. Las juntas receptoras de votos, en su mayoría, se instalarán en escuelas y colegios. Los partidos políticos no integrarían las juntas, solo los delegados del Tribunal.
Ahora bien, el TSE no ha definido todos los pormenores. Incluso los Magistrados no han cerrado la puerta a la posibilidad de autorizar la participación de fiscales de partidos políticos y promocionar la presencia de observadores para mayor transparencia.

¿Se realizaría un domingo?
Sí, según la ley, la consulta se efectuará un domingo entre 6 a.m. y 6 p.m.

¿Y quiénes pueden votar?
Los requisitos para votar son los mismos del Código Electoral: los costarricenses mayores de 18 años, que estén inscritos en el padrón electoral y que porten su cédula de identidad al día.

¿Quién organiza el referéndum?
Corresponderá al TSE organizar, dirigir y fiscalizar los procesos de realización del referéndum, así como escrutar y declarar sus resultados.

¿Cuál es la forma de expresar el voto?
La decisión del votante solamente podrá ser "sí" o "no", o quedar en blanco. Se tendrán por nulas las papeletas que no se ajusten al modelo oficial, las que ofrezcan dudas sobre la decisión del votante y las que contengan tachaduras, raspaduras, enmiendas, interlineados, signos o palabras ajenas a la consulta.

¿Qué pasa con los votos en blanco o nulos?
Tanto los votos en blanco como los nulos serán computados por el Tribunal como ciudadanos que han participado en el referéndum, para formar parte de los porcentajes de ley.

Y si yo trabajo ese domingo, ¿podré votar?
A fin de emitir el voto, todos los trabajadores tendrán derecho de ausentarse de su centro de trabajo el día en que se realice el referéndum, durante una hora, la cual será definida por el patrono o superior. Los trabajadores no quedarán sujetos a reducción del salario ni a cualquier otra sanción.

¿Que pasa después del referéndum?
El TSE, una vez finalizado el escrutinio (15 días), hará la declaratoria oficial de los resultados de este, y los notificará, al siguiente día, al Poder Legislativo.
En caso de ser positivo el resultado del referéndum (gana el sí al TLC) y habiendo cumplido los porcentajes requeridos para convertirse en ley de la República, el Poder Legislativo, sin más trámite, le comunicará al Poder Ejecutivo el decreto legislativo, con la razón de que fue aprobado en referéndum, para su inmediata publicación y observancia.
Si el resultado del referéndum es negativo, el proyecto (gana el NO al TLC) se archivará sin más trámite. De no alcanzarse el porcentaje de participación necesario, si el referéndum no es vinculante, el TSE enviará el proyecto de reforma a la Asamblea Legislativa, para que continúe el trámite ordinario.

¿Qué pasa con el transporte el día del referéndum?
El día en que se celebre el referéndum, el transporte publico será gratuito para todos los ciudadanos en todas las líneas y rutas nacionales, las cuales no podrán ser modificadas ese día. Estos gastos correrán por cuenta del Tribunal.

¿Establece el TSE prohibiciones para el Poder Ejecutivo, extranjeros y costarricenses durante la campaña previa al referéndum?
Sí, se han establecido las siguientes prohibiciones:
a) Se le prohíbe al Poder Ejecutivo, las entidades autónomas, las semiautónomas, las empresas del Estado y los demás órganos públicos, utilizar dineros de sus presupuestos para efectuar campañas a favor o en contra de los textos o proyectos sometidos a la consulta del referéndum; asimismo, queda prohibido usar, para tal fin, dinero procedente del exterior donado por entidades privadas o públicas.
b) Se le prohíbe a toda persona física o jurídica extranjera, participar en la recolección de firmas, en la solicitud de celebración de referéndum, o en campañas de publicidad o propaganda a favor o en contra del proyecto sometido a referéndum.
c) Los particulares costarricenses, sean personas jurídicas o físicas , podrán contribuir, para campañas a favor o en contra del proyecto sometido a referéndum, con sumas que no excedan de veinte salarios base.

¿Y qué pasa con las encuestas?
Se prohíbe la publicación, la difusión total o parcial o el comentario de los resultados de cualquier encuesta o sondeo de opinión, dos días antes de la votación y el día de la celebración del referéndum, así como las operaciones de simulación de voto realizadas a partir de sondeos de opinión, directa o indirectamente relacionados con la consulta sometida a referéndum.

¿Ejercerá el TSE control sobre el dinero que se invierta en propaganda y publicidad a favor y en contra del TLC?
Los medios de comunicación deben reportarle al Tribunal los datos de quién les contrató campos pagados y cuánto pagó. Si se demuestra que esa persona es testaferro de una fuente de financiamiento extranjera, sería objeto de investigación y sanción penal. Si alguien tiene pruebas de que se utilizan a ciudadanos costarricenses para canalizar dinero del exterior, debe denunciarlo.

¿Cuánto costará este referéndum?
El Tribunal calcula que en total el costo de organizar el referendo para el TLC con Estados Unidos ascendería a ¢1.500 millones.

ELABORADO POR EL BLOQUE VERDE.... http://www.bloqueverde.blogspot.com/


jueves, 26 de abril de 2007

¿Qué hacer con tanto dinero? / Theotonio dos Santos

El aspecto más crucial de la presente coyuntura económica mundial es el enorme excedente de recursos monetarios en manos de los países en desarrollo. Esta situación es una consecuencia inmediata de tres fenómenos relativamente interrelacionados.
En primer lugar, es fruto de los enormes excedentes de comercio exterior que disponen estos países debido al espectacular aumento de sus exportaciones y un modesto crecimiento de sus importaciones. El crecimiento de las exportaciones tiene que ver con la política irresponsable de valorización del dólar que sigue el actual gobierno de Estados Unidos intentando mantener un poder de compra de su población que seguramente no puede mantenerlo indefinidamente.
También tiene que ver con la fuerte inserción de China en el mercado mundial como compradora en expansión colosal. Cabe anotar de paso que el gobierno chino no ha atendido las presiones estadounidenses para una valorización de su moneda. Si pusiera en práctica estas orientaciones tendría un impacto aún más fuerte en el mercado mundial a pesar de que disminuiría su superávit comercial y su disponibilidad de recursos monetarios.
En segundo lugar, estos excedentes vienen del aumento espectacular de la emigración de las poblaciones de los países periféricos hacia los centrales, lo que genera una remesa de moneda muy grande hacia los países de origen. En varios de ellos, incluyendo a países de la importancia de México, estas remesas se encuentran entre las principales fuentes de recursos provenientes del exterior.
En tercer lugar, los movimientos de capital dentro de la tríada de los desarrollados (EE.UU., Europa y Japón) han disminuido a favor de los principales polos de crecimiento mundial, sobretodo China. Las altas tasas de interés mantenidas por las economías dependientes y las “privatizaciones” a bajo precio también han atraído capitales a estas regiones pero sus fuentes casi se han agotado. Las pocas empresas que restan están más defendidas internamente, sobretodo frente al fracaso de las llamadas privatizaciones que son abandonadas cada vez más por las empresas privadas que solo quieren más ganancias sin mayores inversiones.
Estas razones tienen que ver con aspectos estructurales que son difíciles de cambiar y por lo tanto no deben experimentar cambios inmediatos. En la década de los ochenta del siglo pasado tuvimos también fuertes superávits comerciales en los países del sur pero ellos fueron usados para pagar los intereses de las deudas externas. Con la suspensión del pago de las deudas externas al final de la década y sus renegociaciones políticas, comandadas por el Plan Brady, se formaron reservas importantes al comenzar la década del 90. En vez de utilizarlas para fortalecer su capacidad de negociación, las elites colonizadas de nuestros países utilizaron estas reservas para fortalecer sus monedas nacionales, disminuir sus exportaciones y aumentar sus importaciones, generando verdaderas euforias consumistas de sus clases medias. Estas se enojaron enormemente cuando descubrieron que no se puede vivir indefinidamente de rentas.
El auge monetario que se vive actualmente tiene estos precedentes claros. También conocemos muy bien lo que pasó con los petrodólares de los productores de petróleo en la década de los setenta. Por otro lado, la dimensión de las reservas del Tercer Mundo en la coyuntura actual es demasiado elevada como para hacerla desaparecer con tanta facilidad como en las situaciones anteriores.
Por fin, los gobiernos progresistas que se ha constituido en las regiones emergentes vuelven a encontrarse con el pensamiento económico progresista de América Latina y gran parte del Tercer Mundo. La teoría de la dependencia ya los había alertado sobre este tipo de problemas hace muchas décadas. Sobretodo cuando hay gobiernos que están alertando y tomando posiciones a partir de la utilización ofensiva de estos excedentes queda por demás evidente el crimen que representa entregar estos recursos a bancos internacionales que pagan intereses muy inferiores a los que obtienen en nuestros países dependientes y semicoloniales.
También hay que señalar la creciente oposición entre los intereses del capital bancario y financiero y los del sector productivo que se encuentra ahogado por los altos intereses. La hora es de devaluación de activos, sobretodo financieros, a favor del consumo productivo. Estamos en vísperas de un movimiento mundial que pugna por bajar las tasas de interés y retomar el crecimiento económico. Digamos de paso que esta nueva ola de crecimiento económico y del empleo no generará inflación. Por el contrario, la baja de los intereses ayudará a bajar los precios, pero también la baja de los activos mundiales estimulará nuevas inversiones en tecnologías de productividad cada vez más altas, favoreciendo una deflación de precios de todo tipo de mercancías.
Por último veamos los datos sobre el aumento de los recursos en manos de los países del Tercer Mundo en este momento, cuantías que tienden a crecer cada mes en dimensiones extraordinarias.
Hagan la suma:
Las reservas internacionales más importantes las tiene en este momento China con 1.066 mil millones de dólares (más de un billón en español o 1 trillón en inglés o portugués). En seguida tenemos a Rusia, con 311 mil millones de dólares; en tercer lugar, India, con 193 mil millones de dólares; en cuarto lugar, Brasil con 106 mil millones de dólares, hasta aquí están los BRICs; en quinto lugar, México, con 68 mil millones de dólares; en sexto lugar, Turquía con 59 mil millones de dólares; en séptimo lugar, Argentina con 35 mil millones de dólares; en octavo lugar, Venezuela, con 34 mil millones de dólares; en noveno lugar, Chile con 19 mil millones de dólares; en décimo lugar Colombia con 16 mil millones de dólares.
Si estos países dejan de juntar su plata en dólares y de pagar intereses a Estados Unidos tendremos un decisivo vuelco en la economía mundial. De un lado, el debilitamiento definitivo del dólar, de otro, la creación de un poder financiero colosal del Tercer Mundo volcado hacia la investigación y el desarrollo, la compra de maquinarias de alta tecnología y hacia proyectos de disminución de la pobreza y de pleno empleo y sobretodo hacia la creación de una infraestructura moderna en el Tercer Mundo. La verdad es que el Banco del Sur es el camino para este cambio estructural en la economía mundial. La principal limitación es la estrechez mental y moral de nuestra clase dominante. Es mucho más fácil recibir un buen sueldo de las multinacionales y sobretodo de los bancos internacionales que luchar por un cambio fundamental de nuestra realidad. No nos olvidemos también de nuestra formación intelectual: es mucho más fácil seguir los modelos elaborados en los centros de poder cultural mundial que producir nuestra propia cultura. Son barreras de difícil superación.

- Theotonio Dos Santos es director-presidente de la Cátedra y Red de la UNESCO y de la Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible.
www.reggen.org.br http://alainet.org/active/17098&lang=es

sábado, 21 de abril de 2007

Virginia Tech: un análisis ideoléxico de una tragedia / Jorge Majfud*

La mayoría de las medicinas que se venden en forma de píldoras, recubren una determinada droga, químico o compuesto con una capa de color atractivo y gusto dulce. En español, la sabiduría popular usa esta particularidad para construir una metáfora: “tragarse la píldora” tiene una connotación negativa y expresa la acción de consumir una cosa con la forma o el gusto de otra. Es decir, creer o aceptar una verdad como hecho incuestionable sin ser conscientes de las verdaderas implicaciones. En la tradición literaria, este fenómeno epistemológico se entendía con la metáfora del caballo de Troya, también usado hoy en día para designar virus informáticos. Un ideoléxico puede entenderse como una pastilla que el discurso hegemónico prescribe e impone con seductora violencia. Por ejemplo, el ideoléxico libertad viene recubierto de una plétora de lugares comunes y dulcemente positivos (la libertad, como precepto universal lo es). Sin embargo, dentro de este recubrimiento dulce y brillante se esconden las verdaderas razones de las acciones: la dominación, la opresión, la violencia de los intereses sectarios, etc. El recubrimiento dulce y brillante anula la percepción se sus opuestos: el contenido amargo y opaco.
La tarea del crítico consiste en romper la envoltura, en des-cubrir, en des-velar el contenido de la píldora, del ideoléxico. Claro que esta tarea tiene resultados amargos, como el centro de la píldora. Los adictos a una droga no renunciarán a ella sólo porque alguien descubra las graves implicaciones de su confort momentáneo. De hecho, se resistirán a esta operación de exposición.
Analicemos un ideoléxico común en el discurso dominante del capitalismo tardío: la responsabilidad personal. De entrada vemos que su cobertura es del todo dulce y brillante. ¿Quién sería capaz de discutir el valor de la responsabilidad de cada individuo? Un posible cuestionamiento sería rápidamente anulado por una falsa alternativa: la irresponsabilidad. Pero podemos comenzar problematizando el nuevo falso dilema observando que el mismo adjetivo —personal— de este ideoléxico compuesto anula o anestesia otro menos común y más difícil de apreciar por los sentidos: no se menciona la posibilidad de la existencia de una “responsabilidad social”. Tampoco se habla o se acepta —en base a una larga tradición religiosa— que puedan existir “pecados sociales”.
Vayamos más al centro de un caso concreto: la trágica matanza ocurrida en la Universidad de Virginia Tech. Quienes pusieron el dedo acusador —tímidamente, como siempre— en la cultura de las armas en Estados Unidos, fueron criticados en nombre del ideoléxico de la responsabilidad personal. “No son las armas las que matan gentes —comentó un amigo del rifle en un diario— sino la gente misma. El problema está en los individuos, no en las armas”. La píldora muestra un alto grado de obviedad, pero lleva nuevamente otros problemas: nadie cuestionó cómo podría hacer un desquiciado para matar a treinta personas con una piedra, con un palo o, incluso, con un cuchillo.
Esta lógica se expresa cubriendo una contradicción interna del discurso. Cuando se habla de drogas, se culpa a los productores, no a los consumidores. Pero cuando se habla de armas, se culpa del mal a los consumidores, no a los productores. La razón estriba, entiendo, en el lugar que ocupa el poder. En el caso de las drogas, los productores son los otros, no nosotros; en el caso de las armas, los consumidores son los otros; nosotros nos limitamos a su producción. El discurso hegemónico nunca menciona que si no existiese el consumo de drogas en los países ricos no existiría la producción que satisface la demanda; si no existiera esta calamidad en la ilegalidad tampoco existirían las mafias de narcotraficantes. O su existencia sería raquítica, en comparación a lo que es hoy. Pero como los otros (los productores de los países pobres) son los responsables individuales, nosotros (los productores de armas, los responsables administradores de la ley) estamos legitimados para producir más armas que los otros deberán consumir, para respaldar la ley —y para quebrantarla.
Si alguien, como el asesino de Virginia Tech compra un par de armas con más facilidad y cien veces más rápido con que uno puede comprar un auto, y comete una masacre, toda la responsabilidad radica en el desquiciado. Entonces, se llega a una trágica paradoja: una sociedad armada hasta los dientes está a la merced de los desquiciados que no saben ejercer correctamente su responsabilidad personal. Para corregir este problema, no se recurre a la responsabilidad social, combatiendo las armas y el sistema económico y moral que lo sustenta, sino vendiendo más armas a los individuos responsables, para que cada uno pueda ejercer con más fuerza su propia “responsabilidad personal”. Hasta que vuelve a aparecer alguien excepcionalmente enfermo —en una sociedad de santos los demonios son excepciones muy frecuentes— y comete otra masacre, esta vez más grande, ya que el poder de destrucción de las armas siempre se perfecciona, gracias a la alta tecnología y a la moral de los individuos responsables.
* Jorge Majfud, escritor uruguayo, es profesor de Literatura Latinoamericana en The University of Georgia, Estados Unidos.
http://alainet.org/active/17005&lang=es

miércoles, 18 de abril de 2007

¿Quién es el hijo de puta de quién? / Javier Ortiz

17-04-2007
He leído la frase atribuida a varios mandatarios estadounidenses y referida a distintos sátrapas latinoamericanos, pero lo más común es asignársela al presidente Franklin Delano Roosevelt y pretender que la dijo con relación al dictador nicaragüense Anastasio Somoza García: «Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta».

Se trata, aparentemente, de un brutal pero sencillo ejercicio de realpolitik. Podría expresarse de modo aún más explícito: «Se trata de un individuo que recurre a métodos repugnantes y es éticamente detestable, pero se enfrenta a nuestros enemigos con mucha eficacia, y eso nos viene tan bien que resulta razonable hacer la vista gorda ante sus desmanes». Podría decirse que Franklin Roosevelt –que no fue ni mucho menos de lo peor que ha habitado en la Casa Blanca– reconoció en voz alta lo que la mayoría de los gobernantes de los países que presumen de democráticos hacen a diario en las más diversas latitudes.

Los casos abundan.

Putin, por ejemplo, es un hijo de puta (dicho sea empleando su lenguaje, que no me gusta). Es un perfecto malvado. No hay más que ver las barbaridades que viene haciendo en Chechenia. No hay más que comprobar cómo trata a la oposición. Pero no hay dirigente occidental que se atreva a tratar como a un hijo de puta a un hijo de puta que goza de tanto poder y cuenta con tantas bombas atómicas, tanta aviación, tanto gas, tanto petróleo… tanto de tanto importante, salvo de apego a los derechos humanos y de vergüenza.

Los dirigentes chinos son unos hijos de puta (con perdón para las putas, insisto). Niegan a su pueblo las libertades más básicas y recurren más que nadie a los juicios sumarios y a la aplicación de la pena de muerte. Pero Occidente, con María Teresa Fernández de la Vega como última embajadora especial, los agasaja, porque tienen un mercado enormemente apetecible y produce a unos precios de escándalo, gracias a su falta de escrúpulos en todos los órdenes. Ellos también son hijos de puta a los que hay que cuidarse de tratar como tales.

Mohamed VI es, vaya que sí, un archihijo de puta, pero es el protegido de Washington y permite a varios estados europeos, entre ellos España, hacer negocios estupendos, y además, mal que bien, actúa como guardia de fronteras. De modo que, si hay que hacerle la pelota y, ya de paso, traicionar al pueblo saharaui, pues se hace, que la vida está muy achuchada y no cabe andar con remilgos.

¿Qué no decir, en esta misma línea, de los gobernantes argelinos, que detentan un poder que usurparon gracias a un golpe de Estado? Son unos grandísimos hijos de puta, pero con un gas que arde de puta madre –digamos, por seguir con la misma imagen– en nuestras cocinas y en nuestros calentadores de agua.

¿Sigo con el recuento? Supongo que no hace falta.

«Son todos ellos unos hijos de puta», dicen los Roosevelt de hoy, «pero son nuestros hijos de puta».

¿Sí?

No. La frase encierra trampa. Da a entender que quien la dice es partidario de los métodos de gobierno limpios y democráticos (y que él, en particular, los aplica), pero que tiene que aceptar, por causa de fuerza mayor, que algunos brutos no lo hagan.

Pero eso es falso. Porque ellos mismos se sirven de métodos repugnantes cada vez que les hace falta. ¿O alguien se cree que la CIA y el FBI en tiempos de Roosevelt no mataban, no torturaban, no se saltaban a la torera el derecho internacional en cuanto les estorbaba?

Es una coartada. Lo que diferencia a los unos y los otros no es su calidad ética, sino sus respectivas circunstancias. Hijos de puta, lo que se dice hijos de puta, lo son todos.
Precisiones.– 1ª) Un lector me escribe apuntando que la célebre cita a la que me referí en mi apunte de ayer («He may be a son-of-a-bitch, but he is our son-of-a-bitch», o sea, «Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta») debe asignársele a Cordell Hull, que fue secretario de Estado de Franklin D. Roosevelt entre 1933 y 1944, y no al propio Roosevelt. También asegura que Hull lo dijo refiriéndose al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, y no al patriarca de los Somoza. Es muy posible que tenga razón. De hecho, hay documentos en la Red que respaldan esa atribución. Pero también cabe encontrar otros que insisten en achacársela directamente a Roosevelt y que meten a Somoza de por medio. Mi problema es que no encuentro una fuente que pueda dar por fiable y solvente. 2ª) Cometí un error al hablar de la CIA en tiempos de Roosevelt. La CIA fue creada en 1947, bajo la presidencia de Harry Truman, a partir de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) y de la Oficina de Inteligencia Naval (ONI). Los EEUU realizaron acciones ilegales secretas fuera de su territorio antes de 1947, pero no a través de la CIA, obviamente.

lunes, 16 de abril de 2007

Ecuador: cita con la historia / Atilio Borón

Rafael Correa quiere refundar el estado ecuatoriano. ¿Se trata de una maniobra “populista” o responde a una necesidad histórica? La derecha dice que lo primero, y la propaganda para descalificar la iniciativa presidencial apeló a las técnicas usuales en estos casos: “campaña de terror”, mentiras “que parecen verdades”, y todo tipo de chantajes. Si gana el “sí”, decían los sedicentes “custodios de la democracia y la libertad” tan valorados por George W., es votar por el caos, el autoritarismo presidencial, el aborto, el comunismo. Incluso llegó a decirse que, envalentonado por su triunfo, ¡Correa expropiaría las tierras de las comunidades campesinas!

Afortunadamente esta campaña no parece haber sido demasiado eficaz para “formatear” la conciencia política de las masas ecuatorianas. Su notable triunfo contra el multimillonario Noboa en las elecciones presidenciales pasadas fue una primera señal de los límites con que tropiezan tales ardides; la paliza electoral infligida el día de ayer lo ratifica y, de paso, confirma que el llamado hecho por Correa obedece a razones profundas e impostergables por lo que el triunfo del “sí” a la convocatoria de una constituyente debe ser saludado como un avance político de primera magnitud.

Son muchos los datos que abonan esta interpretación. Una encuesta realizada en 18 países de América Latina por Latinobarómetro a mediados del 2006 demuestra que Ecuador y Bolivia son los dos países con la mayor proporción de ciudadanos que dicen que puede haber democracia sin partidos políticos y sin congreso. En el caso del Ecuador las cifras son de un 45 y un 42 por ciento respectivamente; en Argentina 64 y 71 por ciento. En buenas cuentas, casi la mitad de la población ecuatoriana, harta de los engaños, las maniobras y las corruptelas que se manifestaron con inusual intensidad en ese país cree que es posible construir un régimen democrático sin partidos ni congreso. Si observamos la proporción de gente que cree que el gobierno favorece a unos pocos privilegiados en lugar de hacerlo a favor de todo el pueblo los resultados son escandalosos. Sólo el 11 por ciento de los ecuatorianos creen en lo segundo; 89 por ciento, en cambio, cree -¡con razón!- que se gobierna a favor de los ricos y poderosos, siendo estos guarismos los más extremos de toda América Latina. Lo interesante del caso es que pese a estas decepcionantes realidades los ecuatorianos siguen teniendo confianza en la democracia: el 54 por ciento dice que es preferible a cualquier otra forma de gobierno, una cifra similar a la de Chile (56 por ciento) y superior a la de Colombia (53 por ciento) y Brasil (46 por ciento). Esta virtuosa persistencia del apoyo a la democracia es tanto más loable si se tiene en cuenta que cuando se le preguntó a los entrevistados si se hallaban “satisfechos” o “más bien satisfechos” con el funcionamiento de la democracia en Ecuador apenas el 22 por ciento respondió afirmativamente.

Conclusión: la propuesta del presidente Correa es razonable y necesaria porque intenta subsanar la profunda deslegitimación que ha sufrido la democracia a manos de gobiernos “pseudo-democráticos” que una y otra vez traicionaron el mandato recibido en las urnas. No por casualidad grandes movilizaciones populares desalojaron a tres presidentes en menos de diez años. Una de las más distinguidas sociólogas ecuatorianas, Ana María Larrea, caracteriza a la constitución de 1998, surgida luego del derrocamiento de Abdalá Bucaram, como “esquizofrénica”: de avanzada en la formalización de los derechos medioambientales, de los pueblos indígenas y afroecuatorianos, de las mujeres, de los niños y jóvenes y de los discapacitados pero, al mismo tiempo, su talante neoliberal consagra un estado “ausente”, débil, sin adecuados organismos de control democrático y perpetúa un sistema político (partidos y congreso) con escandalosos niveles de irresponsabilidad y corrupción, lo que impide que los derechos que contempla puedan materializarse.

Con el triunfo del sí se abre un proceso tendiente a poner fin a esta intolerable escisión entre derechos constitucionales que se convierten en letra muerta y un orden democrático deslegitimado e inoperante. El objetivo de la reforma será reconstruir al estado, crear dispositivos que garanticen la redistribución de la riqueza y la justicia social, la defensa de la soberanía nacional y la nacionalización de los recursos naturales. Claro que nada de esto podrá lograrse sin vencer la encarnizada resistencia de las clases dominantes y sus aliados en Washington. Tal como se ha dicho una y otra vez, quien pretenda reformar nuestras sociedades no tendrá que vérselas con hidalgos adversarios prestos a reconocer que su ciclo político ha concluido sino con feroces enemigos dispuestos a responder con los horrores de una sangrienta contrarrevolución la osadía de pretender cambiar un orden que sus beneficiarios no sólo n justo sino también natural e inmutable. Correa ha triunfado y demostró no sólo sabiduría para planear y ejecutar su estrategia de construcción de poder sino además el valor y la audacia que requieren todas las grandes iniciativas políticas. Ecuador necesita este acto fundacional, y parece haber encontrado el personaje capaz de encarnar esa necesidad histórica. Puede sonar demasiado hegeliano, pero como Marx se encargó de demostrar la historia es siempre un proceso dialéctico en donde los grandes procesos estructurales requieren de la aparición de ciertos sujetos colectivos e individuales. En los últimos diez años Ecuador vio nacer a los primeros. Ahora parece haber encontrado a su líder. ¡Enhorabuena!

sábado, 14 de abril de 2007

Vamos al referéndum / Luis Paulino Vargas

A propósito del referendum, incluyo un texto del economista Luis Paulino Vargas.
Repasemos algunos datos. Dos años atrás las encuestas de La Nación y demás medios oligárquicos hablaban de porcentajes de apoyo a favor del TLC que superaban el 80%. En cambio, la encuesta más reciente del citado medio mostraba un 63% de la población expresándose en términos negativos (“regular”, “malo”, “muy malo”). Entre tanto, las opiniones favorables se derrumbaban al 37%. No olvidemos que, sin duda, ha de haber sido una encuesta tan tendenciosa como sus antecesoras; si no en la selección de la muestra o el manejo de los datos, sí, como mínimo, en la formulación de las preguntas.

Esto sin duda alguna resulta desconsolador para los telecistas. Sumemos: millones de millones –imposible estimar cuántos- que han despilfarrado en propaganda; medios de comunicación comerciales –desde Telenoticias a La Nación ; de Columbia a Repretel- manipulando información en un torneo propagandístico cínico y desembozado. Y, desde luego, todo un Premio Nóbel de la Paz , capitán, águila imperial y, sobre todo, vocero personal de oligarquías criollas y corporaciones transnacionales, dedicado a vomitar cotidianos exabruptos de intransigencia y extravío.

Para quienes venimos luchando contra el TLC estos resultados constituyen, todo lo contrario, signo de que las cosas se han venido haciendo bien. La clave creo que ha sido fundamentalmente una: el respeto por nuestro pueblo. Respetarlo significa respetar su inteligencia y su sensibilidad. Los telecitas desconocen lo que tal cosa significa. Ello se refleja, por ejemplo, en su dispendiosa propaganda, diseñada en clave de estupidez; como si el pueblo costarricense estuviese constituido por una recua de idiotas. A fin de cuentas, esto es síntoma de problemas más profundos: la inteligencia de las oligarquías telecistas está cegada por el oropel de las opulencias estadounidenses y su sensibilidad embotada de tanta avaricia. Por ello son incapaces de entender cómo piensa y siente nuestro pueblo.

Nosotros y nosotras –los del Movimiento del No al TLC- no tenemos ni un cinco para propaganda. En cambio nos sobra convicción y pasión en nuestros corazones y una inteligencia despierta y crítica. Y el amor necesario para sabernos parte de este pueblo y la humildad suficiente para entender que cuando intentamos educar a nuestra gente, ahí mismo nos estamos educando, porque la vida de este pueblo –y sus luchas, sufrimientos y esperanzas- son una inmensa escuela desde la cual aprender el cómo construir una Costa Rica nueva y distinta.

Y, en fin, ¿cómo lo hemos hecho? Dialogando y razonando con la gente; hablándole con respeto y escuchándola con respeto. No se ha necesitado de la violencia, cuando, por el contrario, hemos construido desde la paz. Y desde la paz sembramos la semilla de un país y un mundo mejores, que cualquier mundo posible, para ser realmente mejor, necesariamente ha de ser un mundo de paz.

Viene el referéndum. Con su usual incapacidad para leer la sensibilidad popular, Ottón Solís se une a los libertarios para demandar que sea el gobierno el que convoque, por medio de acuerdo de la Asamblea Legislativa , al referéndum. Ahí se pone de manifiesto lo pernicioso de los principismos, que sustituyen la vida concreta por reglas inmutables e inertes. En cambio, los verdaderos demócratas vemos en el proceso de recolección de las firmas, una enorme escuela de educación democrática y popular, desde la cual dar continuidad, y elevar a nuevos niveles, la lucha contra el TLC.

Meses atrás me pronuncié en contra de esta alternativa. Pero lo cierto es que la nuestra es una realidad compleja y, por ello, sumamente dinámica. Y, por cierto, nada en el mundo socio-político puede ser peor que no aprender de la realidad y no ser capaces de interpretar sus evoluciones. Hoy las condiciones han alcanzado un punto tal de maduración, que hacen factible derrotar el TLC desde un referéndum. Nuestra estrategia –basada en la resistencia y protesta pacíficas; en el diálogo y la persuasión; y, por encima de todo, basada en el respeto a nuestro pueblo- ha dado frutos muy significativos. Y de paso hemos ido consolidado una inmensa red organizativa de base que cubre todo el territorio de Costa Rica.

La estrategia ahora, en el contexto de esta convocatoria, se vuelve mucho más clara: una inmensa movilización, barrio por barrio y casa por casa, de recolección de firmas, donde cada firma ha de ser, al mismo tiempo, ocasión para el diálogo, la educación y la persuasión. El inicio, pues, del triunfo del No que ha de ser, enseguida, las bases desde las cuales trascender el TLC cosa que, en verdad, es la realmente más importante y significativa.

Las minorías ultraizquierdistas dentro del Movimiento del No –otro reducto de principismos abstractos- seguramente no entenderán lo que esto significa y se dedicarán a meter bulla. Habrá que confrontarlos y ponerlos en su lugar. Al fin de cuentas, y por propia decisión, terminarán donde les gusta estar: aislados.

Entre tanto, debe haber una exigencia clara y contundente dirigida al Tribunal Electoral y al gobierno de la República : la de la equidad en las posibilidades de difusión de información y debate. El gobierno debe mantenerse al margen y evitar toda manipulación. Al Tribunal le compete establecer y garantizar condiciones paritarias. A nosotros y nosotras nos corresponde velar porque esto se cumpla; denunciar implacablemente cuando se irrespete; recurrir a todos los medios a nuestra disposición –institucionales; internacionales; de protesta y resistencia pacífica; de convencimiento y movilización popular- para frenar cualquier atropello.

Con el referéndum nadie ni nada se desmoviliza. El Movimiento del No entra en una nueva etapa donde el trabajo de educación popular ha de volverse mucho más intenso. El respeto por la inteligencia y sensibilidad de nuestro pueblo y la capacidad para hablar su lenguaje y meter en la médula de nuestros huesos sus dolores e ilusiones, son la clave insustituible del triunfo.

lunes, 9 de abril de 2007

¿Qué querés ser cuando seas grande?

¿Qué querés ser cuando seas grande? Típica pregunta de la infancia. La primera vez que me la hicieron ya estaba en la escuela, o sea, podía tener 6 ó 7 años.


Cuando a uno le preguntan qué quiere ser de grande, lo confrontan de forma violenta con eso que llaman futuro, que para uno es futuro lejanísimo. Y no sólo lejanísimo, sino que inimaginable, primero que todo porque la noción del tiempo que uno tiene es sencillamente limitada, uno no se imagina de quince años, menos de veinte o treinta, es toda una vida lo que falta, además a los siete años ¡qué carajos le importa a uno!, todo pasa ahora, hay recuerdos pero no muchos, hay mañana, hay pasado mañana, está el viaje a cualquier lado dentro de dos meses (que por cierto es una eternidad), pero nada más. Menos existe la idea de que en este mundo uno tiene que “ser algo” para ganarse el pan, uno sabe que el papá o mamá (o alguien) trabaja y con eso se compran cosas, pero el mecanismo para obtener la plata y lo que cuesta es un misterio que no compete conocer a esas edades. Algunos desgraciadamente no llegan nunca a entenderlo, ni siquiera en toda una vida de trabajo.

Pero antes de que me hicieran esa fatídica pregunta por primera vez, en el kinder (El Principito se llamaba), un día de tantos, se organizó una de esas típicas excursiones a la estación de bomberos más cercana. Con impecable uniforme celeste, y mi lonchera de Superman en mano, con apenas cinco años estuve efectivamente ahi: la estación de bomberos más cercana. Y sí, al igual que el noventa y cinco por ciento de mis compañeros ¡quería ser un héroe, quería ser Bombero! Me acuerdo que en esa excursión hasta me tiré por el tubo, en ese momento también pensaba en Batman yendo hacia la Baticueva, pero la idea de ser bombero era más fuerte. Posiblemente esa fue la primera vez que “quise ser algo”. Como creo que le sucede a todo el mundo, mi primera profesión no me duró mucho, porque luego quise ser fabricante de muebles de mimbre como mi papá. Pero algún tiempo después, influenciado por cierto programa televisivo descubrí que quería ser otra cosa, y cuando me hicieron en la escuela la fatídica pregunta, no lo dudé, y respondí que quería ser abogado.

Mi ganas de ser abogado se truncaron aquella noche en que, con mi pijama azul de la Pantera Rosa y voz solemne, (como la de alguien que va a pronunciar una frase para su epitafio), lo anuncié a la familia. Con ese tono solemne se lo dije a mi papá, que se me quedó viendo con una mirada más paternal que solemne, y con tono entre serio y aguantando la risa, me dijo: “los abogados son un montón de ladrones”, la sentencia fue tan terrible, que mi única respuesta fue: “entonces yo no quiero ser abogado, porque yo no quiero ser ladrón”. Respuesta que fue tan sincera, que valió para que todos los presentes estallaran en una sola risa. Yo me reí también, arrastrado por la risa general, aunque no entendí porque todo el mundo se reía de algo tan terrible.

Pasaron varios meses y otras cosas más importantes (como las revistas de Kalimán, los transformers, el fútbol) me rondaban por la cabeza. A la mitad de mi vida, después de un periodo muy caótico, tomé la decisión de ser psicólogo, o por lo menos, de estudiar psicología, esto con la vana esperanza de entender(me) algo. No lo dudé ni un momento, como tampoco dudé mantenerlo en secreto, la experiencia me dictaba que era mejor no contárselo a mi papá, ni a nadie, no fuera que alguien me dijera que “todos los psicólogos están locos”, o alguna cosa por el estilo, y ahí terminaran nuevamente mis aspiraciones profesionales.

A la mitad de la vida supe que quería estudiar psicología. Hace unas horas una amiga me contó lo que no quería ser cuando fuera grande, eso desencadenó esta serie de recuerdos, y la pregunta “¿Qué querés ser cuando seas grande?”, que me llevó a preguntarme: “¿qué diablos quería ser cuando estaba chico?”, noté que la pregunta se había invertido. Me eché una carcajada, que se cortó cuando de repente me acordé que casi he llegado a los treinta años, y entonces pensé: “¡puta, se supone que ya soy grande!”. La pregunta que necesariamente siguió fue: “si soy grande, ¿qué soy?”, la poca risa que me quedaba se esfumó cuando simplemente me respondí “no tengo ni la menor idea”.

jueves, 5 de abril de 2007

EL TÍTERE Y EL ENANO El Núcleo Perverso del Cristianismo


Ahora que estamos en Semana Santa, y acatando la "recomendación" y la "invitación" que se nos ha hecho a la reflexión, aprovecho para compartir con todos ustedes un fragmento de un interesante libro del filósofo esloveno Slavoj Zizek, titulado "EL TÍTERE Y EL ENANO El Núcleo Perverso del Cristianismo*", específicamente del capítulo 1 "El encuentro entre Oriente y Occidente" (págs.24-30).



[...]
En la forma corriente del ateísmo, Dios muere para los hombres que dejan de creer en Él. En el cristianismo, Dios muere para sí mismo. Cuando Cristo dice "Padre, ¿por qué me has abandonado?", comete lo que para un cristiano es el pecado último: renegar de su Fe.


Esta "cuestión demasiado oscura y terrible que no resulta fácil analizar" tiene que ver con lo que no puede dejar de presentársenos como el núcleo PERVERSO oculto del cristia­nismo. Si en el Paraíso estaba prohibido comer el fruto del árbol de la sabiduría, ante todo, por qué Dios puso allí ese ¿No será que aquello fue parte de su estrategia perversa para seducir primero a Adán y a Eva y poder salvarlos después, de la Caída? Es decir, no deberíamos aplicar incluso a esta primera prohibición la idea de Pablo de que la ley prohibitiva crea el pecado? Una oscura ambigüedad similar caracteriza el papel que desempeña judas en la muerte de Cristo: puesto que su traición era necesaria para que se cumpliera la misión de Cristo (redimir a la humanidad mediante su muerte en la cruz), ¿no necesitaba Cristo esa traición? Aquellas ominosas palabras que pronunció durante la última cena, ¿no eran una ORDEN secreta para que judas lo traicionara? Judas, quien lo traicionó, dijo: "r Soy quizás yo, maestro?". Y Jesús replicó: "Tu lo has dicho" (Mateo 26, 25). La figura retórica de la réplica de Cristo es, por supuesto, la de la orden negada: Judas es interpelado, no directamente ("Tú eres quien me entregará"), como el que entregará a Cristo a las autoridades, pero de este modo la responsabilidad se deposita en el otro. ¿No es, pues, judas el último héroe del Nuevo Testamento, el único que estuvo dispuesto a perder su alma y a asumir la condena eterna para que pudiera cumplirse el plan divino?


En otras religiones, Dios les pide a sus seguidores que permanezcan fieles a él; sólo Cristo les pide a sus seguidores que lo TRAICIONEN para que él pueda cumplir su misión. Aquí uno se siente tentado a decir que todo el destino del cristianismo, su núcleo más íntimo, depende de la posibilidad dle interpretar este acto en una perspectiva no perversa. Vale decir, la lectura obvia que se impone es perversa: mientras se quejaba de que alguien fuera a traicionarlo, Cristo le estaba dando a judas, entre líneas, la orden de traicionarlo, pidién­dole el sacrificio más elevado, no sólo el sacrificio de su vida, sino también el de su "segunda vida", el de su reputación póstuma. El problema, el oscuro nudo ético de este asunto no está en judas, sino en Cristo mismo: para poder cumplir su misión, ¿estaba obligado a recurrir a semejante oscura y archiestalinista manipulación? ¿ O podemos interpretarla re­lación entre judas y Cristo en una perspectiva diferente, fuera de esta economía perversa?


En enero de 2002, en Lauderhill, Florida, se dio un extraño acto fallido freudiano. Se descubría una placa para homenajear al actor James Earl Jones durante una celebración en honor de Martin Luther King, pero la placa decía: "Gracias a James Earl Ray por mantener vivo el sueño" (una referencia al famo­so discurso de King, "Yo tuve un sueño"). Como se sabe, Ray fue el hombre acusado de asesinar a King en 1968. Por su­puesto, es muy probable que éste haya sido un desliz racista bastante elemental, sin embargo, hay en él una extraña verdad: Ray efectivamente contribuyó a mantener vivo el sueño de King en dos niveles diferentes. En primer lugar, parte del carácter heroico y la dimensión que adquirió la figura de Martin Luther King se debieron a su muerte violenta. Si no hubiera muerto de ese modo, nunca se habría convertido en el símbolo que es hoy, no habría calles que lleven su nombre y su aniversario no sería un día feriado. De manera aún más concreta, hasta podría sostenerse que King murió exacta­mente en el momento justo: durante las semanas anteriores a su muerte, el líder negro había adoptado una posición más radicalmente anticapitalista, había apoyado huelgas de obreros blancos y negros, y si hubiese continuado virando en esa dirección, habría llegado a ser una figura definitivamente inaceptable para el panteón de los héroes norteamericanos.


Por consiguiente, la muerte de King sigue la lógica elabo­rada por Hegel con respecto a julio César: César, el individuo, tenía que morir para que pudiera surgir la noción universal del césar. El concepto de Nietzsche de una "traición noble" modelada a partir de la figura de Bruto define la traición del individuo a favor de la Idea superior (César debe desaparecer para salvar a la República) y, como tal, la considera la histórica "astucia de la razón" (el nombre de César retorna como un título universal, el césar, y con ello consuma su venganza). Parecería que lo mismo puede decirse en el caso de Cristo: la traición era parte del plan. Cristo le ordenó a judas que lo traicionara para poder cumplir el plan divino, esto es, el acto de traición de judas era el sacrificio más elevado, la fidelidad extrema. Con todo, es importante destacar el contraste entre la muerte de Cristo y la de César: César primero fue un nom­bre y tuvo que morir como nombre (el individuo singular contingente) para que pudiera emerger como título y concep­to universal (el césar). Cristo, en cambio, primero, antes de su muerte, fue un concepto universal ("Jesús, el Cristo Me­sías") y, a través de su muerte, emergió como el único, singu­lar ("Jesucristo"). En este caso, la universalidad fue aufgehoben [abolida y superada] por la singularidad, es decir, se dio el proceso inverso.


Entonces, ¿qué cabe decir de una traición más kierkegaardiana, no la del individuo a favor de la universalidad, sino la de la universalidad misma a favor del punto singular de excep­ción (la "suspensión religiosa de lo ético")? Más aún, ¿qué decir de la traición "pura", la traición por amor, la traición como prueba última de amor? ¿Y de la traición a uno mismo? Puesto que soy lo que soy a través de mis otros, la traición al otro amado es la traición a mí mismo. Y SEMEJANTE traición, ¿no es parte de todo difícil acto ético de decisión? Uno tiene que traicionar su propio núcleo íntimo, como hizo Freud en su Moisés y la religión monoteísta al privar a los judíos de su figura fundadora.


Judas es el "mediador evanescente", entre el círculo origi­nal de los doce apóstoles y Pablo, el fundador de la Iglesia universal: Pablo literalmente reemplaza a Judas, al tomar su lugar entre los Doce en una especie de sustitución metafórica. Y es esencial tener presente la necesidad de esta sustitución: la Iglesia universal sólo puede establecerse mediante la "traición" de judas y la muerte de Cristo. Lo cual equivale a decir que el camino hacia la universalidad pasa por la muerte de la particularidad. O, para decirlo de un modo levemente diferente: para que Pablo pudiera fundar el cristianismo desde el exterior, como el único que NO pertenecía al círculo íntimo de Cristo, ese círculo debía romperse desde el interior mediante un acto de aterradora traición. No sólo Cristo, un héroe como tal, DEBE ser traicionado para alcanzar la condi­ción universal; como lo establece Lacan en el Seminario VII, el héroe es el único que puede ser traicionado sin sufrir ningún daño.


La fórmula que propone John Le Carré en El espía per­fecto, "el amor es todo aquello que aún puedes traicionar", es mucho más apropiada de lo que pueda parecer a simple vista: ¿quién de nosotros no ha experimentado, al estar fascinado por una persona amada que deposita en nosotros toda su confianza, que se encomienda total y ciegamente a nosotros, un deseo llanamente perverso de TRAICIONAR esa confianza, de herirla malamente, de destrozar su existencia por com­pleto? Esta "traición entendida como la forma extrema de la fidelidad" no puede justificarse haciendo referencia a la brecha que existe entre la persona empírica y lo que esa persona representa, de modo tal que traicionamos (defraudamos) a la persona por la fidelidad misma que esa persona representa. (Una versión adicional de esta brecha es la traición que una persona comete en el momento preciso en que quedaría públicamente expuesta su impotencia; de ese modo se mantiene la ilusión de que, en caso de que esa persona hubiera sobrevivido, todo habría salido bien. Por ejemplo, la única verdadera fidelidad a Alejandro Magno habría sido matarlo cuando murió: si hubiera vivido una larga vida, podría haber quedado reducido a un impotente observador de la decadencia de su imperio.) Aquí aparece una necesidad kierkegaardiana superior: traicionar la universalidad ética misma. Más allá de la traición "estética" (la traición de lo universal en aras de inte­reses "patológicos": ganancia, placer, orgullo, deseo de herir y humillar), esa sencilla vileza, y la traición "ética" (la traición a una persona en aras de la universalidad, como la famosa frase de Aristóteles: "soy amigo de Platón, pero soy aún más amigo de la verdad") está la traición "religiosa", la traición por amor: "Te respeto por tus rasgos universales, pero te amo por algo que está más allá de esos rasgos, y la única manera que tengo de discernir ese algo es la traición. Te traiciono y luego, cuando estás aplastado, destruido por mi traición, cru­zamos nuestras miradas: si comprendes mi acto de traición, y sólo si lo comprendes, eres un verdadero héroe". Todo líder verdadero, religioso, político o filosófico, tiene que provocar una traición como ésta entre sus discípulos más íntimos. ¿No es así como deberíamos interpretar el apelativo de las últimas proclamaciones públicas de Lacan "A ceux qui m'ainaent", a aquellos que me aman, es decir, que me aman lo suficiente para traicionarme. La traición temporal es la única manera de alcanzar la eternidad o, como dijo Kierkegaard refiriéndose al momento en que a Abraham se le ordena sacrificar a Isaac, su "situación es una ordalía tal que uno no puede dejar de observar que lo ético es la tentación".


De modo que, ¿en qué sentido preciso Cristo no estaba jugando con judas un juego perverso de manipular a su discí­pulo más íntimo para que lo traicionara, acto que El mismo necesitaba para poder cumplir su misión? Quizás un rodeo por lo mejor (o lo peor) del melodrama de Hollywood pueda ayudarnos a aclarar este punto. La lección básica de Rapsodia de King Vidor es que, para poder alcanzar el amor de la mujer adorada, el hombre tiene que probar que es capaz de sobre­vivir sin ella, que da prioridad a su misión o a su profesión antes que a la mujer. Hay dos opciones inmediatas posibles: (1) mi carrera es lo que más me importa, la mujer es sólo una diversión, una distracción; (2) la mujer es todo para mí, estoy dispuesto a humillarme, a dejar de lado toda mi dignidad pública y profesional por ella. Ambas posiciones son falsas y llevan a que la mujer lo rechace. El mensaje del verdadero amor es, pues: "Aun cuando seas todo para mí, puedo sobrevivir sin ti, estoy dispuesto a renunciar a ti por mi misión o mi profesión". La manera apropiada que tiene la mujer de poner a prueba el amor del hombre es, pues, "traicionarlo" en el momento crucial de su carrera (en la película, su primer concierto público, el examen clave, la negociación comercial que habrá de decidir su carrera). Sólo si el hombre puede sobrevivir a la ordalía y cumplir con éxito su tarea, aunque profundamente lastimado por la deserción de la mujer, mere­cerá su amor y conseguirá que ella vuelva a su lado. La paradoja subyacente es que el amor, precisamente como lo Absoluto, no debería postularse como un objetivo directo, sino que debería conservar la condición de un subproducto, de algo que recibimos como una gracia inmerecida. Quizá no haya mayor amor que el de una pareja revolucionaria en la que cada uno de los dos amantes está dispuesto a abandonar al otro en cualquier momento si la revolución se lo exige. En esta línea de pensamiento debería buscarse la lectura no per­versa del sacrificio de Cristo, de su mensaje a judas: "Pruéba­me que soy todo para ti, por consiguiente, TRAICIONAME para que ambos podamos cumplir nuestra misión revolucionaria".
[...]



* Traducción de Alcira Bixio, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2005.


miércoles, 4 de abril de 2007

El movimiento de movimientos en su laberinto

Luis Hernández Navarro
Publicado en el Diario La Jornada de México
Desde su nacimiento en las protestas de Seattle contra la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a finales de 1999, el movimiento contra la globalización neoliberal ha recibido diversos nombres. Altermundismo, movimiento de movimientos, no global, Pueblo de Seattle son algunos.

Muy pronto la revuelta de los globalizados adquirió importancia política mundial. No había cumbre de organismos financieros multilaterales, del Grupo de los 8 (G8) o en favor de acuerdos de libre comercio entre naciones que no se viera enfrentado a las protestas de numerosos manifestantes. Tanto así que un alto funcionario de la administración de Bush declaró al New York Times del 21 de abril de 2001: "No se puede tener una cumbre comercial en estos días sin gases lacrimógenos; sería como una cheeseburger sin queso". Hoy, sin embargo, a pesar de sus éxitos, enfrenta un enorme desafío.

El séptimo Foro Social Mundial (FSM), realizado en Nairobi, Kenia, del 20 al 25 de enero pasados, se efectuó en medio de fuertes críticas. En esta oportunidad, a diferencia de otros años, se objetó no sólo el carácter meramente deliberativo del encuentro y su decisión de no tomar acuerdos programáticos o de acción, sino la dinámica misma de funcionamiento.

Esta edición del FSM fue dominada por las congregaciones religiosas y las grandes fundaciones de la cooperación internacional con muchos recursos por sobre los movimientos sociales. Que empresas privadas patrocinaran el foro levantó la indignación de quienes ven en él una alternativa a la lógica del mercado, así como que los organizadores cobraran una cuota para acceder a la reunión, dejando fuera a los africanos más pobres que no tenían dinero para pagar, fue severamente cuestionado. Con ironía, Rafael Uzcátegui transformó el lema original Otro mundo es posible en "Otro turismo es posible", paráfrasis compartida por buen número de asistentes. Ello es un indicador del agotamiento al que ha llegado la propuesta original del primer foro, efectuado en Porto Alegre.

A esta crisis no le son ajenas las dificultades por las que atraviesan dos de sus principales promotores. La Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos quedó lastimada por un grave conflicto suscitado durante el cambio en la Junta Gestora de la asociación en Francia, en el que se formularon acusaciones de fraude. El Partido de los Trabajadores, de Brasil, sigue gobernando ese país, pero el reformismo sin reformas del presidente Lula precipitó una grave ruptura interna, la salida del ala izquierda del partido, y la decepción de muchos militantes dentro y fuera de ese país con el antiguo dirigente metalúrgico.

El ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 y las invasiones militares a Afganistán e Irak atravesaron el movimiento contra la globalización neoliberal y obligaron a reorientar su actividad. La paz se convirtió en uno de sus objetivos centrales. El altermundismo logró, junto con otras fuerzas, sacar a la calle a millones de personas en casi todo el mundo para exigir el fin de la intervención bélica. Sin embargo, toda esa energía social e indignación no lograron detener la agresión armada. Un sentimiento de impotencia y desesperanza se apoderó de muchos activistas.

Simultáneamente, el despertar de la ola patriótica en Estados Unidos provocó que sindicatos importantes que intervinieron en las protestas contra la OMC se relegaran del movimiento. Una ola antiestadunidense, que no distinguió entre los halcones de Washington y los ciudadanos, recorrió al Pueblo de Seattle. Muchos de sus integrantes conocían en detalle lo sucedido en comunidades remotas de Chiapas, pero ignoraban la resistencia de los herederos de Tom Payne. De la misma manera, el movimiento ignoró lo sucedido en países como China, donde se registran 80 mil protestas sociales al año. Tampoco comprendió cabalmente la naturaleza de la resistencia en las naciones musulmanas en general ni en Irak en particular.

La lucha contra la guerra no acabó con las acciones contra las grandes cumbres del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional, pero limitó su alcance. En las jornadas de Génova de 2001 tuvo su expresión más alta.

En América Latina la dinámica de los movimientos populares se vio cruzada por los procesos electorales que llevaron al gobierno de distintos países a coaliciones progresistas. En Argentina, Brasil y Ecuador las resistencias entraron en reflujo, integración a la esfera estatal y dudas sobre su futuro. En casi todo el mundo, las protestas facilitaron la reorganización y resurgimiento de la vieja izquierda ortodoxa de todo tipo. Este renacimiento fue acompañado de un intento por centralizar, cooptar y dirigir los movimientos emergentes, sin sensibilidad para reconocer sus rasgos novedosos.

El movimiento ha insistido en hacer política desde abajo e impulsar la autorganización de la sociedad como vía para cambiar el mundo. Sin embargo, sin necesariamente proponérselo, la revolución bolivariana de Venezuela provocó que varias islas del archipiélago altermundista volvieran a poner el acento de su acción en los espacios estatales y la política institucional.

En meses recientes han surgido iniciativas para remontar la crisis. El líder campesino francés José Bové presentó su candidatura a la presidencia de Francia después de que durante muchos años se negó a incursionar en esta arena. Vía Campesina integró una coalición estable con ecologistas, consumidores, migrantes y pueblos indios en torno a la soberanía alimentaria. Grupos anarquistas y autonomistas, enfrentados desde las protestas de Praga, comienzan a actuar juntos y se preparan para bloquear la realización de la próxima reunión del G-8 en Alemania. Este año será fructífero en nuevas propuestas de acción. La ola de la resistencia parece que vuelve a despuntar.

lunes, 2 de abril de 2007

Visión hacia las gradas


Como ya sabrán, esta casa tiene muchos recuerdos importantes para mí, conozco cada rincón de la casa, tengo grabados varios momentos especiales de mi vida en esta casa. Si uno se para en el marco del cuarto de mi abuela (bueno, mi oficina, es la costumbre), que da de frente a las gradas se puede obtener una buena vista hacia abajo, todo el panorama pero no como el sujeto que mira directamente, sino como un espectador. Esa sensación es extraña, porque lo ubica a uno como si estuviera en una película, pero sin ser el protagonista, sino quien maneja la cámara, o más trágico aún, como el lente mismo. En todo caso, la visión es muy buena e invita a filmar buenos momentos que uno se esforzará por recordar, porque contienen diferentes momentos de la película de la vida.


Imagínese que se para en ese marco, cuando sabe que en ese momento estará grabando ese instante en su mente, porque será asociado a un momento significativo de la vida.


Es curioso que funcione así, porque realmente me funciona muy bien. Mi vida, desde ángulos y lugares distintos (pero que cumplen con esos requisitos enumerados anteriormente), tiene momentos significativos ligados a imágenes, fotografías que de repente tienen movimiento y se recrean en mi mente. Siempre sé que es un momento de esos porque se siente, y por supuesto me preparo para grabarlo. Claro, a veces se pueden pillar momentos de esos sin que uno esté preparado, pero no son esos momentos a los que me refiero, esos suelen un tanto caóticos, más tirados hacia momentos muy fuertes en lo físico, no tanto emotivo. A veces también, he de confesarlo, simplemente preparo un momento para imaginar e ir a escribir para poder simplemente, compartirlos con alguien. Simplemente los invento. Tal vez a alguien le parezcan interesantes.


El caso es que hace algún tiempo tuve un momento de esos. Ella me dijo que ya se tenía que ir. Le pregunto por qué. Ella no quiso contestar, y se acabó el tema. Me besó tiernamente y sentí fuego por dentro, fuego que por supuesto ella sintió. Ese fue el preciso momento en que supe que sería un episodio de mi vida. Habíamos estado discutiendo sobre el futuro mutuo, y realmente no lo sabíamos, pero no lo sabíamos sencillamente porque estábamos muy ocupados pensando lo que imaginaríamos lo que espera cada uno del otro, o simplemente pensando en las diferencias, en resumen por darle más importancia a eso que a otras cosas más importantes en la relación de pareja.


Estábamos en el suelo, oyendo música, y hablando cualquier cosa, pero la conversa estaba interesante. Luego de haber fumado un poco, y sentirnos relajados, nos besamos, nos sentimos. Eso nos asustó. Y empezamos a maquinar, a hacernos preguntas inconvenientes, y, claro, eso provoca, cualquier cosa. Los hechos hablaron por sí solos, nos entendimos de repente, y eso nos asustó, aunque no sabíamos lo que significaba, no sabíamos lo que iría a pasar. Y es mejor no pensar en eso, porque con suerte pensamos cosas diferentes. En estos casos, y como en muchos otros, es mejor no preguntar y simplemente dejar fluir.


Bajó esas escaleras, yo por supuesto, me puse en posición. Una, dos, tres, cuatro gradas, en su talante de mujer seductora, y me preguntó porque no bajaba. Justo en ese momento sonaba “People are strange / when you're a stranger / Faces look ugly when you're alone / Women seem wicked when you're unwanted / Streets are uneven when you're down / When you're strange / Faces come out of the rain / When you're strange / No one remembers your name / When you're strange / When you're strange / When you're strange” .


Quinta grada, justo en ese momento ocurrió, se volvió. Con su sonrisa, sus ojos tiernos y seductores, con su boca pidiendo besos a gritos, su piel sedienta de mi piel, su sexo húmedo. Toda ella mirándome, sonriendo, invitándome a bajar, así por la buenas, por las mejores, por las que ella sabía.


La alcancé en la grada siete. Me recibió en sus brazos, y con sus labios. Un largo beso, un casi eterno beso, y muy profundo, de esos que también sé formarán parte de mi vida por largo rato.


Gradas más abajo ambos lo entendimos, no lo dijimos, simplemente lo sabíamos, tampoco preguntamos, de eso se trataba todo, de dejarlo ir, fluir. Ese momento supe, que como mínimo, ese sería un momento que formaría parte de la película de mi vida precisamente el momento en que llego a los treinta y todo te da vueltas, sobre todo oyendo The End.


DIECISEIS PASOS PARA CONVERTIRME EN UN TRAIDOR AL PUEBLO COSTARRICENSE

El partido Vanguardia Popular ha hecho circular su DIECISEIS PASOS PARA CONVERTIRME EN UN TRAIDOR AL PUEBLO COSTARRICENSE, después de leerlo quise escribir algo, pensaba que era una pérdida de tiempo, pero que había que decir algo. Afortunadamente alguien lo hizo primero y muy bien, así que, simplemente lo transcribo:



Acerca del mensaje enviado por el Partido Vanguardia Popular con los 16 pasos para convertirse en un traidor al pueblo costarricense yo tengo algunas dudas que quisiera plantear muy seriamente:

1. ¿Para ser un traidor al pueblo, hay que cumplir con cada uno de esos 16 pasos? o ¿basta con cumplir uno de ellos?

2. ¿Deben cumplirse en orden, o se pueden ir cumpliendo en desorden?

3. ¿El tiempo en que se van cumpliendo cada una de los 16 pasos es importante o no?, es decir, ¿Deben cumplirse en un plazo determinado o cuando queramos?

4. ¿Es más traidor el que cumple los 16 pasos en menos tiempo o el que los cumple a lo largo de mucho tiempo?

5. ¿Qué pasa si no comienzo por reconocer que el comunismo está obsoleto (paso 1) sino que empiezo por el paso 3, o por el paso 15? ¿Se configura o no se configura en ese caso la traición?

6. ¿No sería bueno establecer una clasificación que permita determinar el grado de traición en función del número de pasos dados? Por ejemplo quien haya cumplido el paso 1 podría ser "traidorcitos" , el que lleguen al 2 "traidorcillo" , al tres "traicionerillo" , al 4 "traidorcín", y así por el estilo hasta llegar a los grados máximos: "traidor paredón 6", "traidor hoguera 8", "traidor horca 9" "traidor empalamiento 10" y así por el estilo. El último podría ser "traidor judas 16". ¿Qué les parece?

Creo que esas preguntas y sobre todo la propuesta última son importantisisí mas, vitales para decantarar, purificar y limpiar el movimiento anti-TLC.

En todo caso, para simplificarle la tarea a los patrióticos y verdaderos revolucionarios, yo quiero proponer que quienes hayamos seguido todos o algunos de esos pasos hagamos un mea culpa.

Que aceptemos y reconozcamos nuestra condición de "traidores al pueblo costarricense" y que como castigo, nos separamos lo más que podamos, nos alejemos lo más que podamos de los verdaderos revolucionarios, de los verdaderos patriotas; así además evitaremos contaminar su pureza.

Dejemos en paz a los puros, a los verdaderos, a los inigualables patriotas y revolucionarios, que sigan construyendo su "gran" movimiento de masas formado por revolucionarios puros, patrióticos, verdaderos y consecuentes.

Todos los demás, hombres y mujeres pecadores, hombres y mujeres terrenales, simples mortales de carne y hueso, aceptemos nuestra condición de traidores.

Para pagar nuestra culpa y nuestro pecado les propongo que como castigo nos obliguemos a seguir formando la más grande y extraordinaria alianza jamás formada en nuestro país en torno a lucha social alguna.

Que sigamos juntándonos todos los demás, estudiantes, organizaciones de mujeres, ambientalistas, sindicatos, organizaciones campesinas, indígenas, comunales, académicos e intelectuales, artistas, representantes de la cultura, de las ONGs, de las organizaciones sociales y grupos locales de todo el país, partidos, movimientos y líderes políticos y religiosos de todas las denominaciones, y trabajemos en torno a un programa mínimo que aunque no sea "quimicamente puro" (cosa que solo los verdaderos revolucionarios podrían hacer), nos permita al menos derrotar al TLC y plantear una alternativa viable para nuestra Patria. ¿Les parece?

Y a los verdaderos revolucionarios solo me resta implorarles piedad, pedirles perdón por no ser como ellos, por no tener su nivel, su capacidad, por haber caído en la tentación de creer en el pluralismo, en la "unidad en la diversidad". Prometo darme por el pecho una y otra vez hasta ojalá, llegar a ser algún día como ustedes.

Saludos

Jorge Mora Portuguez