“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

jueves, 28 de marzo de 2013

Salvar la bola de la mejenga, dura misión

Mi barrio era muy particular. Durante algunos años vivimos justo al inicio de la cuesta, aunque las mejengas se jugaban en la otra calle, que era plana, a veces se armaban unas buenas "ligas" en la cuesta. El portón de mi casa hacía las veces de marco de fútbol. Ni a papá ni a mi mamá nunca les molestaron los bolazos al portón, como sí ocurría con otros vecinos, claramente eso es algo que el barrio entero les agradecía. Creo que mis papás comprendían que uno carajillo hacía esas cosas, y preferían que jugáramos al frente y que no tuviéramos que irnos quien sabe dónde a jugar.

Una tarde jugando ligas, me cuadré frente al portón, la bola había que prensarla con un par de piedritas para que no se fuera rodando cuesta abajo, di dos pasos hacia atrás, me sentía Maradona frente al arco, sólo frente a mi hermano. Avancé lentamente, hice un toque de maestro y la bola hizo una curva magistral, pasando por entre las ramas del palo de mango y se coló directo al ángulo superior izquierdo de la ventana del vecino. Si volviera a repetir ese remate mil veces no podría volver a quebrar ese vidrio, fue un toque de maestro.

Justo en la esquina vivía "el herediano", un tipo insoportable (no por herediano, sino por pandereta y porque le encantaba jodernos). Recuerdo que, allá por 1987, cuando Heredia ganó su campeonato número 20, el tipo se sentaba en la mecedora del corredor de su casa y nos decía una y otra vez: "20 veces campeón... ja-ja-ja... 20 veces campeón...!!!", desda la esquina del frente, la respuesta era siempre una oleada de madrazos e improperios. Su esposa, una fanática evangélica lo hacía entrar, y ella también salía madreada. Era amiga de mi abuela, vivía casi al frente, y seguramente le pasaba las quejas. Mi abuela nunca me dijo nada.

La señora viene al caso, porque el patio de su casa quedaba justo al frente de mi casa, unas latas de zinc muy nuevitas eran la cerca. Así que cuando jugábamos "liguitas", las latas solían llevarse unos buenos bolazos, aún debe haber algún recuerdo mío en esas latas. La señora, muy cristiana, no soportaba nuestra diversión futbolera, no soportaba los bolazos, y cada vez que caía una bola al patio, nos la regresaba partida en dos. ¡Vieja amargada! Así perdimos como diez bolas. Lamento decir esto, pero esta vieja es el personaje de esa pésima canción de Arjona, que por cierto estaba de moda por esa época.

Una tarde, Alejandro, apodado "saque de puerta" (ese era el destino de sus jugadas ofensivas) o también "pelado de tombo perra sarnosa zaguata" (eso tiene una explicación, una vez se peló como un policía, y era muy malo jugando fútbol, claramente el apodo se redujo a "pelado"), hizo una de las suyas y envió la bola directo al patio de la vieja amargada. Era la única bola que nos quedaba, así que tomamos la decisión unánime de rescatar la bola para poder jugar más. la responsabilidad recayó en "pelado", dado que él fue el "animal" que tiró la bola al patio. Entre todos lo subimos para ver si la doña estaba en el patio, "pelado" dijo que no, y lo tiramos. La bola regresó a los pocos minutos, pero "pelado" no. De repente se oyeron algunos gritos, y se abrió la lata roja, que era la que hacía de puerta, y la roca tenía a "pelado" guindando de una oreja. "Pelado" pegaba gritos, nosotros nos reíamos a más no poder, y la doña gritaba indignada que no estaba bien meterse a su propiedad porque "ella podía estar en bata" (jajajaja, sí eso decía).

La bola estaba a salvo, pero la cosa amenazó con convertirse en un "conflicto internacional" cuando Saddam Hussein salió (así le decíamos al papá de "pelado", era igualito), y empezaron los improperios (el viejillo también era pandereta). Mi papá que iba llegando le dijo dijo a la señora que se trataba de un juego, y que ella no tenía porqué estar reventando bolas, que éramos niños (bueno ya casi adolescentes).

Luego del escándalo vecinal, la vieja amargada se metió a su casa, Saddam Hussein a la suya llevando a "pelado" de la oreja, y adentro lo cuerió. Nosotros seguimos con las liguitas, y al final de la tarde todos estábamos muertos de risa del espectáculo. Esa bola se salvó, ese día, semanas más tarde cayó nuevamente al patio y fue devuelta después de pasar por el cuchillo de la señora, esa vez, ni ninguna otra, alguien se atrevió a brincarse las latas, pero cada vez que había utilizar la lata para hacer una pared y driblar al adversario, esas latas se llevaban un buen bolazo, solo para joderla, alguna que otra llovieron piedras a las latas, pero del techo, en venganza por las bolas asesinadas impunemente.

A la fecha he conocido a muchos fanáticos religiosos, siempre (parece que es una regla), son hipócritas, amargados y con una moral enorme, que les da para tenerla doble. Esta señora, que a estas alturas debe estar en el quinto anillo del infierno (que es el único destino para alguien que haya asesinado impunemente tantas bolas), posiblemente le gustaba recitar aquello "dejad que los niños vengan a mí", pero como todo fanático seguro no lo comprendió, o sencillamente se creyó aquello de llevar la cruz del señor, que seguro le pesaba mucho y le amargaba el corazón.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Semana santa

Debo confesarlo, me gusta la semana santa, aunque no por las mismas razones que a un católico ferviente. Me gusta esta semanita de vacaciones, de descanso total, de no hacer nada, de hacer lo que me de la gana, de encuevarme. No me gusta salir en esta semana, me gusta simplemente quedarme acá, este sitio es un paraíso, me gusta leer, ver buenas películas, escuchar música. O sea, de verdad, hacer nada.

Antes de continuar mejor aclaro, no pretende ser éste un apunte anticatólico ni mucho menos,  menos aún pretendo cuestionar la fe de nadie. Lo digo para que nadie se sienta herido, que eso de dañar al prójimo en semana santa debe valer como doble pecado.

Hay cosas de la semana santa que nunca comprendí. Por ejemplo. Recuerdo que antes, cuando era niño, en semana santa no se comía carne, de hecho ni siquiera la vendían. Y no es que ahora se promueva su consumo, lo que pasa es que a diferencia de antes, ya no obligan a la dieta de pescado. Nunca he comprendido porqué sólo pescado. Seguro porque nunca fui católico, pero aún cuando algún lector me indique algún link con la explicación de lo del pescado, no lo comprenderé. A ver, puedo comprender que a un católico practicante le dé por no comer carne, pero ¿porqué la imposición a los que no somos católicos? A los diez años me parecía una imposición insoportable, ya a mis casi 36 me parece una estupidez. Afortunadamente ya no sólo venden carne en el supermercado, sino que los amigos lo invitan a uno a un asado un "viernes santo".

Otra imposición, las películas (que hoy llaman "clásicos de semana santa") que durante más de 40 años pasan por estas épocas. Como en aquellos tiempos tener cable era un lujo, había que aguantárselas, bueno, si uno quería ver tele. Los Diez Mandamientos me gustó las primeras 10 veces, Marcelino Pan y Vino, sólo la primera vez me bastó para no verla nunca más, y así uno puede enumerar todos esos "clásicos". Lo que nunca comprendí muy bien es por qué todas las películas que tuvieran algo de romanos, aunque no tuvieran nada que ver con Jesús o algún personaje o historia bíblica, las zampaban en semana santa. Afortunadamente hoy hay cable si uno quiere ver tele.

Otra cosa que "nunca he comprendido", es la Ley Seca. Porque es una contradicción en sí misma. Nunca una refri está tan llena de licor como en Semana Santa, si uno se toma normalmente, digamos, tres birras, ante la posibilidad de que no vendan uno va al súper y compra entonces doce, para que no falte. Lo peor de todo es que efectivamente uno se las toma todas. Aunque claro, no faltan las ventas clandestinas de alcohol, y siempre se pueda conseguir más. O sea, que la Ley Seca logra exactamente el efecto contrario, uno toma más, el doble y hasta el triple. Pero además logra "daños colaterales" (como le gustaba decir a Bill Clinton), como la violencia de género, muy típica por estas épocas, o sea, que la santa es la semana, no la gente, o sea, que los días no son santos en sí mismos como piensa la gente. Dicho de otra forma, a Dios no le debe servir mucho que el jueves sea santo, si la "tasa de pecado" se multiplica por diez. Ahora, volviendo a lo de la Ley Seca, ésta tiene un sentido que es meramente comercial, las ventas en el supermercado se disparan, y que quienes ganan son los dueños, y claramente la Cervecería, por supuesto que las ganancias crecen también para sus socios, no sé si aún la Iglesia Católica tiene ahí acciones, pero las tuvo, y de seguro se forró.

Pero lo que se lleva el premio, es sin duda aquello de no jugar porque "se puede hacer pez". Me pregunto: ¿a quién se le habrá ocurrido semejante estupidez? Recuerdo que la llegada de la semana santa, además de los temblores de rigor, traía unas mejengas callejeras memorables. Pero siempre cuando la mejenga estaba en lo mejor, o sea empatada a nueve y el que hacía el gol ganaba, aparecía "Úrsula" la doña gorda, horrible (no por gorda sino porque de verdad se parecía a Úrsula la de la Sirenita) y nos pegaba cuatro gritos enviándonos a la penitencia. Evidentemente yo no entendía por qué, simplemente lo que entendía es que Úrsula se había cagado en la mejenga que estaba buenísima. Tiendo a creer que le molestaba nuestra felicidad, y que ella en realidad creía que nosotros debíamos estar tristes, de penitencia o algo así. El caso es que para mí, que nunca fui católico, aquello de que si seguíamos jugando nos convertíamos en peces me parecía una tontera, pero la doña a punta de gritos lograba disolver la mejenga.

Pues bien, éstas son algunas de las cosas que nunca logré comprender de la semana santa, y para ser honesto, no voy a comprender. Pero repito, me encanta la semana santa, aunque los domingos no son de resurrección, el lunes hay que trabajar.

lunes, 25 de marzo de 2013

Apunte Futbolero

No suelo escribir sobre fútbol, y bueno, el apunte no va precisamente de fútbol. Pero dadas las circunstancias, amerita hacer un pequeño apunte de la mejenga del viernes en tierras (nevadas) gringas. Mucho se ha dicho de esto, muchos memes, miles de chistes. Además está claro que el partido debió suspenderse, así no podía jugarse. Los gringos aprovecharon una única opción, un rebote, eso les valió, luego el antifútbol total. No se podía jugar, de hecho los gringos no tuvieron opciones de gol.



Por primera vez en mucho tiempo la Selección de Costa Rica (el orgullo patrio como le gusta decir a los medios chovinistas de este país) no es criticada por su mal juego, hay una excusa real, la nieve no permitiría jugar ni al Barça. Es unánime alabar la actitud de "los muchachos" por el "enorme esfuerzo hecho". Ojalá así fuera siempre.

También es unánime la condena a los federativos, por su pasividad. ¿Qué hicieron para detener el partido? Eduardo Li dice que mucho, pero claramente no lo suficiente. Costa Rica debió amenazar con no salir al terreno de juego, retrasar la salida al segunto tiempo (y ojo que me parece que también al inicio). Pero no. Apelamos a la honestidad de la FIFA, uno de los órganos más corruptos del mundo, y que de paso tiene al país más poderoso de mundo como "acusado". Si la FIFA no repitió el partido entre Italia e Irlanda tras la evidente y escandalosa mano de Henry en el partido de repechaje, menos lo hará ahora. Me sorprendería que lo hiciera, no lo harán.

Está bien que un país saque ventajas de su localía, Bolivia juega en la altura de la Paz, ahí Argentina se llevó 6 goles; Colombia lo hace en el infierno de Barranquilla; Honduras en otro infierno San Pedro Sula; México en el Azteca con la altura y la contaminación y jugar ahí es bien complicado. Ejemplos sobran. Pero una cosa es jugar con lo que se tiene a favor y otra lo que hicieron los gringos el viernes, fue evidente la presión para meter en ese congelador a Costa Rica. La falta de argumentos futbolísticos la compensan con la nieve.

¿Porqué nos hacen esto? Y justo a esto es lo que quería llegar. 

Nos hacen esto porque somos un país servil, porque nuestros dirigentes son unos payasos, corruptos y plateros, pero sobre todo unos chupamedias. Eduardo Li ha demostrado a través de su gestión una incapacidad alucinante.

Francisco Chacón, Ministro de Propaganda del mal gobierno de la Chinchilla, "tuitió2 quejándose de los malos representantes que tenemos... "orejón le dijo el conejo al burro", se llama esa figura. Su esposa fue quien se encargó de "negociar" el TLC con los gringos, los resultados de la tal "negociación" ya los conocemos, pero seguro Chacón cree que su esposa hace un gran papel, vendiendo a nuestros agricultores en al OMC, muy orgulloso debe estar el marido. Ese partido de fútbol es una "bella metáfora" del proceso de "negociación" y aprobación del TLC, porque así fue.

El sábado, una conocida, absolutamente indignada se preguntaba "¿porqué le tenemos tanto miedo a los gringos? Ese partido tenía que suspenderse". Mi respuesta fue: "Eso mismo me preguntaba yo en octubre de 2007".

Aunque debo reconocer que el viernes estaba indignado por la condiciones en que se jugó el partido, yo hace mucho tiempo no me pongo nacionalista con la "Sele" (y casi que con nada) primero porque no me gusta como juegan, segundo, porque se trata de un juego, y no vale la pena morirse por un juego, y tercero, porque la gente se pone como estúpida, eso me molesta. Ahora circulan todo tipo de propuestas como darle la espalda mañana al himno del "fair play", como llevar a los gringos a Lito Pérez, y otras tantas cosas. Tanto que se indignan por este partido de fútbol que no debió jugarse, y no logran ver lo metafórico con respecto a la geopolítica, no comprendo la verdad (mentira, sí lo comprendo, pero es una expresión) porque no pueden hacer la relación, es demasiado evidente, los gringos siempre hacen trampa, en el fútbol y en la política.

Por eso es que resulta alucinante la hipócrita queja de Francisco Chacón por la dirigencia futbolera (se comprende por lo del mundial juvenil femenino y lo mal que quedaron tanto el mal gobierno como la Fedefútbol), pero se queja como si ellos fueran mejores, como si no vendieran al país, como si no se doblegaran ante el gobierno estadounidense con sólo que los gringos vuelvan a ver, un estornudo y van de serviles llevando no una servilleta, la fábrica entera.

Indignado estoy por el partido, pero más me indigna que en este país no podamos ver el fondo, y nos indignemos más por la mala gestión de Edudaro Li, y que no podamos ver que lo que de la Chinchilla es peor aún, porque están destruyendo el país, lo están entregando. A ver si algún día sucede y nos indignamos por lo realmente importante.

lunes, 18 de marzo de 2013

Por el derecho a... ¿parquear?

Ya había visto en las redes sociales que había molestia por el sistema de asignación del marchamo estudiantil. Por la mañana mi papá me llamó para preguntarme qué estaba pasando en la U, porque no podía ingresar al campus con unas sillas y comida para un evento en la Facultad de Ingeniería. Que me llamara podría significar dos cosas, la primera que se le haya ocurrido a mi papá que yo tenía algo que ver con la protesta (cosa que seguramente a él le parece lógico, y bueno a mí también me parece sensato que lo haya pensado); y la segunda, es que si no suponía mi participación en la protesta, que al menos yo sabría de qué se trataba la cosa por trabajar en la U. Supuse que se trata de algo relacionado con el marchamo y eso le respondí, acerté.

Normalmente apoyo las protestas, pero esta, sencillamente me parece que no tiene ningún sentido, aún cuando la molestia por un sistema de asignación de tarjetas de ingreso tan descabellado, pueda ser lógica. Pero no se trata sólamente del sistema de asignación de tarjetas de ingreso, sino más bien propiamente del INGRESO a la Universidad.

Me explico, estos estudiantes que hoy bloquearon el ingreso a la U, no son estudiantes becados, de hechos podría apostar que la mayoría se queja de los bloqueos en defensa de la seguridad social, por alguna cuestión comunitaria, puedo apostar lo que sea, a ninguno de estos los he visto en defensa de las becas, ni en ninguna causa colectiva, salen hoy, se muestran hoy, por un interés individual. Hipócritas, porque se quejan cuando salimos a protestar en defensa de los derechos colectivos, se rasgan las vestiduras contra los bloqueos. Estudiantes, los de hoy en la mañana, egoístas, individualistas, "pipis" (ellos mismos en derecho se autocalificaron de esa forma, o sea se trataba de pi-piquete), es muestra de esa clase de estudiantes que cada día se hacen más en la Universidad aunque aún no llegan a ser la mayoría, pero, que efectivamente manifiesta una tendencia de ingreso a la U, y del rampante individualismo neoliberal. Se reabre de esta forma el debate sobre el ingreso a la U, no para parquear por supuesto, sino de quiénes son y de dónde vienen los que ingresan a la U. Si bien es cierto la protesta no fue masiva, uno se puede preguntar qué es lo que pasa que ahora las protestas en la U son por parqueo y no por esas cosas realmente importantes, y de hecho eso fue lo que muchísimas personas pensamos hoy.

Las protestas, había escrito en otro apunte, tienen un carácter político, más allá de su legalidad, y la legitimidad de la protesta esta fundamentada no sólo en la capacidad de incidencia en la política o decisiones políticas de la autoridad, si no también en lo justo de la demanda. Por eso cabe preguntarse por la legitimidad del pi-piquete, y la respuesta es todas luces que se trata de un berrinche, de un capricho de "niñato de papá" (o de mamá, ¿porque no?), porque así eran quienes hoy en nombre de una "libertad" individual cerraron el ingreso a la U. Y ojo que estos niñatos van lentamente cerrando el ingreso a la Universidad Pública a los sectores populares. Claro, no solamente ellos, sino toda una política desde la misma Universidad y desde el Gobierno. Pero a estos que protestaron hoy ni se les ocurre, y de todas formas no les importa, total lo que quieren es un parqueo.

Ahora, lo que sucede en la Universidad es preocupante, porque aunque no depende exclusivamente de la UCR, el transporte debería ser abordado con mayor seriedad. Por ejemplo la UCR tanto que promueve las energías renovables y el discurso ambiental, no tiene lugares seguros para dejar la bicicleta, el campus no cuenta con un solo parqueadero de bicicletas. Por ejemplo, sería bueno revisar las concesiones de los autobuses, pero no para pasearse en ellas, si no para que se mejoren las unidades y los horarios. La universidad podría incidir en una política de transporte público decente, o por lo menos plantearla para el debate, hay muchos intereses económicos, pero como mínimo platear la discusión. Pero no.

En vez de eso tenemos unas desafortunadas declaraciones del Jefe de Seguridad y Tránsito de la Universidad, que dice que se reducen los cupos de parqueo para estudiantes porque los administrativos amparados en la Convención Colectiva no quieren ceder privilegios, ¿la estupidez es propia o institucional? ¿opina por sí mismo o porque esa es la respuesta de la Institución? ¿Esta respuesta es parte del ataque individual, o del institucional a la Convenció Colectiva? Sería bueno saberlo, a ver si es necesario, ahora sí, una protesta por un derecho de verdad, apuesto que estos niñatos estarán del otro lado, porque como dije, así sonde hipócritas.

La lucha de clases a lo interno de la U existe, y eso no lo digo yo, la realidad misma se empeña en demostrarlo, quien no lo vea seguramente es porque anda buscando parqueo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Porque es pésima, así de fácil!!!

La frase de lo que va del año se la lleva por unanimidad Francisco Chacón,  que  estas alturas debe creer que somos una bola de pendejos.

Según los medios Chacón dice que “no tiene respuesta de por qué no mejora la imagen de la presidenta de la República” aún cuando, asegura, esta administración hace esfuerzos para “mantener la economía creciendo”, y se están gastando un dineral para elevar su imagen (eso último lo agrego yo).


Ensayemos algunas respuestas, así como hipótesis que llaman.

La primera es que el equipo encargado de la propaganda del gobierno son publicistas, y creen que elevar la imagen de un gobierno es como vender hamburguesas. O sea, que el gobierno y ese equipo de comunicación hace publicidad, y no Comunicación Política.

Lo segundo, que se deriva de lo primero. Es que no hay diálogo, ni interés de dialogar de frente con la población. Ejemplos hay muchos, pongamos sólo dos.

El primero. El "diálogo" cuando se decretó el aumento de los 5 mil colones. ¿Qué dijo Chinchilla? Que iba a "dialogar" con los sindicatos, pero no hablaría del tema de los cinco mil colones, posiblemente la presidente (con minúscula y en masculino, se comporta como macho) quería hablar de fútbol o de las bellas tardes de verano, mas no de lo que le interesaba a un amplio sector de la población.

El segundo ejemplo. Dejó hablando solo a un vecino de Alajuelita que le hizo un reclamo, y se molestó. Luego lo justificaron con mil historias. Lo cierto es que se trata de una presidente (con minúscula y en masculino se comporta como macho) que no dialoga.

Posiblemente la mala imagen de la presidente se deba a que ni siquiera sabe cuánto vale un casado, ni siquiera una birra.

O tal vez a que su esposo chocó su automóvil con la licencia vencida y nada pasó.

O tal vez, se deba a los múltiples casos de corrupción en su gobierno, como la trocha, como el robo de armas en el MOPT, como las "omisiones" en las declaraciones de renta de alguno de sus ministros, o de los evidentes casos de tráfico de influencias. Es posible que se deba a la ineficiencia y corrupción en el arreglo de la infraestructura pública. Al rato, tal vez, quien sabe, porque prometió ser firme y honesta, pero nada, la red de cuido es para ministros, diputados y allegados.

Podría ser también, porque el combate a la delincuencia no es efectivo, porque el narco penetra toda la estructura policial, y pareciera que la judicial, porque el gobierno es incapaz de pescar a los peces gordos y sólo pesca el menudo.

Podría ser, tal vez, que la gente nota la improvisación absoluta que es el gobierno, y que sólo los más ricos son beneficiados.

Es posible que los más jóvenes sean los más críticos porque no hay un política de vivienda, y comprar casa es un sueño. O quizás, porque la política de empleo es inexistente (tenemos el crecimiento de empleo más bajo de la región), o porque quizás sí hay política de empleo, y es de las transnacionales y nuestros jóvenes terminan en un call center, que se puede ir en cualquier momento a la India sin pagar las prestaciones.

Otra razón podría ser que se están robando la CCSS, y el gobierno da palos de ciego, menos cuando de dinero y negocios se trata. Se deteriora y privatiza la salud de forma descarada, y Chacón se pregunta porqué la imagen del gobierno está por los suelos.

¿Será que acaso que no le dice nada a Chacón que la administración Chinchilla tendrá el récord de manifestaciones? O sea, en la que más manifestaciones de descontento social ha habido en los últimos 35 años. ¿no le dice eso nada al Ministro de Propaganda?

Podría ser, digo yo, que la mala imagen se deba a que el Ministerio de Trabajo es un cáscarón que no sirve para nada, y que día a día se violan los derechos laborales con total impunidad.

Aunque el Ministro de Propaganda sostiene que la inflación es la más baja, a alguna gente apenas le alcanza para vivir, La Nación S.A. nada sospechosa de izquierdismo, señala que hay gente que no puede pagar la luz. ¿le dirá algo esto a Chacón? ¿Será que Chacón se cree los datos maquillados del gobierno? Porque lo cierto es que aunque la inflación se mantiene en el 5% los precios de las cosas crecen y crecen, y la gente cada día la ve más difícil para sobrevivir, y ya ven cada vez hay más pobres.

¿Será que creen que no nos damos cuenta que la desigualdad social crece? El Ministro de Propaganda no se explica porqué si hay "crecimiento económico" la gente tiene esa opinión, ¿será porque ese crecimiento económico es excluyente y la riqueza se concentra en pocas manos o se la llevan del país? Los datos lo que indican es que somos el país en que la desigualdad más ha crecido en Latinoamérica.

Será que además es muy evidente que este gobierno es un gobierno conservador, homofóbico y machista. Y que aunque la matriz ideológica de nuestro pueblo es conservadora, se ve muy feo que Chinchilla no apoye derechos fundamentales de las minorías. O que la Corte Interamericana nos condene.

Podría seguir enumerando posibles razones de porque la mala imagen de la presidente (con minúscula y en masculino, se comporta como macho), pero creo que las enumeradas podrían darle a Chacón una leve idea, una hipótesis. Yo lo que creo es que Chacón no se lo explica porque tiene a un montón de aduladores al lado, a un montón de chupamedias que le hacen la publicidad, porque no me extrañaría que el mismísimo hermano de la presidente manejara asuntos de imagen de Chinchilla, y ya saben deben ser bien quisquilloso con lo que se dice su hermanita, no lo sé, es una especulación.

Pero lo que sí me atrevo a asegurar es que Laura Chinchilla tiene una mala imagen porque es una pésima presidente, porque se corroboró que no sirve para nada y que fue puesta por los Arias, pero ni a ellos les sirvió. Así de simple, porque es pésima, habría que decirle a Chacón que no se devane los sesos, que la respuesta es muy simple.

lunes, 11 de marzo de 2013

Primer día de clases en la U

Hoy 11 de marzo inició un nuevo ciclo lectivo en la Universidad de Costa Rica. Inevitablemente recordé mi ingreso a la U. Semejante suceso ocurrió un 27 de febrero de 1995. Lo recuerdo como si fuera ayer.

Ya he contado en alguna ocasión que decidí estudiar Psicología en un momento algo caótico de mi vida, más o menos en 1992, tenía 15 años y muchas preguntas que no sabía dónde ni cómo responderlas, pasaba mucho y de forma vertiginosa. Mi familia había sido rebasada por los hechos, las instituciones me parecían una farsa (aún hoy) y Dios no respondía, por más que le preguntaba, estaba mudo, y pensaba que también sordo. Siempre tuve muy claro que no estudiaba psicología porque daba buenos consejos (a nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido pedirme un consejo por aquella época), tampoco porque era el trapito de lágrimas de nadie. Yo lo tenía muy claro, quería respuestas, quería entender, entenderme. Dieciocho años después no sé si logré responder todas esas preguntas, algunas de ellas perdieron sentido o importancia, y otras tantas las olvidé. Lo cierto es que ahora tengo otras.

Mi primera cédula, 1995.
El caso es que cuando fui a retirar el resultado de la solicitud de ingreso a carrera no podía creer que efectivamente había entrado a Psicología. Siempre he creído que tuve mucha suerte. Para ese año se combinaron varios factores. Un cambio en el modelo de admisión, a algún genio en la Universidad se le ocurrió que era un buena idea que uno marcara SEIS opciones de carrera, sí SEIS. Quién fue el de la brillante idea no lo sé, pero no importa. En aquellas épocas el internet era ciencia ficción, así que uno tenía que verificar en el padrón ubicado a un costado del comedor. Aquello por ratos parecía el muro de los lamentos. Como dije, hubo un par de factores determinantes para que yo lograra entrar a Psicología, el primero es que hubo un colador previo, el famoso examen psicométrico, eso de un tajo eliminó a mucha gente, y por otro lado, se aumentó el cupo de estudiantes, pasando de 60 a 100. Yo quisiera pensar que fue mi determinación y mi seguridad en lo que quería estudiar lo que hizo que lograra entrar a Psicología, pero no, no fue eso, claramente. Cuando vi el resultado en el padrón tuve que verlo dos veces, no podía creerlo, no sé que hubiera sido de mí si hubiese entrado a mi segunda opción, o a la tercera, cuarta, quinta o ¡sexta!

Pero volviendo al punto. Ese lunes 27 de febrero tenía mi primera clase en la U, y fue de Teorías y Sistema de Psicología. Como ya daba por descontado que me iba a perder (la clase no estaba en la facultad de Ciencias Sociales, sino en Biología) me fui temprano. Una chica a la que quise mucho cumplía años ese día (en parte por eso recuerdo que fue 27 de febrero) hice parada en el pretil (que no sabía que era el pretil hasta ese día) y la llamé desde los teléfonos públicos que estaban ahí, una moneda de 10 colones le eché al teléfono. En aquella época no existía la semana de bienvenida, la recibida aún por aquellas épocas era el corte de pelo, aunque ya no con la violencia de antes.

Marzo de 1995, más o menos me veía así cuando entré a la U
Faltando como 20 minutos para las seis empezó la travesía hacia el edificio de Biología, con cara aún de adolescente pregunté donde estaba ese edificio, y las direcciones me dejaban peor que antes: "vea mae agarre por el puentecito que esta por química", y yo con cara de imbécil: "¿dónde queda química?", y el chavalo: "baje por Sociales". Y ya no preguntaba más para no sentirme más tonto. Por ahí le pregunté a un muchacha que me vio con ojos de ternura, pero que seguro se burló mucho de mí con sus amigas, y me explicó por donde llegar. En fin, tardé 15 minutos de Generales a Biología. Y una vez en Bilogía a buscar el aula 209, me preguntaba como es que habían tantas aulas en esos edificios, no sabía que las aulas que empezaban con 2 estaban en el segundo piso. Llegado al aula, verifiqué que se tratara de la correcta, no fuera que entrara y a mitad de la clase me diera cuenta que estaba en la clase equivocada, como sí le ocurrió a otro jetas. Verifiqué hasta cinco veces, hasta que vi a Tatiana, que había sido compañera de la escuela, así que pensé que la vergüenza compartida era más llevadera.

Al cabo de cinco minutos entró una muchacha que me pareció bonita, y se sentó al frente, no dijo nada. Al cabo de un par de minutos entró una señora que tampoco saludó. Lo primero que dijo la asistente (esa muchacha que me pareció bonita) fue: "saquen una hoja que vamos a hacer un quiz". Lo único que pensé fue "pucha, ahora sí que estoy en la U". Saqué la hoja, le puse mi nombre y así se quedó, porque las preguntas contenían palabras que en mi vida había escuchado. Una de las pregunta era: "¿Qué es epistemología genética?" (y yo pensaba para mis adentros qué carajos era "epistemología"); otra era: "¿qué es cognoscitivismo?" ("¡mierda! que será esa vara"); otra: "¿qué pesa más en los procesos de conocimiento lo cognoscitivo o lo genético?" ("di pos lo genético, porque eso sí sé qué es"). Las otras dos no las recuerdo, pero conforme iba escuchando las preguntas me iba sintiendo cada vez más estúpido, a la vez que crecían las maldiciones contra el colegio en el que estuve.

Una vez entregada mi blanca hoja, y sintiéndome el más animal del aula, nos presentamos, y la profe por primera vez abrió la boca para explicarnos que el quiz no tenía nota (suspiré de alivio, pensaba que obtendría un -20) y que se trataba de un diagnóstico (¿de qué?). Cuando inició la clase, las palabras que por primera vez escuchaba se hacían cada vez más etéreas, y mientras pasaba el tiempo me iba diciendo a mí mismo que era un verdadero ignorante, no entendía ni media palabra de lo que decía la profe. Maldije a Jean Piaget cada vez que la profesora lo nombraba con esa pasión de una discípula de la discípula de Piaget.

Para peores, los compañeros preguntaban, parecía que sabían algo, y las explicaciones de la profesora me dejaban peor aún. Y cuando pensaba que la cosa no podía empeorar, ocurrió algo que me dejó frío, al jueves siguiente debía exponer. Lo de la exposición es un enano de otro cuento, y es bien chistoso lo que ocurrió. Pero cuando fui el designado para exponer me sentí rojo, verde, pálido, de todos colores. No sabía como iba a hablar de algo que no entendía, ni siquiera sabía pronunciar el apellido de ese tal Piaget.

Llegadas las 8:45 p.m. salimos de la clase y yo me cuestionaba seriamente si debería seguir. Y entonces fue cuando el resto de compañeros confesaron que no habían entendido nada de lo que había dicho la profe en esa clase. Confieso que eso me consoló un poco, pero sólo un poco, porque me tocaba leer algo que sabía estaría escrito en chino.

Así fue mi primer día en la U. Lunes 27 de febrero de 1995. Qué montón de tiempo ha pasado. Y qué montón de cosas pasaron ese año, y los siguientes. Demasiado. y lo que me confirma que ha pasado tanto tiempo es que la gran mayoría de los que entraron hoy a la U nacieron ese año, o sea, les doblo la edad, ya podría ser el papá de cualquiera de esos chavalos, de esas chavalas. Ahora sí me sentí viejo.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Hugo Rafael Chavez Frías

No me enteré del "caracazo", tampoco supe de la revuelta encabezada por Hugo Rafael Chávez Frías.

Por aquellas épocas yo no entendía nada de política, además los medios de comunicación de este país tampoco informan nada. Supe de la existencia de Chávez cuando ganó por primera vez las elecciones. Cuando escuché por primera vez a Chávez me asombró, y me cautivó su verbo fuerte y directo. Sin rodeos dijo lo que muchos queríamos decir.


Para comprender cómo un personaje como Chávez se mantuvo en el poder con un apoyo popular tan grande no podemos leerlo con nuestros ojitos ticos. No podemos intentar comprenderlo con nuestros prejuicios conservadores, con nuestra moralina de pueblo, no se puede entender a Chávez y al pueblo de Venezuela, a la Revolución Bolivariana, desde La Nación, ni desde CNN, menos desde El País.

Y no podemos porque tenemos en nuestro país una terrible combinación: una matriz ideológica muy conservadora y medios-empresas de comunicación que día a día alimentan los prejuicios con "informaciones" absurdas, sesgadas y claramente manipuladas, cuando no calumnias. No debería impresionarme entonces, pero la verdad, sí me impresiona, el nivel de prejuicio de mucha gente en este país, los más "progresistas" reconocen los logros (indiscutibles) de la revolución, pero inmediatamente suelen decir "pero no me gusta su forma...", "debería tener claro que es un presidente...", y lo que sucede es que no es nuestro presidente, sino el de Venezuela, y en Venezuela esa forma de ser tiene sentido. No digo que nos tenga que gustar Chávez porque sí, lo que digo es que nuestra matriz ideológica conservadora sale a relucir, emerge, podrida, y por eso no podemos sino plegarnos a los intereses del capital, a los intereses ajenos. Eso en parte explicaría que nuestro país sigamos teniendo a esa mediocre como presidenta, que si muriera hoy, sólo su familia la lloraría.



Para comprender porqué Chávez tenía ese nivel de apoyo popular, inusitado, para un mandatario en Latinoamérica, hay que entender que Chávez condensa todo un proceso histórico, político, social, económico y cultural. Hugo Rafael Chávez Frías encarnó una sensibilidad, un hartazgo, Chávez encarnó a ese pueblo sufrido. Encarnó a esa gente excluida, a esa gente que no tenía acceso a la educación, a la salud, a los explotados, a las explotadas, los despreciados por esa burguesía blanca, por esa burguesía horrible. A esa gente que veía pasar por encima de sus narices la riqueza nacional, que vio a los gobiernos más corruptos de América Latina. Para entender cómo es que Chávez ganó tantas elecciones y consiguió fortalecer de esta forma el proceso revolucionario, hay que entender cómo es el venezolano. Chávez fue venezolano, en todas sus expresiones, su fenotipo era el de un venezolano cualquiera, Chávez era popular, era pueblo. No le era (ni le es) ajeno a ese pueblo, a esas grandes mayorías. Por eso hoy le lloran, por eso hoy centenares de miles se volcaron a las calles a darle un último homenaje al Comandante. Una frase circula en la red y lo sintetiza de forma brillante: "¿Quieres saber quién era Hugo Chávez? Mira quiénes lo lloran y quiénes festejan... Ahí tienes la respuesta". Así de simple.



Chávez además fue un estadista. Debo decir, una mente brillante, supo leer de forma implacable el momento histórico. Con una capacidad impresionante no sólo logró sostener internamente el proceso revolucionario, sino que además pudo y supo tejer y propiciar los procesos de transformación y cambio en América Latina. Me impresiona cómo este hombre logró (no solo él por supuesto) cambiar la correlación de fuerzas en América, y tener una influencia a nivel mundial. Aunque no les guste a los neoliberales y a los conservadores, hay un antes y un después de Chávez, la historia contemporánea de América Latina no podrá ser comprendida sin Chávez, no podrá ser escrita sin Chávez. Sin duda alguna un gran estadista.



Lo admiré desde que lo escuché por primera vez, nunca lo he ocultado y no me da ninguna pena decirlo, con todas sus contradicciones y errores. Admiro ese proceso revolucionario, y para mí es fuente de inspiración. He defendido ese proceso públicamente, y en discusiones en fiestas, en espacios académicos y políticos. Los logros de la Revolución son evidentes, los datos son sencillamente contundentes, innegables, casi indiscutibles. Pero lo que más me impresiona es el cambio cultural, la politización del pueblo venezolano, su protagonismo. Habrá que ver de qué esta hecha la Revolución ahora sin Chávez, mi pronóstico es que no se caerá el proceso y que hay un tendencia irreversible, espero no equivocarme.




No pude dejar de sentir ese nudo en la garganta cuando vi esa marea roja en las calles de Caracas, cuando pienso que la larga noche neoliberal está por terminar, aquí amanecerá algo más tarde, pero amanecerá. No puedo dejar de sentir ese nudo en la garganta cuando pienso, cuando siento, cuando grito junto a ese pueblo: HASTA SIEMPRE COMANDANTE!!!!