“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

lunes, 6 de octubre de 2014

Presupuesto Universitario, como cada 5 años: a la calle!!

Como cada cinco años, tocará salir a la calle a defender el presupuesto de las Universidades Públicas. Esta vez el problema no fue la negociación con el gobierno -el Ejecutivo propiamente-. De hecho el Ejecutivo anunció un "aumento" de 50 mil millones de colones, que vendrían a oxigenar los maltratados presupuestos universitarios. Recordemos la conflictiva y traumática lucha por el presupuesto en 2010. Así que el aumento propuesto por el gobierno de "Luisgui" apenas alcanzaba para recuperarse. 

La pregunta es ¿por qué cada cinco años tenemos que estar en estas?. ¿Por qué pasa esto en un país que se "vende" a nivel internacional como el país que cambió su ejército por la educación?. Es sencillamente esquizofrénico. En realidad no, creo que es pura hipocresía, doble moral de la pura, de esa de Ottón Solís, el cinismo lo aporta el PLN.

Reforzar la Educación Superior Pública es una buena inversión -si lo vemos en términos netamente económicos-, porque implica que profesionales saldrán bien formados para luego incorporarse al mercado laboral. Si lo vemos en términos de proyecto país, implica muchísimo más. Implica desarrollar y preparar profesionales que puedan enfrentarse a los delicados problemas del mundo actual y promover soluciones integrales. 

Pongámoslo en concreto. Si hay doctores mal formados hay una afectación directa en el sistema de salud. Si hay ingenieros mal formados tendremos puentes y calles de mala calidad. Si formamos malos periodistas tenemos esos adefesios noticiosos como los que tenemos. Esto, cruzado además con lógicas mercantiles y con corrupción, completan un panorama -cuando no una realidad- patético.

Claramente la formación universitaria no lo es todo, se trata de una visión de conjunto, de un proyecto país; se trata de que las bases de la formación y el conjunto de valores que orientan la vida en sociedad estén al servicio de la colectividad y no del lucro personal, ni del individualismo, ni de la lógica de mercado, como pretende la trasnochada y dañina ideología neoliberal.

Para muestra un botón. El pasado 4 de octubre el diario de Tibás, nada sospechoso de izquierdismo o de una mínima defensa de las Universidades Públicas, publicó una nota que da cuenta del desastre que implica la liberalización de la Educación Superior Privada. De acuerdo a la publicación, en el 2010 el MEP evaluó a 1.783 docentes de secundaria en el área de matemática (que representan 83% del total). Según el estudio, 48% de estos profesores reprobaron los conocimientos mínimos sobre matemática, y todos eran graduados de universidades privadas. ¿No es acaso este un dato alarmante? Estas personas mal preparadas están malformando a nuestros niños, niñas y adolescentes. Las consecuencias sociales de esto son graves. En este caso estamos hablando del sistema educativo. Imaginen lo que ocurre en Psicología, Medicina, Derecho, Odontología... solo por mencionar algunas carreras.

Es claro que hay un problema con la educación superior privada, se trata de una estafa individual y colectiva, de un gran fiasco. Lo peor es que se sostiene bajo el dogma del libre mercado, de elevar la educación a mercancía, sin que importe las consecuencias sociales de esta visión reduccionista. A este crecimiento descontrolado de universidades privadas -53 universidades privadas en un país con 4 millones de habitantes- hay que ponerle fin. 

Habrá que ver si este gobierno se "come esa bronca", que es de interés público. Porque actualmente el CONESUP no cumple con su tarea, no tiene presupuesto ni ha habido voluntad política para cumplir con su misión. Cualquier intento de supervisión ha sido bloqueado por los defensores del libre mercado que invocan el artículo 79 de la Constitución Política, que garantiza la libertad de enseñanza. Pero a menudo olvidan la segunda parte de ese artículo que dice que todo centro docente estará bajo inspección del Estado. 

El país requiere una mayor articulación entre diversos sectores, pero eso no quiere decir que la educación deba estar en función del mercado. La educación, sobre todo la superior, debe formar profesionales capaces de pensar, personas críticas con el entorno, que no busquen las salidas fáciles.

Hay que tomar una decisión, y la salida no va por desfinanciar a las Universidades Públicas, sino fortalecerlas, ligarlas a procesos de innovación y sobre todo a proyectos colectivos que permitan que los conocimientos que se generan en las Universidades se compartan y se pongan al servicio de la población. Por eso es que hay que defender el presupuesto universitario y exigir a las autoridades un giro radical hacia una Universidad mucho más comprometida con "contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, mediante una política dirigida a la consecución de una justicia social, de equidad, de desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo", como dice el Estatuto Orgánico de la UCR.


Mañana una vez más, a la calle en defensa de la Universidad Pública, que lejos de constreñir el presupuesto universitario habría que fortalecerlo, y controlar enérgicamente el negocio en que se han convertido esas casas de "enseñanza superior".