“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

lunes, 13 de enero de 2014

Coerción electoral: demócratas de la billetera para afuera

Hace un mes escribí un apunte sobre el recurso del miedo que se está utilizando contra el Frente Amplio en esta campaña electoral; hace unos días escribí otro apunte sobre un retorcido "artículo" aparecido en el diario de Tibás. La línea común de ambos apuntes es esa estrategia de manipulación y terror ante un posible triunfo de la izquierda.

Es sabido por todos, incluso desde 1941 que Calufa escribió Mamita Yunai (no es sólo una gran obra literaria, es una también una cruda denuncia política de la situación de los trabajadores bananeras en el siglo anterior) que se aplican estrategias de miedo y coerción a trabajadores para que voten en determinada dirección. También en 1950 Fabián Dobles, en su novela El Sitio de la Abras (un libro que me gusta muchísimo) denuncia que aquellos que luchan por la libertad son etiquetados como peligrosos. Su personaje principal Martín Villalta (¡lo que son las casualidades!) hablando con campesinos, organizando, analizando, reflexionando sobre su situación, es tachado desde San José como un instigador, un agitador. Y vean qué interesante lo que escribe Dobles:
Y así se inicia otra noche de conversación, quizá bajo las estrellas, porque la casucha de Esmeralda la de la flor en la cabeza ya se vuelve pequeña para cabida a los hombres que acuden. Como el dirigente es igual a ellos, sabe encontrar los portillos por donde entrarles. Empero, algunos todavía no solo no sus amigos, sino enconados enemigos. Como hace tantos decenios exclamaba ñor Espíritu Santo refiriéndose a Villalta, más de un jornalero dice: Ese hombre es el mismísimo diablo. Dios nos libre de él y las cosas que habla...
Antes como ahora, se combinan pensamiento religioso con política. Antes como ahora la iglesia católica interviene. Antes como ahora los discursos y figuras de cambio y transformación política son "satanizadas". Es como si la historia se repitiera, como si intentase gastarse en la conciencia colectiva. Por eso es que es tan importante recordar, porque recordar este tipo de cosas nos permite "gastar la historia", romperla para que no vuelva una y otra vez, y nos castigue por desmemoriados una y otra vez. Creo que justo de eso trata El Sitio de las Abras.

Sólo doy esos dos ejemplos en la literatura nacional, deben de haber cientos. En realidad a lo que quiero llegar es que esta campaña como ninguna otra condensa todo tipo de estrategias de miedo, de coacciones, de mentiras y calumnias contra proyectos políticos de transformación. Nuestra derecha gastada y absolutamente enredada en los mecates de su corrupción, autista a la realidad social y necesidades de la población se ha quedado sin argumentos para sostenerse en el poder. Temerosos de que Costa Rica se "contagie" de los vientos de cambios que recorren América Latina (lo cual es algo exagerado para nuestro contexto) toman las precauciones del caso y se lanzan, como lo hicieron durante el referendo del TLC a la amenaza descara, y pretendidamente impune.

La Prensa Libre (diario nada sospechoso de izquierdismo) publica una nota en la que evidencia lo que todos sabemos: coercionan a los trabajadores. Lo han hecho toda la vida. Pretenden seguirlo haciendo, pero esta vez con la "amenaza" real de un triunfo de la izquierda. Estos, dueños de todo, acostumbrados a mandar, son demócratas de la billetera para afuera. Son puro discurso, o más acostumbran a utilizar (instrumentalizar) el discurso democrático para descalificar a la oposición, pero cuando sienten amenazada su billetera, su careta democrática se cae y muestran los dientes.



Y cabe preguntarse, ¿Y el TSE? ¿No es cierto que la ley establece que todo ciudadano costarricense tiene garantizado el derecho al voto libre de coerciones? Eso está en nuestra legislación, la Constitución Política establece que se debe ejercer el voto "... en condiciones de garantías y libertad irrestrictas" (Art. 102, inciso 6). ¿Porqué eso está en la Constitución Política? Porque se reconoce que existe una relación asimétrica entre patronos y obreros. Esta de más decirlo, pero igual lo diré: en la relación de poder, el obrero es la parte débil, eso es obvio, por eso es que justamente los obreros se organizan en sindicatos (no en aparatos solidaristas que están al servicio del patrono) para defender en conjunto sus intereses como parte débil en esa relación, por eso existe la legislación laboral.  Porque seamos honestos eso que dice la Constitución Política de que todos somos iguales ante la ley, es en realidad una aspiración, la realidad se empeña cada en demostrarnos que así es. Pero a algunos se les olvida, parece que al TSE también, o tal vez no, sólo ve para otro lado.

Curioso que quienes escriben el artículo (Andrés Bermúdez Aguilar y Paula Ruiz Guevara) ni siquiera mencionan que esto podría constituir un delito. ¿No lo saben? Parece que no daba para tanto la publicación.

El TSE debería, en lugar de llamarnos tan alegremente a votar, advertir a los patronos que están incurriendo en un delito y que ese delito tiene una pena (sea cual sea). El TSE debería abrir de oficio una investigación a ese grupúsculo denominado "Alianza por Costa Rica", y además poner a disposición de los ciudadanos teléfonos para que se puedan realizar denuncias con la absoluta confidencialidad y castigar ese tipo de estrategias que impiden que trabajadores ejerzan su derecho a decidir de forma libre quién quiere que gobierne este país. Pero como nuestra democracia ha sido reducida a "esa fiesta electoral" el tribunal prefiere gastar sus limitados recursos en publicistas que hacen spots bonitos. Pero en todo caso, ese mismo artículo constitucional establece como función del TSE: "Dictar, con respecto a la fuerza pública, las medidas pertinentes para que los procesos electorales se desarrollen en condiciones de garantías y libertad irrestrictas...". ¿Así, o más claro?

El país no está para permitir que encima de gobiernos corruptos, empresarios antidemocráticos amenacen con algo tan básico como el derecho a ganarse la vida de forma decente sólo por no votar a sus intereses económicos. No estamos para eso, porque un buen día a alguien se le ocurrirá tomar esa fábrica, o quemarla, cuando ya se vea que simplemente por las buenas no se puede. Y eso sí que es peligroso, porque los dueños de todo, ya saben, si les tocan la billetera... Así que el TSE, ese "árbitro" que se dice imparcial debe intervenir con autoridad, eso si quiere ser seguir considerado imparcial. Aunque claro, eso de imparcial, a estas alturas solo se lo creen ellos.