“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

sábado, 28 de junio de 2014

Apunte Mundialista. Gran Mundial

Hoy cumple años mi hermana, la número 5 del clan, así que bajé a comprarle algo (ya ella sabe qué, lo que no sabe es cuál...; esa es la sorpresa). El caso es que cuando iba en el bus empecé a escuchar pitazos. Al principio pensé que la gente andaba muy contenta y llena de optimismo por el partido de mañana. Y cuando pasé por la Fuente Tsaitami (ése es el verdadero nombre de lo que llamamos la Fuente de la Hispanidad, según lo que comentó mi querida amiga Amanda Alfaro en el feisbuc, y lo que significa es TODAS LAS AGUAS, en bribri), había decenas de colombianos celebrando el pase de Colombia a los Cuartos de Final en el Mundial.

Tras superar amplia y brillantemente a un muy mermado Uruguay, se medirán contra Brasil en Cuartos. Supongo que los brasileños deben estar felices por no jugar contra Uruguay, pero deberían estar mucho más preocupados por el gran juego de los colombianos. Y como escribió también en feisbuc otro muy querido amigo mío, Manuel Morales: "El 'jogo bonito' de Brasil se acabó en el '86, con aquel equipo maravilloso de Telé Santana, Zico, Sócrates, Junior, Falcao y Careca. Llegó como favorito a las copas del '82 y el '86 y se fue de las dos temprano, eliminado primero por Paolo Rossi y después por Francia, en parte gracias a una floja defensa y a un pésimo portero. Fue un campeón sin corona, que jugó el mejor fútbol de Brasil en toda su historia (mejor aún que en el '70)".

Ese equipo de Brasil sí que era un equipazo. Esos once que hoy juegan, excepto Neymar, no le llegan a los tobillos a ese gran equipo que tuve la oportunidad de ver en mi infancia. Pareciera que el triunfo del capitalismo a los inicios de los noventa también marcó la época de comercialización total del fútbol, o al menos profundizó ese proceso que ya el corrupto de Havelange había iniciado con reinado supremo. La comercialización extrema del fútbol ha ido influyendo demasiado en el juego, y ahora se juega a no perder. Claro, hay millones de dólares en juego. La FIFA toma las decisiones pensando más en el negocio que en el juego mismo. Recordemos a Maradona ya desde los ochenta denunciando todas estas situaciones. Lo de ahora es simplemente obsceno. 

Pero volviendo a los colombianos. Me pareció lindísimo que los colombianos se encontraran en la Fuente, que se la tomaran, que se la apropiaran, que hicieran suyo ese espacio público. El pase a cuartos es similar a lo que podría hacer nuestra selección mañana. Colombia, a pesar de ser un equipo con un gran fútbol, y de haber tenido grandes equipos, grandes jugadores, grandes entrenadores, no había pasado de los octavos, igual que nosotros en Italia 90. Ese equipo del noventa era un cuadrazo, grandes figuras que para el siguiente mundial hicieron unas eliminatorias de ensueño y luego se fueron en la primera ronda, y siempre habrá que recordar a Escobar. Pero desde ese equipo del noventa Colombia no había superado la fase de grupos, y de qué forma lo han hecho: cuatro triunfos al hilo, y un equipo que se muestra como candidato a ganar. El técnico, uno enorme: Pekerman. Recuerdo que estaba en Medellín cuando escuché la noticia de su nombramiento, un tremendo acierto de la Federación, opinión que no compartían algunos periodistas y opinadores de los medios comerciales. Hoy, igual que Pinto en nuestro país, les cierra la boca. Es posible que muchos de los que hablaron pestes contra Pinto en Colombia también lo hacían con Pekerman. Es posible que, en cierta medida, eso le alegre a Pinto. No sé; a mí sí. Los nuestros son nefastos, y lo peor de todo es que son unos payasos, unos figurones, ignorantes y bien vagos, no se informan bien. 

Que los colombianos celebraran la victoria de su Selección en un lugar público en el que nosotros celebramos habla del nivel de integración que la comunidad colombiana tiene en nuestro país, o al menos eso interpreto yo. Puede ser que me equivoque. El caso es que esa apropiación de espacios públicos, desde mi punto de vista, colabora a naturalizar la presencia de gente que nacieron en otros lados y que por muchas razones están en nuestro país. Ayuda a que asumamos que esto es natural y que en eso consiste la convivencia social, porque además no escuché comentarios reprochando que se tomaran la fuente; por el contrario, la gente que iba en carro y a pie sonreía. Me gustó eso.

Este ha sido un gran mundial, el mejor Mundial que he visto. Muchos goles, equipos que juegan a ganar, que le ponen ganitas. Los grandes equipos europeos, los tres de las ligas más potentes económicamente, se fueron con la cabeza gacha, humillados, y endosándole pérdidas millonarias al ente corrupto que dirige el fútbol mundial. No les sienta bien jugar en el Trópico, mucho calor dicen, mucha humedad se quejan, prefieren jugar cómodos, no saben lo que es jugar con las duras condiciones que tenemos en estos sures. Reventados por el calendario que les exige jugar para alimentar los bolsillos de los mercaderes y que el negocio circule como la redonda bola, los grandes equipos europeos (excepto Alemania y Francia) se fueron por la puerta de atrás con más pena que gloria. En tanto, a excepción de Ecuador y Honduras, los equipos latinomericanos pasaron mostrando que están en distintos niveles, pero en todo caso cerrando una primera fase para ser recordada.

¿Será porque el Mundial se juega en Brasil que éste es tan bueno? La verdad no sé si eso influye. Podrían ser muchas cosas, ya habrá tiempo para pensar en eso. Podría ser que ocurriera que los jugadores han visto las protestas en el Brasil y pensaron que la gente tenía razón, y que entonces deberían jugar al fútbol como se debe, porque es lo mínimo que un jugador de fútbol debería hacer. Pero pensar eso es realismo mágico, lamentablemente.

La gente tiene razón en quejarse contra esa institución corrupta que es la FIFA y exigir a los gobiernos mayor inversión pública en cosas muy importantes y básicas como la educación, la salud, el empleo; o sea que gobiernen democráticamente y democratizando. Este Mundial ha terminado por dejar desnuda a la corrupta FIFA. Este Mundial ha reivindicado el fútbol a pesar de la FIFA. La gente en Brasil ha hecho lo que debía: mostrarle al mundo la obscenidad del negocio alrededor del fútbol. Lo ha retratado de forma incontestable; creo que sólo en Brasil podía ocurrir semejante cosa y eso es posible únicamente porque hay una ciudadanía activa, organizada, y porque hay un proceso político intenso, porque los gobiernos progresistas han avanzado, empujados por la gente, hacia que sea posible exigir más. El gobierno de Brasil está muy amarrado por las élites político-empresariales que frenan las reformas y por eso es fundamental que la gente empuje y se organice; eso es lo que han hecho aprovechando la vitrina que el mundial les da. Eso puso en el tapete la discusión en torno a la desigualdad, en torno a lo obsceno del negocio. Deja tocada a la FIFA, nunca como ahora tan desacreditada. Nadie en su sano juicio hoy se atreve a justificar a semejante corruptela.

Indigna por eso el castigo "ejemplar" a Suárez. Porque, aunque hay consenso en que Suarez debía ser sancionado, es desmedido, es hipócrita, moralista. La FIFA no tiene ninguna moral para hacer lo que hizo, pero tiene el poder. Ya es hora de sacar a estos corruptos de la dirección del fútbol mundial. No debería ser Suárez el que sea expulsado del fútbol, sino Blatter, y para siempre. Las protestas en Brasil exigieron democratizar el gasto y la toma de decisiones, exigieron otra racionalidad en la economía, y denunciaron e hicieron evidente la corruptela de esa mafia que es la FIFA. Pero ¿cómo sacarlos para siempre del fútbol? Esa es la cuestión, y por eso es que es nefasto que los equipos tengan dueños. Los dueños no se eligen y toman decisiones porque lo que ven es plata. ¿No es el fútbol una metáfora de cómo funcionan las cosas en el mundo de verdad?

Hasta ahí lo dejo. Esperemos poder celebrar mañana un pase a cuartos de final, las posibilidades son amplias, como nunca antes. Pero, ojo, el equipo griego es un equipo duro y ultradefensivo que sabe cuándo matar, por algo están ahí, por algo también fueron campeones de Europa, jugando horrible, pero al fin de cuentas campeones.


Pd. Lamentable que Chile haya quedado eliminado, gran equipo.