“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

martes, 15 de octubre de 2013

Pasar la página...

Eso de "Pasar la página" lo he escuchado en otros lados. Siempre, siempre, desde las derechas. Se lo he escuchado a la rancia derecha española, pidiendo "pasar la página" por los crímenes del franquismo, hay que dejar la cosa atrás porque no es conveniente no abrir viejas heridas ya cicatrizadas. A "pasar la página" llaman también los pinochetistas en Chile. También lo hicieron durante muchos años en Argentina para pretender que todo ya estaba en un pasado lejano. Cuando estas derechas llaman a pasar la página quieren simplemente que quede en el olvido el crimen, la traición y todo el dolor que ha sufrido un sector amplio de la población, también pretenden que las voces de resistencia sean menos. Con sus falsos discursos de una reconciliación ficticia, sin reparación, imponen desde el poder con violencia simbólica el silencio y el olvido. Porque las derechas apuestan a eso, a forzar el cierre de procesos aún abiertos, en los que han cometido crímenes.

En nuestro país, con todas las distancias del caso por supuesto, también la derecha, ese sector que se agrupa en el periódico de Tibás, llamó a "pasar la página" del TLC, llamó a olvidar el Santo Fraude en el referéndum, a que el gobierno y los empresarios implementaron una estrategia del miedo, llamaron a "pasar la página" a uno de los momentos claves en la contrarreforma del Estado. Es decir, llamaron a que lo superáramos y olvidáramos que un vicepresidente y un diputado elaboraron un plan delictivo para utilizar el miedo para aprobar un tratado comercial.

Las derechas hacen eso, porque requieren de la desmemoria del pueblo. Pero que el PAC, y que Luis Guillermo Solís haga un llamado a "pasar la página" me resulta como mínimo chocante. Me resulta comprensible el cálculo electoral de la cúpula del PAC al hacer los nombramientos para encabezar las listas diputadiles y las vicepresidencias. Ese cálculo electoral tendrá sus consecuencias políticas a lo interno de un partido que quedó muy dolido y dividido en su estructura interna, a pesar de que los resultados de la convención fueron contundentes a favor de los dos candidatos que planteaban "una ruptura" con el patriarca, el giro que pedía la militancia del PAC era evidente, pero claro también está el mantener unido un partido que claramente lo no estaba, lo del doctorcito fue lo que se trató de evitar a qué precio, ya lo veremos en el mediano plazo. En todo caso esas son decisiones políticas a lo interno de un PAC que no termina de definirse ideológicamente y que juega al centro, que es lo mismo que querer quedar bien con todo el mundo, y claramente no quedar bien con nadie, y es jugar al imaginario tradicional del tico que no toma posición, es reforzar un estereotipo, y no estamos para eso, estamos para tomar posición, estamos para lanzar mensajes claros con respecto al modelo económico, porque aunque lo nieguen existe la lucha de clases, y desde arriba lo tienen muy claro.

"Pasar la página" es sencillamente dar por sentado que las cosas son así y ya, es simplemente pretender que nada pasó. Es pretender que la señora Chacón no pidió abiertamente la intervención del gobierno gringo, y eso es solicitar, promover, la violación de la soberanía nacional, bastante grave, y ahora nos piden que no recordemos que Chacón pidió se nos investigara, porque su enferma mente, su sectarismo ideológico, así lo dictaba. Desde el PAC piden "pasar la página" frente a una conducta y una actitud servil con el Imperio. El PAC pretende que pasemos la página cuando las consecuencias nefastas de un tratado que cambió muchas cosas en nuestro país, sigue haciendo estragos. "Pasar la página" significa negar que hay un antes y un después del 7 de octubre. Se trata de un intento de justificar una decisión que es meramente electorera, que busca atraer a sectores socialcristianos luego del circo del doctor. Eso de "pasar la página" evidencia ese "arroz con mango" ideológico que es el PAC, y evidencia las contradicciones ideológicas de un partido que no cuestiona, y no va a cuestionar, el modo de producción, que sólo se preocupará por el rumbo de la economía y de una cierta distribución de la riqueza, pero que no le entrará al fondo del asunto.

Por eso es que me ofusca que se pida "pasar la página", porque es un mensaje que llama al olvido, que niega procesos de resistencia al neolibrealismo y que deviene en insulto a todos aquellos que luchamos contra la aprobación del tratado, eso sin mencionar lo que significa para quienes además de rechazar el tratado creemos que la raíz del problema es el modo de producción capitalista y las relaciones sociales y subjetividades que se producen con el capitalismo.

En lo que a mí respecta no pienso "pasar la página", porque la larga noche neoliberal aún no acaba, y porque es negar el momento tan complicado que vivimos, porque es un proceso aún en curso, porque aún no tocamos fondo. Pasaremos la página cuando la última de las leyes neoliberales sea derogadas, cuando se reviertan las políticas nefastas que nos han empobrecido material y espiritualmente, pasaremos la página cuando las grandes mayorías puedan vivir decentemente. Mientras, con una decisión tan claramente electorera, que nadie me venga a decir que debemos "pasar la página" del TLC, es un insulto.