“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 26 de junio de 2013

Nuestro derecho a la huelga

No sé si alguien cree que eso de la lucha de clases es una invención de un viejo barbudo que se murió hace poco más de siglo y medio, o que eso quedó enterrado con la URSS; si es así esa persona está muy equivocada. Si algo nos ha mostrado este gobierno, es que la lucha de clases existe, y que se hace con mucha fuerza desde arriba hacia abajo. ¿No es acaso evidente que este es el gobierno de los empresarios? ¿No es evidente acaso que esos empresarios que han tomado el poder gobiernan para sí mismos? ¿no es más que evidente que buscan reformar todo el aparato estatal para sacar mayor ganancia a costa de la fuerza de trabajo? ¿No dice nada acaso que este es el país de Latinoamérica donde más rápidamente se concentra la riqueza? ¿Es que acaso tanto chorizo no es un seña inequívoca de que quieren sacarnos hasta los ojos para seguir con la fiesta? El gobierno de Costa Rica, independientemente de si es el PLN o el PUSC, es el gobierno de los ricos, de los empresarios, y ese gobierno sirve para sostener los buenos negocios, la generación de capital que se acumula en pocas manos, a partir de los muchísimas manos que producen día tras día esa riqueza.



Por eso es que una de las herramientas fundamentales que tenemos como trabajadores, como trabajadoras, es la huelga. El derecho a parar la producción y la circulación de mercancías es clave para generar presión a esos dueños que se enriquecen con nuestro trabajo. Por eso es que le tienen tanto miedo a la huelga, porque interrumpe el ciclo de reproducción del capital. También por eso es que los capitalistas (es decir los dueños de los medios de producción) pugnan y presionan al gobierno para que se suprima el derecho a la huelga, es por eso que en nuestro país están prohibidos los sindicatos en el sector privado. Es por eso esa campaña un día sí y otro también contra ese instrumento de organización política que es el Sindicato.



Ahora, ¿son el Sindicato y la huelga las únicas herramientas de lucha? Por supuesto que no, pero son importantes, porque parar la producción es una herida profunda para el sistema. Por ejmplo, cuando hay una parálisis de la producción y de la circulación de mercancías el gobierno sale apurado a "informar" sobre las pérdidas. Como si las pérdidas fueran para todos de forma directa y por igual. Claro que en primera instancia el que pierde es el capitalista, también hay que reconocer que en segunda y tercera instancia hay otras afectaciones, pero la principal es para el capitalista. Esas otras afectaciones ocurren porque el PIB y la economía como tal están ligadas a la producción y a eso que denominan el crecimiento económico, que no es otra que el ciclo de reproducción del capital. Que nos hacen creer que es la única forma en que la economía puede funcionar, y que una parálisis de la producción nos hace perder a todos.



Es precisamente por eso que el poder le teme tanto a las huelgas, es por eso que los gobiernos, que los capitalistas, buscan constantemente dividir al movimiento obrero, es por eso también que la batalla se instala en el campo de lo ideológico. Es por eso que las huelgas son reprimidas brutalmente.

El capitalista sabe que en esta sociedad, en la que trabajadores y trabajadoras tienen que vender su Fuerza de Trabajo para sobrevivir - esto que se denominó el Reino de la Necesidad -, el trabajador es la parte débil de la relación, aunque la Constitución Política establezca el derecho a cambiar de trabajo cuando "uno quiera" se trata de una ilusión cuando la realidad manda que hay que comer. Es decir, tenemos la ilusión de una libertad que es sometida a un principio de realidad, al reino de la necesidad, y cuando hay necesidad, no hay libertad posible. Esto lo sabe el patrono y juega con ello. Es precisamente por eso que la fuerza de los trabajadores estriba en la posibilidad de unirse y juntos hacer presión sobre el patrón. Y se hace presión, a través de la paralización de la producción y la circulación de las mercancías.



Para eso es que sirven las huelgas. Por eso es que para el gobierno de los empresarios la huelga nunca es oportuna, nunca es el momento para una huelga, por eso es que cuando hay huelga se lanzan violentamente a señalar "los daños" que provoca la huelga, y muchas veces se lanzan a reprimirlas. Justamente por eso es que en este país nunca hay "huelgas legales". Por eso no es de extrañar el titular del periódico de Tibás: "Paro Nacional afectó a conductores, pacientes y turistas", y ojo que lo llaman "paro". Por eso es que la Chinchilla agradece a quienes no salieron a manifestarse. Con esto Chinchilla se asemeja más al franquista Mariano Rajoy que a Mujica. Roverssi, nuevo ministro de propaganda, hizo esa absurda comparación con Mujica, no hay palabras.

Miles de personas salieron hoy a las calles en todo el país, nadie, absolutamente nadie puede ocultar que la jornada de lucha de hoy se extendió por todo el país. Compañeros de Guanacaste reportan que desde el Combo en el año 2000, no había tanta gente manifestándose en Liberia. En Limón la jornada también multitudinaria, como también lo fue la marcha en Cartago, en Heredia, Alajuela y Occidente. Las razones son muchas, y sólo el gobierno las ignora. Porque es un gobierno prepotente y corrupto, que ha gobernado con total cinismo.



Es mucha la molestia que hay en nuestro país. No conozco a nadie que defienda ya a este gobierno corrupto. El gobierno está solo, y ya hasta las ratas han abandonado el barco. Pero es que además, esto es el cúmulo de 30 años de neoliberalismo, de eso que Francisco Chacón denomina un éxito y llama "modelo país". El país no aguanta ya tanto saqueo, tanto descaro con las instituciones públicas y ya tira el tapón. Estoy seguro que miles y miles de costarricenses se habrían sumado hoy a a huelga si no fuera porque perderían su trabajo al sumarse, por el miedo, porque lo sindicatos y la organización de trabajadores está prohibida en el sector privado.

Estamos en un momento clave en la historia del país, y las manifestaciones en el mundo están a la orden del día, exigiendo exactamente lo mismo que nosotros, más participación en la toma de las decisiones, más inversión pública, un gobierno para todos y no solo para el capital, cero corrupción, no más recortes. En nuestro país, el malestar es más que evidente, sólo el gobierno "no lo ve", y no lo ve simplemente porque no le importa, creen que pueden gobernar alejados de la gente. Mientras Dilma Russef enfrenta la movilizaciones convocando a una constituyente y entablando diálogo, Chinchilla dice no entender porqué la gente sale a al calle.

En este momento clave que vivimos es más que necesario unirnos, tener la posibilidad de hablarnos, pero sobretodo en convertirnos en interlocutores de la gente, y para eso es necesario salir a la calle, salir a los barrios, ir a las fábricas, a todos los centros de trabajo, y hablar con la gente. Es indispensable conseguir que toda esa gente también se movilice. Será posible sólo si hablamos con la gente. Y si todos paramos el país, que es el golpe, el punto de inflexión que requiere este país para construir otra Costa Rica. Pero ese hablar con la gente implica construir propuestas que den respuesta a esas grandes y pequeñas necesidades de las mayorías, desde sus necesidades. Si tenemos esa capacidad lograremos cambiar este país.



Las huelgas son esa oportunidad para mostrar el cinismo del gobierno, pero son también una oportunidad perfecta para dialogar con la gente, esa oportunidad se construye y se construye en la preparación de la huelga, generando las condiciones para que la paralización sea total. Hay que dar ese salto fundamental, hay condiciones suficientes, hay hartazgo, hay malestar. Por eso le tienen tanto miedo a la huelga. Por eso la satanizan, porque es nuestra herramienta de presión, y si logramos que esa herramienta se combine con toda la diversidad del movimiento social se convierte en una fuerza imparable.



Los sindicatos deben comprender que la unidad es la única posibilidad de triunfo, y que además, hoy, el sindicato no es el único actor social de lucha, que no es el sujeto revolucionario único, aunque muy importante, que hay otros actores y actrices fundamentales y que todas otras luchas y reivindicaciones que trascienden los meramente económico son importantes en la transformación social.

Por eso el llamado que hace este Parcial Irrescatable es a construir, a preparar una huelga nacional que paralice todo, que pare la producción, y que sea capaz de asestarle un golpe mortal al gobierno corrupto que tenemos. Las condiciones están, pero hay que esforzarse mucho para lograr canalizar todos esos malestares. La Jornada de este 25 de junio fue éxito, pero nos falta mucho más.