“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

viernes, 1 de marzo de 2024

Alive

Soy un fan irremediable de Pearl Jam, como ya lo era a los 14 años cuando los escuché por primera vez. Eso ocurrió a principios de 1992. Los escuché en la radio, no puedo precisar el momento, no lo recuerdo bien. Es curioso que no lo recuerde, porque sí recuerdo con absoluta certeza cuándo fue que escuché por pimera vez a Nirvana. Fue en una calle de Tegucigalpa una tarde de enero de ese 1992. Pero no nos desviemos con Nirvana. Como dije me parece raro no recordar ese momento cuando escuché Pearl Jam por primera vez, sí puedo recordar la sensación con los primeros acordes de Alive. Tampoco puedo recordar si fue Palma o Leo Rodríguez quien me prestó Ten

Ronen Ginovy, en Not for you. Pearl Jam and the presente tense, cuenta que en 1990 Jeff Ament (bajista) y Stone Gossard (guitarrista) se encontraron con Eddie Vedder en Los Ángeles, y que le dieron un casette con tres canciones instrumentales. Es muy raro, pero parece que ninguno recuerda quién le entregó el casette a Vedder. Pero eso es tan solo un detalle. Una de las tres canciones es Alive. Veddeer se fue a su trabajo, era guarda nocturno, escuchó la cinta, y a la mañana siguiente se fue directamente a surfear. Vedder relata:

La falta de sueño tuvo su efecto. Cuando llevas días sin dormir, estás tan sensible que sientes los nervios a flor de piel. Ves a una madre por la calle con su hijo y lees un artículo de prensa, y te pones a llorar.

Me fui a hacer surf sin haber dormido y empecé sacarme cosas que todavía tenía dentro. No quería pensar en nada más y tenía todo el rato esa música en la cabeza. Me puse literalmente a componer las canciones mientras me metía en las olas. Salí del agua y me fui derecho a casa a grabar tres canciones. Ni siquiera escribí las letras, me limité a anotar un esquema y canté directamente. Lo escuché ya cuando estaba mezclando las cuatro pistas. Vi que quedaba bien, lo escuché de nuevo y lo terminé. No le di muchas vueltas. Cuando lo pienso, es muy raro, porque era como una mini-ópera de tres canciones, con una historia muy intensa. Más o menos la mitad era real, prolongaciones de la realidad. 

La primera canción de Pearl Jam ya como grupo es Alive, esa que por razones del azar escuché por primera vez, porque el disco abre con Once. Pero Ginovy dice que Alive "... es un triunfo de la paradoja entre la autobiografía y la ficción especulativa, entre una historia privada y un monumento público, entre un ajuste de cuentas en primera persona y un complejo de Edipo. Una historia de incesto, engaños y traumas. Constituye un primer intento de Eddie [Vedder], como Orwell, de vengarse de los adultos que le hicieron daño en la infancia (...) en la letra de "Alive" el dolor está permanentemente fresco. Al mismo tiempo, su tema invoca simbóliamente las hisotrias más antiguas de la literatura: Edipo, Telémaco, Hamlet y varios personajes bíblicos". Tantas cosas se pueden decir sobre una canción. 

Hace poco me encontré un programa de VH1 que se llama Storytellers, el formato es interesante, actuaciones en vivo con un público reducido, que conversa y hace preguntas a los artitas invitados. En 2006 Pearl Jam fue el grupo invitado. Es muy curioso lo que Vedder contó en esa ocasión sobre Alive. Vedder la llamó "la maldición", seguro un poco pensando en lo que registra Ginovy en su libro, pero también en lo que él mismo contará a continuación. Esta es una canción que con toda certeza han tocado cientos de veces en los últimos 30 años. Según Vedder la canción se ha transformado no tanto por cómo la tocan o por sus arreglos, sino por la interpretación que, nosotros, los fans hemos hecho de ella, y esto es lo interesante. 

Cuenta Vedder: "... la historia original de la canción es la de un joven que se entera de unas verdades sorprendentes, el hombre que creía que era su padre no lo es, su verdadero padre está muerto desde hace algunos años" - Vedder agrega - "como si la adolescencia no fuera suficientemente dura". Cuando la madre revela la información sobre la muerte del verdadero padre, el joven no era muy estable en ese momento, y queda totalmente confundido, y dice: "Y lo sé porque lo conozo..." - hace un guiño al público, con una sonrisa cómplice - "... no tanto, pero lo conozco, porque ese joven soy yo, pero casi no me conocía en esa época..." - otra sonrisa cómplice, la cámara enfoca a la gente que sonríe también con complicidad y aplaude -. Vedder dice que al enterarse de esos secretos tomó esa información como una maldición, "... y debo perdonar, y debo encontrar la forms de vivir con esto, mi padre está muerto, pero yo estoy aún vivo, y debo lidiar con eso, era una maldición, y yo aún estoy vivo". ("I´m still alive", dice el coro de la canción). 

Vedder sigue, "... unos años después empezamos a tocar para audiencias cada vez más grandes, que respondían al estribillo de una manera inimaginable. Había personas que saltaban y usaban sus cuerpos para expresarse, cantaban sin parar "I'm still alive..." que revolucionaba las masas. Entonces todas las noches al ver esta avalancha de gente que reaccionaba con su propia interpretación positiva, era increíble, el público cambió el significado de estas palabras, y cuando cantan "I'm still alive...", están celebrando. Y el asunto es que cuando cambiaron el significado de esas palabras rompieron la maldición". Aplausos. Y suena la guitarra de Stone Gossard, empieza Alive.

En 1992 Pearl Jam tocó en el festival Pink Pop en Holanda, esta versión de Alive me parece que es muy poderosa, creo además que es una de las primeras veces que tocaron ante multitudes. 



Y esto es lo que me parece increíble, porque es realmente así, uno le da significado a las canciones independiente a la intención original de los músicos. Esa canción en mi adolescencia fue eso, fue una especie de grito de superviviencia, literalmente era "I´m still alive...", en medio de la bronca, del enojo, el resentimiento, de las contradicciones con mi papá y sus errores, que marcaron aquel inicio de los noventa e hicieron que la adolescencia fuera terriblemente dura, intensa, aunque mucha de la gente que tenía alrededor no lo notó (o tal vez sí). Alive se convirtió en un grito furioso para aferrarse a la vida. 

Más de treinta años después escucho Alive y me sigue pareciendo poderosa, me sigue recordando toda aquella época dura, y debo decir que a la vez maravillosa por toda esa intensidad. Pearl Jam me ayudó a llevarlo mejor, supongo que por ese tipo de cosas es que uno se hace fan de un grupo, porque uno se apropia de muchas formas de esas canciones que le mueven a uno el alma. 

jueves, 8 de febrero de 2024

Copiar a Quino

Durante parte de mi niñez, y toda mi adolescencia, me gustaba mucho dibujar, aunque debo decir que no tenía un gran talento, y que en realidad lo que hacía era copiar las caricaturas de ciertos artistas, lo hacía bastante bien, aunque no podía copiaba a todos. Recién entrando a la universidad, me compré unos lápices y papel, cuadernos de dibujo, y me quedaba hasta altas horas de la noche dibujando y escuchando música. Era muy entretenido, era también un escape, era la época en que estaba enojado con el mundo, era la época de Pearl Jam (aunque siempre ha sido esa época para mí) y las decenas de versiones y conciertos que el chino que le echaba el cuento a mi hermana me prestaba... ¿cómo se llamaba el chino? desde hace tiempo trato de acordarme... en fin, en 1995 por razones que no viene al caso durante meses no hubo luz en la casa, así que dibujaba y dibujaba a la luz de varias candelas, primero a lápiz las formas básicas y luego con una pluma repintaba y le daba los detalles finales. 

Lo que copiaba y copiaba eran las caricaturas de Quino, un genio, las recortaba de La nación cada lunes, y durante años tuve una carpeta llena de recortes. Aprendí con el tiempo a utilizar las sombras y las finas líneas que daban una precisión magistral a sus tiras. También aprendí a no enseñar todas las cosas que hacía, porque a veces me pedían que hiciera dibujos, y como en realidad lo que sabía era copiar, lo que dibujaba sin ninguna otra referencia que "la realidad", deba pena. Cuando me pedían un dibujo, me bloqueaba, simplemente no salía, con presión no podía ni hacer un circulito. Yo dibujaba por mero placer, y era un doble placer: dibujar y escuchar música, o sea Pearl Jam. Y no es que redujera la música a Pearl Jam, pero era lo que más me tranquilizaba, pronto descubriría Pink Floyd, y lo agregaría a las tareas cotidianas que me exigían cierta concentración. Hasta el día de hoy. 

Muchos años después de haberlo dejado, lo lamento mucho, y más que lamentarlo, lo extraño, era una muy buena costumbre, relajante, placentero, sentía que el tiempo pasaba más lento, podía pensar horas y horas, me gustaba la soledad del "cuarto de dibujo", o sea mi cuarto. A veces, eso sí, debo admitir que frustraba cuando alguna línea no me salía, o simplemente no era el día para dibujar, porque había días que no salía nada, ni lo más elemental, pero eran los menos. 

Me gustaba Quino por su capacidad de síntesis, por poder decir tanto en una sola imagen, por esa capacidad de combinar el humor con la crítica política, siempre me sentí incapaz de hacer algo así de grandioso. Sentía que Quino me educaba políticamente, y fue, en realidad una introducción a la política. Ya luego vinieron los libros, acompañados de música y otras muchas cosas, pero primero fue Quino quien, con su genialidad, me ordenó la cabeza para comprender ciertas cosas. 


Cada vez que la clase política de este, o cualquier país, salía diciendo que estamos en el mismo barco, o que juntos vamos a salir de la crisis, recuerdo a Quino, implacable. Porque las crisis son usadas por esos mismos que las ocasionaron para forrarse, siempre ganan ellos, siempre son ellos los que salen de las crisis, siempre recae sobre nosotros el pago de los platos rotos. 


Garden de Pearl Jam en una de sus estrofas decía "I don't question / Our existence / I just question / Our modern needs". Fue cuando, ya en la universidad, leí a Martín-Baró, y me encontré con que el jesuita utilizaba caricaturas de Mafalda para complementar sus análisis, y la verdad es que eran muy útiles. Una de las caricaturas que más me hizo pensar no estaba en los libros de Martín-Baró, no recuerdo donde la vi, pudo ser en cualquier lugar. Es esta:


Hace un par de semanas en la feria escuché una conversación, una señora preguntaba por la hija del señor del chinamo, éste respondía que iba entrando a la universidad, la señora le agradeció al señor y le dijo "pronto va a disfrutar las mieles de la profesión". Yo no pude evitar preguntarme cuáles eran esas mieles, e inevitablemente me acordé de esta tira de Mafalda, y de lo que hemos construido como sociedad para poder sostener a esos de trajes negros e impólutos mientras nosotros vamos remando y comiéndonos las crisis. De la necesidad de "ser algo", o simplemente estar jodido, o a lo mejor "ser algo" e igual estar jodido. La vida debería ser más sencilla. 

De joven pensaba que me habría gustado mucho ser dibujante, y tener esa claridad de Quino, a quien sigo admirando. Hoy día me conformaría con poder seguir copiando sus maravillosas tiras, pero se apagaron las candelas, y aunque hay buena luz, ya no me sale, por las mismas razones de antes, aunque diferente.