“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

martes, 1 de julio de 2025

Los Cadillacs tocando para vos...

Recuerdo perfectamente cuando, a principios de 1994, escuché por primera a Los Fabulosos Cadillacs. Estaba en el último del colegio, lo que no recuerdo es quién fue que me prestó el Vasos vacíos. Pero cuando lo escuché desde el inicio me pareció simplemente maravilloso.  Por que ¿qué era eso de Matador? ¿y por qué me daban ganas de moverme? "Mirá hermano en qué terminaste / por pelear por un mundo mejor. / ¿Qué suenan? ¡Son balas! / ¡Me alcanzan! ¡Me atrapan! ¡Resiste! / ¡Víctor Jara, no calla!". ¿Quién diablos es Víctor Jara que no calla? Claro, eso lo fui a entender un año después cuando entré a la Universidad. Los Cadillacs derribaban lo que nos enseñaron a cantar desde niños, aquello de : "Gloria eterna a Colón Soberano, de los mares estrella polar", al grito de "... cinco siglos no son para fiesta celebrando la matanza indígena... ¡no hay nada que festejar!",  y ahí el "descubrimiento de América" se tornó en conquista, y en colonialismo. 

Los Cadillacs fueron una puerta de entrada a otro mundo, es más fue en ese momento cuando yo sí descubrí América Latina, fue en ese momento cuando descubrí el ska, cuando también descubrí que la música se podía mezclar, y que esa mezcla era América Latina, era muchos colores, no la aburrida monotonía del pensamiento conservador que buscaba el pecado en los colores, y a Satanás en cada canción. Gracias a los Cadillacs aprendí a disfrutar la salsa y la cumbia, y supe que el jazz y el metal no eran antagónicos. Y luego vinieron otros muchos ritmos, otras muchísimas mezclas. Fue la explosión maravillosa y original del rock latinoamericano. Yo me fui politizando con la influencia de Los Fabulosos Cadillacs (y otros grupos, pero también con la literatura), con ese genial video de Mal Bicho, o con Las venas abiertas de América Latina, que por supuesto me llevó a Eduardo Galeano. 

Recuerdo que en julio 1997 publicaron el Fabulosos Calavera, ese disco se lo regaló a Prisci un compañero de la escuela (¡estaban en quinto grado!), creo que ella le gustaba. Cuando nos mostró semejante regalazo y lo escuchamos no podía creer lo poderoso de ese disco, el inicio con El Muerto es brutal, y de plano ya muestra que se trata de una evolución más del grupo, los Cadillacs para mí ya estaban en otro nivel. Era una de nuestra bandas favoritas, podíamos escucharlos por horas sin cansarnos. 

Cuando en 1999 se anunció que Los Cadillacs tocarían en Pedregal, obvio que había que ir, compré varias entradas, pero estimé que Prisci aún estaba muy pequeña como para llevarla a un concierto de este tipo, eran otros tiempos, ahora todo es muy ordenado y profiláctico, pero en aquellas épocas meterse al concierto al pleno baile era sinónimo de salir bien golpeado, así que decidí no llevarla, no sé además si mi mamá habría consentido que la llevase. El caso es que fue un conciertazo (porque tocaban Los Aterciopleados también), pero Prisci no me habló por un mes, y creo que no lo me lo perdonó del todo, y cada vez que lo hablábamos sentía su reclamo y un resentimiento incubado con el tiempo, a pesar de los años. 

El concierto del domingo 22 de junio pasado, sin ninguna duda un conciertazo, me dejó un sabor muy agridulce, una alegría de escucharlos, de revivir grandiosos momentos, de sentir en el cuerpo mi juventud, y de compartir eso con mi sobrino de 11 años, son otros tiempos sin duda... "Qué es lo que ha pasado con tu corazón / Ya no marca el paso que marcaba ayer / Nunca fuiste libre y esa es la razón / Siempre hay un idiota para convencer / Hablas toda la noche como un boy scout / Hablas sobre mi vida como tu papá / Los cadillacs tocando para vos...". Los Cadillacs tocando para vos... la nostálgica alegría se codeaba con la tristeza y la otra nostalgia, la del duelo que no se cierra nunca, la del dolor, la de la muerte que únicamente se va a acabar con la mía, estaba ahí también. Y es que los Cadillacs son ahora eso, y han ido mutando en mí durante treinta años. 

Y es inevitable, hoy tocaba el cumpleaños 39... y aunque han pasado ya ocho años y medio, hay muchas cosas que al día de hoy, particularmente hoy, siguen doliendo, y que seguramente seguirán doliendo. 

A.D.R.B. (en busca eterna), es la última canción del Fabulosos Calavera, es un viaje a través del vacío y la nostalgia, no solo es la letra, el ritmo nos lleva a ese viaje... la solíamos compartir, hablábamos sobre qué podían significar esas letras... creo que viene a cuento hoy... 

Raro es el vacío que has dejado en mí
viento, si te busco hay solo viento
y se ha quedado aquí
niebla vieja, trompo sin fin
puerta muerta canción de Abril.

Viento que se lleva los recuerdos
que me nubla hasta tu cara
y al final no queda nada
ni la nostalgia ya de poderte recordar.

El cielo perdonó pero fue sabio y cruel
me dejó tumbado y como muerto
en la vereda y fue tan severo me hizo crecer
el tiempo injusto se fue con él.

Cielo que se lleva los recuerdos
que me nubla hasta tu cara
y al final no queda nada
ni la nostalgia ésta de poderte recordar.

No existe nada, 
sólo el anhelo de soñar
verte a vos, y saber 
¿cómo hacer para quedarme siempre allí
y nunca más volver?

No existe nada, 
solo el anhelo de soñar
verte a vos, y saber 
¿cómo hacer para quedarme siempre allí
no despertarme más?

Rara es la esperanza que has dejado en mí
Rara y como eterna me condena
A esperar hasta el fin
Puerta muerta, canción de abril
Niebla vieja, trompo sin fin

Si mis ojos vieran lejos y pudiera yo encontrarte
Aunque fuera en un instante
Descansaría ya de tanto caminar

Raro es el vacío que has dejado en mí
Viento, si te busco, hay solo viento
Y se ha quedado aquí
Tan severo el invierno gris
El tiempo injusto te hizo morir

Viento que se lleva los recuerdos
Que me nubla hasta tu cara y al final no queda nada
Ni la nostalgia está
De poderte recordar

No existe nada
Solo el anhelo de soñar
Verte a vos y saber
¿Cómo hacer para quedarme siempre allí
Y nunca más volver?

No existe nada
Solo el anhelo de soñar
Verte a vos y saber
¿Cómo hacer para quedarme siempre allí
No despertarme más?

jueves, 12 de junio de 2025

La discusión de fondo y los silencios del SINDEU. Respuesta a la Junta Directiva del Sindicato*

 Agradezco que la Junta Directiva del SINDEU haya sacado tiempo dentro de, lo que supongo, una apretada agenda para leer y responder mi publicación en una red social, aunque para ser honesto me sorprende, no tenía idea que mis opiniones tuvieran tal calado.

Creo que la respuesta del SINDEU es visiblemente a la defensiva, pero refuerza mi crítica. Empezaré señalando que la JD dice cosas que no yo dije.  Mi publicación va sobre la nefasta propuesta que, el pasado 3 de junio, hizo Eduardo Calderón en el CU para solicitar “criterio técnico” de una unidad especializada en represión de Casa Presidencial, y aseguro en mi publicación que hay una creciente narrativa represiva en la Universidad, y que eso me preocupa mucho.

Ahora bien, de la respuesta del SINDEU me alegra que por fin se refieran explícitamente a esa propuesta y la rechazan tajantemente, porque en el comunicado JDC-SINDEU-623-2025, también del martes 3 de junio, no solo no dicen nada de lo propuesto por Calderón, más bien alertan de “la criminalización del trabajo policial” (sic.). Cuando le pregunté al secretario general del SINDEU si rechazaba tajantemente la mera posibilidad de que un órgano represivo de casa presidencial, entre a capacitar a la seguridad de la U, la respuesta es que esa pregunta era “un buen intento de involucrarlo en el juego”. No entendí a cuál juego se refería, pero igual no me respondió con la rotundidad con la que ahora lo hace la JD.

Cualquiera que lea mi publicación verá con total facilidad que no hablo de los oficiales de seguridad de la Universidad, en ningún momento me referí a ellos. No sé de dónde se sacan tantas conclusiones de mi pequeño texto, no hago referencia a cámaras, a las rondas preventivas, ni descalifico la vigilancia, tampoco dije que la seguridad de la Universidad sea una fuerza represiva, así como tampoco aseguré que vigilancia fuera igual que represión, aunque creo que podemos convenir que en determinados contextos puede serlo, y creo que la propuesta de Calderón es peligrosa justo por eso, porque pretende convertir a la seguridad universitaria en una seguridad represiva. Si algo se puede deducir de mi pequeño texto es eso, no una “criminalización al trabajo policial”. Así que no desviemos la atención de lo esencial.

Lo esencial es la “política de seguridad” de esta administración, sobre esto no dice nada el SINDEU. En el contexto en el que estamos (de descontento y protesta estudiantil) ha habido una orden superior de solicitar a estudiantes su identificación, orden que los oficiales de seguridad deben cumplir ¿de quién es la orden? En un video que ha circulado se puede ver claramente a Pedro Navarro, jefe de la Oficina de Servicios Generales, dar la orden a un oficial (¿qué hacía ahí Navarro?). Otro elemento importante, es la inconveniencia absoluta de que oficiales de seguridad porten armas en el contexto de protestas estudiantiles. Entonces, desde mi punto de vista son las autoridades quienes instrumentalizan la seguridad de la universidad para amedrentar a estudiantes que ejercen su derecho a la protesta. Decir esto no es una “criminalización al trabajo policial”, es evidenciar una forma de ejercer el poder, es evidenciar una “política de seguridad”. Ese es el centro de la crítica que el SINDEU, por alguna razón asume que es a los oficiales, y pareciera al sindicato mismo. De la respuesta del SINDEU me surge una pregunta muy concreta: ¿está el sindicato de acuerdo con esta “política de seguridad”? De esto el sindicato no dice nada. Hay una deriva autoritaria, la universidad no es ajena a ella, eso es lo que señalo. Por eso insisto, no hay que desviar la atención de lo esencial.

Ahora, lo que más me preocupa de la respuesta del SINDEU, es ese intento de victimizar a quienes ejercen el poder. En ese mismo video al que hice alusión, es claro que el jefe administrativo de la Escuela de Estudios Generales se excede en sus funciones, y de forma prepotente arranca carteles y amedrenta a estudiantes, me surgen varias preguntas: ¿defiende el SINDEU que se arranquen carteles cuyo contenido no gusta a las autoridades? ¿está de acuerdo el SINDEU con que un espacio como el pretil, que históricamente ha vivido grandes jornadas de protesta y manifestación política y cultural, sea vetado a estudiantes para que hagan manifestaciones políticas? ¿El SINDEU ahora defiende a directores de escuela que han limitado el ejercicio de la libertad de expresión y del derecho de protesta de estudiantes? Y sobre la conducta del jefe administrativo de la EGG me pregunto si es que acaso el SINDEU avala esa conducta prepotente e intimidatoria, ¿desde cuándo el SINDEU llama a solidarizarse con una persona que hace este ejercicio del poder con ese modo autoritario y pachuco? ¿insinúa el SINDEU que este señor es la víctima? También me pregunto ¿el SINDEU avala que el jefe de OSG in situ ordene a oficiales de seguridad que le pida la identificación a estudiantes, siendo que esto podría ser abusivo y un claro acto de intimidación? ¿avala el SINDEU que los oficiales de seguridad anden armados en protestas estudiantiles? ¿está de acuerdo el SINDEU con que se realicen asambleas de escuela con oficiales de seguridad dentro y fuera de un auditorio? Todas esas preguntas surgen de los silencios del SINDEU. Y esto, es lo esencial, la “política de seguridad”, esto es lo que deberíamos estar discutiendo con profundidad en el seno del sindicato, y de la universidad, pero la junta directiva del SINDEU evade la discusión de fondo.

Me preocupa mucho que en su afán de defender a los compañeros de seguridad, que repito yo no estoy atacando, el SINDEU colabore en instalar esa narrativa de “seguridad”, narrativa que las autoridades abrazan poque no les gusta la protesta y que se les critique. Esas narrativas de seguridad son peligrosas porque vienen acompañadas de la construcción de enemigos internos, y luego de acciones represivas, la historia en América Latina así lo certifica. Insisto en que ese es el sentido de mi texto, y visto lo visto, no lo entendieron, o prefieren lanzar una cortina de humo.

Finalmente, cuando hablo, irónicamente sí, del llamado a la “unidad” que hace el SINDEU me refiero justo al cierre discursivo con las autoridades universitarias, que también han tratado de victimizar a quienes ejercen el poder, y el caso del jefe administrativo de la EGG es más que elocuente, esa prepotencia no debería tener cabida en nuestra Universidad. Ejercer la crítica es consustancial a mi posición como trabajador de una Universidad Pública no es posicionarse como adversario, la crítica es sana, es necesaria. La crítica tampoco significa “una falta de respeto” a la historia del movimiento sindical, si así lo consideran creo que tienen la piel muy fina, la Junta Directiva del SINDEU no es el movimiento sindical en su conjunto. Mi crítica es, más bien, un reclamo por honrar la trayectoria de lucha y compromiso crítico del SINDEU, es un llamado a no cerrar filas con el autoritarismo, a no montarse en la deriva autoritaria. Debe haber diálogo sí, por supuesto, pero el derecho a la protesta y la libertad de expresión debe garantizarse cabalmente, porque no se pueden hacer llamados al diálogo y la unidad en abstracto, mientras las autoridades no soportan un cartel, mientras amenazan a estudiantes con sanciones. Ese llamado a la “unidad” que hace el SINDEU me parece vacío, porque por lo visto implica una unidad sin la posibilidad de crítica –“no se equivoque de adversario”, ordena la Junta Directiva”–, yo no me equivoco de adversario, tengo clarísimo donde está, y no es del lado estudiantil.



*Artículo publicado en la versión web del Semanario Universidad