“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

jueves, 14 de mayo de 2009

A un año del asesinato de Pamela

Hace poco más de un año escribí para Radio 8 de Octubre, un editorial en el que comentaba sobre las “medidas de shock” que en aquel momento exigía a gritos Juan Diego Castro, frente a la escalada de delincuencia que vive el país. Transcribo íntegro el comentario:


Juan Diego Castro y “Recuperemos la paz”...!!!


Esta es una de las típicas arengas de este insigne discípulo de la inquisición.

Juan Diego Castro, quien ya nos ha mostrado su incapacidad para entender la realidad política y social de este país, con un discurso muy cercano al fascismo, pretende que volvamos a la edad de piedra.

Ojo por ojo, Diente por diente, y de fijo: vida por vida... Porque, ¿qué otra se puede entender?

Y aunque sea ingenuo preguntar, mejor nos hacemos la pregunta, solo para ponerlo en su real dimensión: ¿qué significan medidas de shock? ¿qué son medidas de emergencia?

Porque eso puede significar muchas cosas.

Para ponerles un ejemplo.

Podría significar cortarle la mano a un ladrón, quien luego podría resultar inocente... pero un inocente sin mano, y aunque fuera culpable... esto podría estar pensando Juan Diego Castro... al fin de cuentas se debe considerar un humanista, totalmente respetuoso de los derechos humanos.

Pero, para poner otro ejemplito, también podría significar torturar a alguien, como hacen en las prisiones gringas de Irak, Afganistán o Guantánamo. Porque esas son medidas de shock, o de emergencia, que entiende el gobierno se deben aplicar para combatir el terrorismo.

Ya veremos si algún día Juan Diego Castro se le ocurre hacer una homologación entre delincuencia y terrorismo, pero a como va, nada es imposible...

Pero medidas de shock, o de emergencia, posiblemente también podría significar el recorte de algunas muchas garantías civiles, individuales o hasta políticas.... quién sabe...

Porque ya sabemos que a Juan Diego Castro le gusta ejercer la autoridad, recuérdese que cuando era Ministro, en el gobierno de José maría Figueres, en un acto del más puro autoritarismo, rodeó la Asamblea Legislativa con la fuerza pública....

Eso le valió que se aprobara una moción de censura en su contra, votada incluso, por los diputados de gobierno... ya vemos que el señor Juan Diego castro se caracteriza por ser un hombre de un ejercicio de la autoridad al mejor estilo de los milicos...

Por eso, medidas de emergencia o de shock, para Juan Diego Castro podría significar hasta la pena de muerte... ya lo escucharon ustedes, actos delitos de shock, medidas de shock... él lo dice... no nosotros...

Y es que el asunto es grave, porque este tipo de discursos fascistoides, sumado al amarillismo de los medios comerciales, al uso político del tema de la seguridad, genera una percepción mucho mayor de inseguridad del que realmente vivimos.

Por supuesto no diremos que no hay inseguridad, es claro que los delitos se cometen de formas cada vez más violentas, también es cierto que el crimen se organiza cada vez más.

Pero lo anterior es tan cierto como que las autoridades de los últimos gobiernos han sido incapaces de, tan solo entender, el problema tan complejo de la seguridad ciudadana, que claramente tiene que ver con la distribución de la riqueza, y para decirlo, más claro, este fenómeno de la delincuencia que vivimos en Costa Rica tiene que ver con el modo de producción capitalista.

Como ustedes ya se habrán dado cuenta, eso los medios o los políticos no lo dicen. Lo que hacen es magnificar el problema, alimentarlo día a día. Ellos necesitan que ustedes y nosotros tengamos miedo.

Porque el miedo, más toda la basura que nos dicen a diario son el caldo de cultivo para justificar y hasta considerar todo tipo de propuestas fascistas, como ésta de Juan Diego Castro.

A estas alturas de la historia de la humanidad, ya debería estar claro, que la mejor forma de combatir la delincuencia es una mejor distribución de la riqueza, una sociedad incluyente, en el que todos y todas, quepan.

Con más cárceles o penas más duras, ya está demostrado; no se reduce la inseguridad, lo que se hace es llenar cárceles, nada más.

Y es que mientras no se varíen las políticas neoliberales que se imponen desde el norte, con la colaboración de la burguesía local, será imposible combatir realmente el problema, desde su raíz: que no es otro que la desigualdad y la exclusión.

Esperemos que este tipo de manifestaciones de intolerancia y de odio, no tengan acogida en la sociedad, y más bien, estén por encima todas aquellas actitudes, propuestas y acciones que tiendan a que la riqueza que se produce, se distribuya entre todos y todas, de igual a igual.

Comentario escrito para la sección "La Frase de la Semana", del Programa Radio 8 de Octubre, en su edición del jueves 1 de mayo de 2008. Radio 8 de Octubre se transmite todos los jueves a las 8 a.m. (con repetición a las 10 p.m.), por Radio U, 101.9 fm. (www.radiou.ucr.ac.cr)”


Días después, un lector de este blog comentó: “Mae fijo usted no ha tenido una pistola en la jupa. Hace poco me pusieron una a mí y si a los hps les hubiese dado la gana de volarme los cesos lo hubiesen hecho. Mae la verdad si esa es la única forma, estoy de acuerdo, si es a usted que le matan a un hermano por un celular creo que estaría en las mismas.”

El 14 de mayo del año pasado asesinaron a Pamela, a quien quería mucho, era hermana de mi ex novia, pero además era una chica muy agradable, yo la quería (la quiero) muchísimo. La mataron para robarle, e intentaron matar a su ex novio, quien se salvó de milagro. A los asesinos-ladrones los atraparon y condenaron a 50 años. Puede que a mí no me hayan puesto una pistola en la cabeza, pero este asesinato tan cobarde y tan sinsentido, me dolió como nunca antes me había dolido, estaba desconsolado. Su familia ya se podrán imaginar como la pasó, y la sigue pasando, sus padres no son los mismos, la tristeza les pesa en sus ojos y su semblante, una pérdida irreparable.

Dicho esto, sobre el comentario, debo decir que sostengo lo que dije hace un año para Radio 8 de Octubre. Sostengo mi crítica, y mi punto de vista, rechazo rotundamente las salidas autoritarias. Mantengo que de fondo hay un problema social, económico, político y moral, que las autoridades no quieren resolver, sencillamente porque implicaría que las cosas cambien de forma radical, porque es necesario una adecuada redistribución de la riqueza, y eso implicaría librarnos del fetichismo de las mercancías (sobre todo de la mercancía dinero), significaría el colapso del mercado como ente supremo, y también del capitalismo como tal.

No está bien que te peguen un susto para robarte un celular, menos aún con tanta violencia, y todavía menos que te maten. Pero la solución no puede ser la mano dura. La solución debe surgir un emprendimiento colectivo, de una decisión colectiva por tomar otro rumbo, otros valores.

Por supuesto, quienes están al frente del gobierno van a decir que hubo justicia “pronta y cumplida” con la condena de los asesinos, pero ¿qué arregla eso? ¿acaso eso devuelve a la vida a una chavala que apenas tenía 22 años? ¿eso le devuelve el consuelo a su familia? ¿eso acaso cura el dolor e incluso el odio que termina sintiendo su familia? ¿es que acaso en el gobierno creen que ahí llega su responsabilidad?

El gobierno tiene responsabilidad, también es política, y se muestra su incapacidad para controlar un severo problema como lo es el de la inseguridad. El gobierno es irresponsable porque con sus políticas neoliberales, crea el caldo de cultivo para la situación que estamos viviendo. Nuestra sociedad es el resultado de las malas decisiones políticas de un grupo que gobierna, y también, de las malas decisiones que como pueblo hemos tomado. También de nuestra incapacidad para poder organizarnos y dialogar de forma madura (desde las izquierdas) y con ello desplazar a los mismos de siempre, con sus políticas de siempre... que ya sabemos cuáles son sus resultados.

Pero el gobierno no sólo evade su responsabilidad sino que además nos receta mano dura, que según la experiencia en otros lugares no hace otra sino aumentar la espiral de violencia. Si a la incapacidad del gobierno en materia de seguridad (solo veamos a Janina del Vecchio como ministra) le sumamos la grave crisis económica (y pos supuesto las “soluciones” del mal gobierno de los Arias), no veo la cosa nada bien. El gobierno cínicamente hace como si no tuviera nada que ver, como si se tratara del espíritu de los tiempos, como si se tratara de algo irremediable, los medios de comunicación en este sentido son más que patéticos.

Volviendo al hecho concreto del asesinato de Pamela. Debo advertir también algo que poca gente comenta, porque resulta un tema sensible que nadie quiere tocar, por ser un tema tabú, pero que definitivamente evidencia también responsabilidades de otro tipo, y que deben ser asumidas de forma colectiva.

Los medios de comunicación en especial La Extra y Noticias Repretel, “informaron” desde el morbo, con un irrespeto absoluto al dolor de la familia de Pamela. En el entierro tuvimos que echar al imprudente periodista de Repretel. Pero lo más morboso de la cobertura de la información tenía que ver con el hecho de que la pareja al momento de ser atacada, tenía (o acababa de tener, da igual) relaciones sexuales en un automóvil y en un sitio solitario. Las “informaciones” que escuché terminaban culpando a la pareja, “claro eso les pasa por imprudentes”, otros con más morbo hasta sugirieron que se trataba de un castigo por actos inmorales.

Pero nadie se preguntó porqué una pareja de jóvenes tiene que recurrir a un sitio solitario para tener relaciones sexuales, y claramente no fue para buscar la muerte, aunque podría haber imprudencia de su parte. Para hacer la pregunta más concreta, ¿porqué los jóvenes en este país no podemos sencillamente disfrutar de nuestra sexualidad en nuestras casas? La respuesta la podemos encontrar cualquier domingo en la misa, la podemos encontrar todos los días en la doble moral de la medios de comunicación, en la nula educación sexual del sistema educativo, en la negación a nuestra sexualidad por parte de nuestros padres. Esos chicos no debieron estar teniendo relaciones sexuales en un carro, en un sitio solitario (peligroso como queda claro), debieron estar en su casa, en un sitio seguro, ni siquiera en un motel ¡qué es esa carajada de tener que pagar para coger!. Lo que pasa es que nuestra moral pueblerina no da para tanto.

Y ojo que no responsabilizo de forma individual a nadie, y menos a sus padres, se trata de una responsabilidad colectiva, se trata de la hipocresía de la iglesia, de la doble moral de los medios de comunicación, de la doble moral de nuestros gobernantes, de esta lógica de dominación que se expresa en todos los ámbitos de nuestras vidas, que empuja a la gente joven a este tipo de situaciones, pero que además no opera sola, se cruza con todo este fetichismo del dinero, con todas estas políticas que empobrecen y que dan salidas. Es un asunto complejo, pero como vemos la inseguridad y la represión sexual también son producto de un determinada formación social propia de nuestra sociedad capitalista.

El asesinato de Pamela no debió haber ocurrido, pero ocurrió, y todavía me duele, hoy la lloro, como también la he llorado todos este año, como también la lloran sus familiares y amigos, todos con diferente intensidad y con diferentes razones. La responsabilidad es de todos, como sociedad, es colectiva, algo estamos haciendo mal como sociedad, no puede ser que te maten por un celular, no puede ser que los medios se comporten de una forma tan amarillista (tan irrespetuosa con el dolor), no puede ser que el gobierno eluda su responsabilidad.

La solución al problema de inseguridad que vivimos tiene que ser colectiva o no será, las salidas tipo “Recuperemos la paz” son las salidas fáciles, y por eso las peores. Debemos hacer un verdadero emprendimiento colectivo para salir de esta situación, pero a algunos nos les da la billetera para tanto, a otros no les da el cerebro, y a otros tantos es la moral lo que no les da.