“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

domingo, 11 de marzo de 2007

Involución: de Costa Rica, a Costa Pobre

Publicado en Rebelion
10-03-2007
Hedelberto López Blanch

Las multitudinarias manifestaciones que coparon el corazón de la capital costarricense y otras regiones del país el pasado 26 de febrero enfiladas a rechazar el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito con Estados Unidos, pueden ser el preludio de lo que ocurrirá en los próximos meses si el gobierno del presidente Oscar Arias mantiene su decisión de ratificar ese acuerdo neoliberal.
El TLC fue negociado y firmado por el anterior gobierno de Abel Pacheco, pero enfrenta una fuerte oposición por parte de una amplia gama de organizaciones sociales y políticas.
Las principales calles de San José se llenaron de ciudadanos con carteles, consignas, música y arte, los que desfilaron desde la estatua de León Cortés en La Sabana, sector oeste de la ciudad, a través del Paseo Colón y la avenida segunda hasta llegar a la Asamblea Legislativa donde se encuentra la mayoría de los legisladores oficialistas que apoyan la entrada en vigor del Tratado.
Luis Guillermo Solís, ex dirigente del oficialista Partido de Liberación Nacional que estuvo entre los más de 50 000 manifestantes, señaló que Arias no puede tener oídos sordos y pecar de autista ante el clamor demostrado en las marchas. Si el presidente y la Asamblea Legislativa obligan a una segunda movilización, seguramente éstas tendrá más fuerza, señaló.
Para Mariano Figueres, hijo del ex presidente José figueres Ferrer, en Costa Rica se ha instaurado una dictadura mediática con la cual no esta de acuerdo la gran mayoría que ha participado en la mayor manifestación de corte cívico ocurrida en mucho tiempo.
Las movilizaciones populares en Costa Rica han servido como freno para detener algunos proyectos neoliberales. Por ejemplo, hace seis años, con más votos aún en el Legislativo, el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez (detenido por cargos de corrupción tras concluir su mandato) no pudo romper el monopolio estatal de las telecomunicaciones, porque manifestaciones callejeras impidieron que los diputados aprobaran una ley de privatización a favor del capital extranjero.
Pese a la magnitud de las marchas, Oscar Arias insistió en que se apruebe en la Asamblea la entra en vigor del Tratado pues a su juicio se crearán miles de fuentes de empleo, atraerá inversión extranjera e insertará a Costa Rica en la globalización.
Los adversarios aseguran que tal como fue negociado el TLC se "entregará la soberanía nacional" a las transnacionales estadounidenses al imponer nuevamente la apertura al capital foráneo de las telecomunicaciones, los servicios de electricidad, agua, seguros y del sector agrícola.
Muchos costarricenses comparan este Tratado con el firmado entre México, Estados Unidos y Canadá que a 12 años de entrar en vigor no ha impedido el crecimiento de la pobreza y el desempleo en el nación azteca.
Costa Rica, otrora conocida como la más adelantada y de mejor bienestar social entre los países de Centro América, ha tenido un marcado retroceso como consecuencia de las políticas neoliberales acuñadas en las dos últimas décadas, que podrían agravarse si en definitiva se alcanza la firma del TLC.
En este país la pobreza ha subido en espiral para alcanzar en los dos últimos años a otros 45 000 hogares y situarse en un 22 % de la población total.
El poder adquisitivo de los trabajadores y de los habitantes en general bajó un 6 % en 2006 porque el salario no aumentó en el período, a la par que los precios de los principales productos de la canasta básica, el transporte y la vivienda elevaron la inflación en un 12 %.
La privatización de comercios y empresas ha dejado en manos de los dueños y de las compañías transnacionales la creación de nuevos empleos mientras las administraciones de los últimos gobiernos se han cruzado de brazos y no han intervenido directamente para mejorar la situación.
Si la Asamblea Legislativa ratifica el Tratado en los términos que fue elaborado y discutido por funcionarios de administraciones anteriores con el beneplácito del actual presidente, el resultado final sería que las empresas transnacionales, los consorcios y familias nacionales adineradas dirigirían la economía y hasta la política del país sin que a los futuros gobiernos les quede el más mínimo resquicio de independencia.
El documento otorga a Estados Unidos acceso ilimitado al mercado de los servicios y prevé protecciones y trato no discriminatorio para productos digitales como software, música, texto y vídeos, a la par que fortalece las patentes estadounidenses, las marcas y los secretos comerciales.
Entre otras cuestiones, la masa poblacional costarricense se perjudicaría al tener que pagar servicios que aún recibe con alguna subvención del Estado como son la salud y la educación.
Los participantes en la marcha coincidieron en que el acuerdo es una grave amenaza para la soberanía de Costa Rica y se preparan para una huelga general en caso de ser aprobado, lo cual se da por seguro por las posiciones de fuerza que mantienen Oscar Arias y el embajador norteamericano en ese país, Mark Langdale, quien en declaraciones públicas dijo que “nunca un país que haya firmado un tratado de libre comercio con Estados Unidos ha dejado de ratificarlo”.
Por el camino signado dentro de unos años el país centroamericano podría comenzar a llamarse, Costa Pobre.

Artículo Interesante publicado en Rebelion

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