“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Apunte Charrúa. Colonia del Sacramento

Colonia, Uruguay.

Y llegamos a Uruguay, luego de una agotadora travesía por el Río de la Plata. El Buquebus es un enorme ferry que cruza del lado argentino y llega a esta ciudad que es Patrimonio de la humanidad. El puerto del lado argentino es como estar en un aeropuerto, pero sin las molestas medidas de seguridad de los aeropuertos. El viaje es cómodo, rápido (apenas dos horas y media).

He notado que los argentinos son unos atacados con las filas en aeropuertos y puertos, nadie les ha dicho que se formen cuando ya hay varios en fila. Cuando llegamos a Uruguay eso ocurrió a la salida, todo el mundo se levantó antes y se hizo un gigante embudo en la puerta de desembarque, costó salir, en una emergencia todos morimos. Recoger la maleta no fue más fácil, unas doscientas personas buscaban la suya, sumen a los niños estorbando frente a la banda. La cuestión es que nos dieron las cuatro de la mañana, habíamos salido a las doce.

Sobre la ciudad solo hay un calificativo: hermosa. El centro histórico es pequeño, fácilmente se puede recorrer en un día, pero tiene lugares increíbles, típicos de una ciudad colonial. A pesar de que se trata de un lugar turístico los precios son comparables con los de San José, o sea, que me sigue pareciendo más caro Costa Rica, aunque Luisgui no se entere o lo ponga en duda.

El clima de ayer (23 de diciembre) perfecto, soleado pero ventoso, ni frío ni caliente, simplemente perfecto. Ya para la noche bajó la temperatura y hubo que abrigarse, aún así el clima era más que agradable, mucho mejor que el calor de Buenos Aires, un poco más seco Colonia.

Por poco dinero uno puede alquilar una bicicleta y pegarse una buena vuelta, ir a la playa del Río de la Plata y bañarse un rato. Andar en bici por acá es una maravilla, nadie le echa el carro a uno, la gente maneja de forma muy respetuosa, de hecho en la ciudad ni siquiera hay semáforos, la gente respeta las señales, no he visto a nadie haciendo feo en la calle, los peatones tienen prioridad de paso en las esquinas, nadie lo cuestiona, así funciona bien la cosa.

Uruguay debe ser el único país del mundo en el que alguien te pide un cigarro a cambio de un capullo de marihuana, cómo cambian las cosas.

Sobre las descripciones, creo que mejor no hacerlas y dejarles las fotos, que son más elocuentes que cualquier cosa que yo pueda decir. Un lindo lugar, mañana para Montevideo.


Parrilla La Amistad.


Restaurante El Drugstore, lindísmo.



Por poco menos de un dólar se puede subir al faro y tener una vista espectacular


foto tomada desde el faro.






El atardecer sencillamente espectacular...






A la orilla del Río de la Plata se arman unas mejengas buenísimas, niños y niños grandes que celebran cada gol como si lo estuvieran metiendo en el Centenario... Cada balón como si se juagara el Mundial, entran durísimo hasta en una mejenga de playa...









PD. Qué lindo estar de vacaciones...