“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

sábado, 13 de octubre de 2012

Pertinencia o no de la violencia como método, el fondo de la cuestión

Muchas reacciones generó el apunte anterior, eso me gusta, porque propongo un debate, que a mi juicio es pertinente, y muy interesante. Y claramente el debate que se ha generado trasciende estos apuntes, tampoco soy tan egocéntrico. Pero tal y como anuncié hay un sector que se niega a argumentar y por el contrario han hecho gala de insultos. Eso era previsible. Lo que no me parecía previsible es que no lean bien.

Hago un resumen de lo que dije, para que quedemos en claro.

La violencia como instrumento de lucha no la condeno per se, y tampoco me refiero a ella con el cliché de patología social, o el signo de la decadencia, o cosas por el estilo. Si se lee con atención, de alguna forma reivindico la violencia como método legítimo de lucha. Lo que cuestiono es si era estratégica y tácticamente pertinente para la marcha del martes. Los hechos parecen darme la razón. En el apunte trato de argumentarlo, apelando a varios elementos: la opinión pública, el uso que los medios de comunicación le dan al asunto, y que una amplia mayoría de quienes marcharon no estaba de acuerdo con el método violento, porque sencillamente no se planteó como opción, quienes finalmente ejecutaron la acción no fueron nunca a las reuniones de coordinación. Además, es necesario agregar, que nunca dije que con la marcha se lograba el resello, sino más bien músculo social, que es necesario para la lucha política, dentro y fuera del Congreso, dentro y fuera de la institucionalidad. O sea, que no restrinjo la lucha política a lo institucional, y por eso es tan importante ganar simpatía en la calle. Vuelvo a decir, el martes no logramos ninguna de estas cosas. Por otro lado, dije también un "grupo de anarquistas", no dije LOS anarquistas, porque entiendo que hay distintas posiciones, y no es justo generalizar, porque efectivamente se planteó en medio de ese caos una tercera vía, tal y como lo han hecho ver algunos colegas. Pero en medio de ese desastre ya no había forma de ponerse de acuerdo, y privó el sectarismo de algunos y de otros.

Agrego además que no he dicho ni he hablado de madurez o de inmadurez política. Sino de responsabilidad con los otros, con nosotros mismos. Ya desarrollaré este punto.

Ahora, sigo sostengo que este tipo de acciones deben ser pensadas en términos de ganar simpatía entre la población. Eso claramente no se logró. Se consiguió todo lo contrario. ¿Porqué? Muy simple, fue una acción descoordinada, impuesta, y sin un objetivo claro. De hecho pareciera que la policía la esperaba. Sólo basta leer las declaraciones de la policía, ver la actuación de los cuerpos policiales me resulta tremendamente sospechosa, el repliegue de los policías (que claramente no eran antimotines) debería darnos un indicio de ello, proque es mentira que el objetivo era retomar la puerta, no. El objetivo era que fueran carne de cañon, para que la prensa hiciera de las suyas. Con esta acción, más bien se puso en riesgo a mucha gente, si los antimotines hubiesen salido con todo nos barren, y no habían medidas de seguridad para la gente que sólo fue a marchar, que sólo quería marchar, lo cual nos guste o no es legítimo también, es otra expresión de la lucha, más, o menos efectiva, eso depende. Pero no es menos efectiva per se. Un principio básico de una acción violenta es que no haya bajas de nuestro lado, no poner en riesgo a los nuestros, eso es una ética, si no desde mi punto de vista eso no nos diferencia de la derecha.

Ahora, si a mí me preguntan que si creo que con marchas se acabaremos con el capitalismo, yo diría que no, pero tampoco creo que sea con este tipo de acciones violentas descoordinadas, porque es más complejo que esto. Cuando hay condiciones, esas que suelen llamar objetivas y subjetivas, y claridad en la lucha para aprovecharlas, se puede tumbar revolucionariamente a un gobierno. Claramente estamos lejos de eso. Pero a lo que voy es que se puede tumbar a un mal gobierno pero eso no significa que se cambien las reglas en el modo de producción, porque es necesario modificar reglas económicas, pero también es necesario un profundo cambio cultural, y eso no ocurre de la noche a la mañana. Yo lo que creo es que el mismo sistema genera lentamente las condiciones, pero que además es necesario acelerarlas y preparar ese cambio cultural en el día a día, con acciones que de repente no tienen la espectacularidad de la toma de un edificio, sino que se prepara con el tiempo, para que cuando se produzca un evento de estos dar un golpe. Dicho de otra forma, los zapatistas no se tiraron a la primera, prepararon sus fuerzas, trabajaron desde la cultura indígena durante años, y luego escogieron un día simbólico para irrumpir en el mapa político mexicano armas en mano, pero lo prepararon. ¿Se comprende ahora el fondo de mi crítica en el apunte anterior?

Ahora, uno se podría preguntar ¿Porqué no una acción de este tipo, contra Wallmart, o INTEL, o la Coca-Cola? Una marcha o una acción donde quienes sí están de acuerdo con las acciones violentas actúen en consecuencia, ¿Porqué no directamente contra agentes económicos? ¿Porqué no contra el Club Unión, por ejemplo? ¿Porqué aprovechar una manifestación cuyo carácter y acuerdo era el marchar? Así fue planificada y anunciada, la gente iba a eso, y se violentó esa decisión. Insisto que no se lograría el resello, pero esto daba pie a que se tomaran otras medidas de presión más efectivas. Eso ahora está complicado.

Las acciones aisladas (individuales) no podemos esperar que las comprenda todo el mundo, menos la derecha, tampoco la clase media, y ¿deben comprenderlas los obreros y las clases desposeídas? A doscientos metros del Congreso había gente que sabía que había una manifestación pero no tenía idea de porqué. Ahí fallamos. La gente en San José debía saberlo, por ejemplo hubiese sido más útil marchar sobre San José, generar un caos vial, pero sobre todo explicarle a la gente porqué marchamos, qué estamos peleando, y fundamental, cómo lo que peleamos le afecta directamente.

Ahora, insisto en que no sólo no se logró el resello, sino que además, nos dividimos a lo interno, y por no planear bien las cosas, hay gente que está siendo acusada penalmente. El haberse aventado con esta acción al margen de lo que pensara la mayoría, ha generado fisuras de todo tipo. Hay una sector estudiantil que pide la represión, incluso dentro de la Universidad, el grupo de la Derecha JUNTOS así lo ha manifestado por las clases. Esto sencillamente es abominable, y me parece una barbaridad que los mismos estudiantes lo pidan, me parecería nefasto que las autoridades universitarias se monten en el vagón de la represión. ¿Pero le podemos pedir algo distinto a la derecha?

¿Las denuncias penales que quiere imponer el ministerio público y apoyadas por la presidencia del Congreso, acaso extrañan a alguien? ¿Si este es un Estado represivo como acertadamente señalan los anarquistas, porqué les iban a tratar diferente? Pensar que para la Autoridad esa toma simbólica no representa un delito, es sencillamente una contradicción conceptual, una ingenuidad. ¿Quiere decir que estoy de acuerdo con esto? ¡Obviamente NO!. Sólo digo que es la consecuencia desde la lógica del Estado. Y además ahora están utilizando todo esto como pretexto para todo tipo de abusos e intimidaciones que no se pueden permitir. No se puede permitir que el apoyo a uno de los arrestados sea utilizado para fichar a la gente, eso es sencillamente inadmisible. Es decir, que más allá en que esté o no esté de acuerdo con lo del martes, no podré estar de acuerdo con la represión, ni la justifico, hay que combatirla y denunciarla.

Pero insisto, no podemos pedirle a mucha gente que lo vea así. Porque hay mucha gente que sencillamente se sintió violentada, esta acción nunca fue consultada, fue una imposición de una minoría. Da igual que luego la indignación frente a la policía hiciera que el grupo de multiplicara por cien. Esto es una reacción muy interesante de analizar, porque tiene implicaciones importantes, que no necesariamente son negativas. Desde mi punto de vista (esto no lo abordé en el apunte anterior) esta podría se la parte positiva, la gente no se echó ṕara atrás, respondió a la policía. Y la policía tomará nota. Espero que las organizaciones también, y se organicen. Porque también hay que considerar que el Estado, como aparato represivo que es, tiene la fuerza en el uso de la violencia, frente a ese poder, no se puede responder tampoco de forma aislada, ni desorganizada. Entonces pues, hay que pensar bien lo que se haga, y tener claro cuándo se legitima socialmente el método.

En resumen, y para no extenderme más. Sigo pensando que el uso de la violencia es un recurso legítimo si hay condiciones para ello y suma, y que la acción del martes fue una torpeza, porque no sumó nada, y más bien trajo consigo una división total dentro de los estudiantes, un descalabro ante la opinión pública, y consecuencias penales, así como una ola represiva que se ha legitimado institucionalmente. Todo esto me parece lamentable, y creo que debemos ser más inteligentes, ojo que no hablo de madurez, sino de inteligencia política, porque tal y como están las cosas, estamos en el juego del poder.

Entonces, lo que requerimos es de una adecuada lectura de los hechos políticos, no digo que yo la tenga, o que haya alguien, posiblemente sean muchas lecturas que yuxtapuestas nos den una clave para la acción política. En este sentido tiene razón Zizek cuando apunta que Lenin se atrevió a leer su tiempo, y arriesgó, a pesar de que las condiciones objetivas no eran las mejores. Lenin se atrevió, y Zizek lo reivindica y nos invita a asumir el riesgo y REPETIRLO. Pero esta repetición de la que habla es particular, dicho en palabras del propio Zizek: " REPETIR Lenin NO significa una VUELTA a Lenin - repetir consiste en aceptar que "Lenin ha muerto", que su solución particular fracasó, cabe decir incluso monstruosamente, pero que en ella hay un destello utópico que vale la pena rescatar", que hay un mundo de posibilidades entre lo que Lenin hizo y el campo de posibilidades que inauguró. Yo concuerdo plenamente, hay que arriesgar. Esto es un claro llamado a la subversión. Pero también hay que meterle cabeza, de lo contrario las consecuencias son nefastas, y nos pueden hacer retroceder mucho tiempo. Por eso vuelvo a la pregunta que me parece es la fundamental, ¿Luego de la acción del martes, ganamos algo? ¿Era táctica y estratégicamente pertinente? Desde mi punto de vista y tal como se dieron - y se dan - los hechos, no. Y para mí ese es el fondo del asunto.