“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 6 de marzo de 2013

Hugo Rafael Chavez Frías

No me enteré del "caracazo", tampoco supe de la revuelta encabezada por Hugo Rafael Chávez Frías.

Por aquellas épocas yo no entendía nada de política, además los medios de comunicación de este país tampoco informan nada. Supe de la existencia de Chávez cuando ganó por primera vez las elecciones. Cuando escuché por primera vez a Chávez me asombró, y me cautivó su verbo fuerte y directo. Sin rodeos dijo lo que muchos queríamos decir.


Para comprender cómo un personaje como Chávez se mantuvo en el poder con un apoyo popular tan grande no podemos leerlo con nuestros ojitos ticos. No podemos intentar comprenderlo con nuestros prejuicios conservadores, con nuestra moralina de pueblo, no se puede entender a Chávez y al pueblo de Venezuela, a la Revolución Bolivariana, desde La Nación, ni desde CNN, menos desde El País.

Y no podemos porque tenemos en nuestro país una terrible combinación: una matriz ideológica muy conservadora y medios-empresas de comunicación que día a día alimentan los prejuicios con "informaciones" absurdas, sesgadas y claramente manipuladas, cuando no calumnias. No debería impresionarme entonces, pero la verdad, sí me impresiona, el nivel de prejuicio de mucha gente en este país, los más "progresistas" reconocen los logros (indiscutibles) de la revolución, pero inmediatamente suelen decir "pero no me gusta su forma...", "debería tener claro que es un presidente...", y lo que sucede es que no es nuestro presidente, sino el de Venezuela, y en Venezuela esa forma de ser tiene sentido. No digo que nos tenga que gustar Chávez porque sí, lo que digo es que nuestra matriz ideológica conservadora sale a relucir, emerge, podrida, y por eso no podemos sino plegarnos a los intereses del capital, a los intereses ajenos. Eso en parte explicaría que nuestro país sigamos teniendo a esa mediocre como presidenta, que si muriera hoy, sólo su familia la lloraría.



Para comprender porqué Chávez tenía ese nivel de apoyo popular, inusitado, para un mandatario en Latinoamérica, hay que entender que Chávez condensa todo un proceso histórico, político, social, económico y cultural. Hugo Rafael Chávez Frías encarnó una sensibilidad, un hartazgo, Chávez encarnó a ese pueblo sufrido. Encarnó a esa gente excluida, a esa gente que no tenía acceso a la educación, a la salud, a los explotados, a las explotadas, los despreciados por esa burguesía blanca, por esa burguesía horrible. A esa gente que veía pasar por encima de sus narices la riqueza nacional, que vio a los gobiernos más corruptos de América Latina. Para entender cómo es que Chávez ganó tantas elecciones y consiguió fortalecer de esta forma el proceso revolucionario, hay que entender cómo es el venezolano. Chávez fue venezolano, en todas sus expresiones, su fenotipo era el de un venezolano cualquiera, Chávez era popular, era pueblo. No le era (ni le es) ajeno a ese pueblo, a esas grandes mayorías. Por eso hoy le lloran, por eso hoy centenares de miles se volcaron a las calles a darle un último homenaje al Comandante. Una frase circula en la red y lo sintetiza de forma brillante: "¿Quieres saber quién era Hugo Chávez? Mira quiénes lo lloran y quiénes festejan... Ahí tienes la respuesta". Así de simple.



Chávez además fue un estadista. Debo decir, una mente brillante, supo leer de forma implacable el momento histórico. Con una capacidad impresionante no sólo logró sostener internamente el proceso revolucionario, sino que además pudo y supo tejer y propiciar los procesos de transformación y cambio en América Latina. Me impresiona cómo este hombre logró (no solo él por supuesto) cambiar la correlación de fuerzas en América, y tener una influencia a nivel mundial. Aunque no les guste a los neoliberales y a los conservadores, hay un antes y un después de Chávez, la historia contemporánea de América Latina no podrá ser comprendida sin Chávez, no podrá ser escrita sin Chávez. Sin duda alguna un gran estadista.



Lo admiré desde que lo escuché por primera vez, nunca lo he ocultado y no me da ninguna pena decirlo, con todas sus contradicciones y errores. Admiro ese proceso revolucionario, y para mí es fuente de inspiración. He defendido ese proceso públicamente, y en discusiones en fiestas, en espacios académicos y políticos. Los logros de la Revolución son evidentes, los datos son sencillamente contundentes, innegables, casi indiscutibles. Pero lo que más me impresiona es el cambio cultural, la politización del pueblo venezolano, su protagonismo. Habrá que ver de qué esta hecha la Revolución ahora sin Chávez, mi pronóstico es que no se caerá el proceso y que hay un tendencia irreversible, espero no equivocarme.




No pude dejar de sentir ese nudo en la garganta cuando vi esa marea roja en las calles de Caracas, cuando pienso que la larga noche neoliberal está por terminar, aquí amanecerá algo más tarde, pero amanecerá. No puedo dejar de sentir ese nudo en la garganta cuando pienso, cuando siento, cuando grito junto a ese pueblo: HASTA SIEMPRE COMANDANTE!!!!