“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

lunes, 3 de junio de 2013

Yo creo en el CAP

El pasado 10 de mayo, la Vicerrectoría de Docencia de la UCR "se vio obligada" a hacer una aclaración de la Circular VDC-21-2012, que en lo fundamental lanza una directriz a docentes y direcciones de Unidades Académicas de la Universidad sobre los tiempos docentes. 

La circular en lo fundamental estaba dirigida a regular el Plan de Trabajo Docente, y "poner un límite" a la cantidad de actividades que realizan los docentes y que reportan. En muchas escuelas hay docentes que registran mucho más de lo que hacen. De tal manera que esas actividades adicionales deben ser registradas como "cero", es decir no sumarán horas trabajo. Esa es la primera parte de la circular. La otra parte, carga contra los tiempos docentes adicionales, y recuerda la normativa con respecto a los límites de tiempo adicionales, que es de máximo un 1/4 sobre el tiempo completo. Por otro lado, también se establece que los docentes son aquellos que dan clases (sí y no, ya explicaré porqué), y que no puede ser que los docentes no den clases (hay "vacas sagradas" que a lo sumo dan un curso y el resto de su tiempo está dedicada a labores administrativas, lo que no puede ser). La circular busca ordenar los tiempos docentes en la Universidad e introducir un nuevo equilibrio, lo que en principio no estaría mal. 

Digo en principio, porque la torpeza política con la que fue emitida la circular ha generado una serie de problemas que no previó el Vicerrector de Docencia, y que está generando efectos que la Administración Universitaria al parecer no está en capacidad de dar una respuesta satisfactoria, por lo menos no en lo inmediato. Porque la Universidad tiene un problema estructural, y corregirlo implicaría modificar también la correlación política de las fuerzas a lo interno de la Universidad, y ésta Administración parece que no está por eso.

Pero, ¿Porqué digo que la circular es algo torpe? Sencillamente porque no considera la realidad de la Universidad, y tampoco ofrece salidas, que como dije deben ser estructurales. La circular es escrita con la típica ambigüedad institucional. Si lo que se quiere es que las "vacas sagradas" se pongan a trabajar, como debe ser, debió ser otro el tono, y con mucho mayor claridad, no a medias tintas, que lo único que ha conseguido es confundir tremendamente a las Unidades Académicas, por algo la aclaración. Que por cierto, en algunos sectores se leyó como una bofetada, no aclaró nada.

Vamos por partes.

La Universidad tiene un severo problema de interinazgo, un 66% de los docentes están en esa condición, y claro, hay matices en esto del interinazgo. Pero el punto es que son los interinos los que están asumiendo la mayor carga en la Universidad, en condiciones salariales y laborales inferiores a los que están en propiedad. La Universidad violenta de forma sistemática los derechos de los docentes interinos, y eso es justificado día con día por lo jefes administrativos, peor aún, muchos de los interinos son objeto de chantaje porque asumen cada semestre una carga mucho mayor a la que se les reconoce salarialmente. Un ejemplo concreto. Un profesor estaba nombrado 70 horas semanales, pero sólo le pagaban 40, ¿que el profesor firmó un contrato? A ver si el profesor interino puede decir que no, porque entonces es que "no tiene compromiso con la Universidad", mientras en la misma unidad académica un profesor sólo da un curso y el resto del tiempo en la labores administrativas o  sus asistentes ejecutando un proyecto. ¿Y qué dicen en la Vicerrectoría de Docencia, cncretamente en Cargas Académicas? Pues que no hay problema mientras no se le pague al profesor más del tiempo completo. O sea, que les vale un pepino. Todo esto lo que muestra es un desequilibrio entre labores que realizan interinos y propietarios. Pues si lo que se quiere es poner límite a estas situaciones debería decirse abiertamente, y tomar otro tipo de medidas.

Pero en vez de eso lo que se hace es enviar una directriz ambigua, porque la burocracia tiene su propio lenguaje, y eso está más que asumido. 

En la práctica qué es lo que ocurre, que hay recortes. Que hay profesores interinos que están trabajan en  proyectos de Acción Social que conjugan Acción Social, Docencia e Investigación, y además lo hacen con apenas un 1/4 de tiempo completo y con las uñas. En la práctica lo que está ocurriendo es que no se está reconociendo todo el tiempo de cientos de profesores que hacen actividades más allá de su labor, y que están sujetos al chantaje de directores y jefes administrativos. La circular de la Vicerrectoría no reconoce estas diferencias, las ignora, y con esa torpeza de lectura genera un serio problemas y muchas molestias. 

Si lo que se busca es que esas "vacas sagradas" (catedráticos vagos que no quieren dar clases ni hacer Acción Social, que no son todos por supuesto) se pongan a trabajar, pues habría que atacar el problema de forma directa y sin ambigüedades, ¿que eso generaría un enfrentamiento entre los poderes fácticos de la Universidad? Sí. Pero sería lo correcto. Y creo que muchos estaríamos a la par de una Vicerrectoría que quiera "comerse esa bronca" de frente. Sin embargo, no eso lo que ocurre, sino que el problema se enfrenta de ladito, y de ladito lo que se generan son contradicciones, y "problemas de ladito", o sea, colaterales. Y los únicos que por el momento han salido rascando son los interinos. Insisto en que no estoy en desacuerdo con la intención de fondo de la directriz.

Otro error del Vicerrector, es suponer que las cargas de la Vicerrectoría de Docencia son sólo para "hacer Docencia". Y con esto caigo en lo del Centro de Atención Psicológica (CAP), que es el objeto de este apunte, pero antes necesitaba explicar el contexto en el que creo se enmarca la problemática del CAP, porque no es sólo un asunto de presupuesto.

Según el Vicerrector de Docencia, docente es sólo el que da clases, una visión tremendamente reduccionista. Tesis "contraria" sostiene el Vicerrector de Acción Social, que ha iniciado una "ofensiva" para revalorizar institucionalmente eso que llamamos Acción Social, y ha dicho que los procesos de Acción Social, conjugan, sintetizan, las tres actividades sustantivas de la Universidad. Yo me suscribo a esta segunda tesis, porque tras años de laborar en la VAS, a esa conclusión he llegado, los procesos de Acción Social son formativos, y requieren sí o sí de la investigación. La Acción Social, de la que tanto nos sentimos orgullosos, lamentablemente, dentro de la Universidad es una "actividad menor", como así lo demuestra su presupuesto.

Pero la contradicción llega a su clímax cuando el Vicerrector de Docencia indica a las Unidades Académicas que las cargas docentes para Acción Social no deben salir de la Vicerrectoría de Docencia, creando una zanja entre las actividades sustantivas de la U, porque al fin de cuentas para hacer Acción  Social dentro de la Universidad hay que ser docente. 

El CAP entonces está en medio de esta discusión. La Vicerrectoría de Docencia, que no comprende la naturaleza del CAP, se quita la brasa de las manos y tira la pelota, porque desde la concepción de la VD este no un asunto de docencia. El oficio VD-2357-2012 del 28 de agosto de 2012, insta a convertir el CAP en un programa institucional, pero nada más, y otorga una prórroga para el tiempo docente que ha suministrado pero nada más(hay otros ejemplos en otras Unidades Académicas, así que nos e tarta de una caso aislado sino de una política). El oficio no es circulado a lo interno de la Escuela de Psicología de manera oportuna, y el problema presupuestario estalla. Lo que recibe el CAP son apenas 900 mil colones... al año!!!! Y entre las dos Vicerrectorías. Me da la impresión que no se ha entendido la magnitud del CAP, y su importancia para la Escuela de Psicología y para la comunidad.

Lo que ha ocurrido desde finales del año pasado a la fecha ha sido una discusión sobre cómo financiar al CAP, sobre cuál es la mejor forma de hacerlo. En un principio la Dirección de la Escuela abrazó la opción de cobrar a los usuarios. Lo que generó un diálogo aún mayor a lo interno, y aunque se trata en parte de una concepción sobre la forma de hacer clínica, lo cierto es que el cobro no bastaría para hacer sobrevivir al CAP, como muy bien lo ha señalado la Asociación de Estudiantes de Psicología. El cierre de filas actual, entonces responde a la obligación de la Universidad de financiar este Centro de Atención Psicológica que sintetiza de forma notable las actividades sustantivas de la Universidad. La discusión sobre el cobro quedará para más adelante, pero ya será una discusión mucho más acompasada, mucho más teórica, y sobre la concepción de clínica.

Pero, ¿cómo es que a la fecha el CAP está desfinanciado y no hay una respuesta satisfactoria de parte de las autoridades universitarias? No me lo explico. Yo no tengo duda alguna de que la burocracia tiene mucho que ver, como también esas contradicciones que anteriormente señalé. Lo cierto es que el CAP debe existir, debe ser fortalecido, debe crecer. No es posible que se ponga en cuestión la existencia de un Programa tan importante para la Escuela de Psicología, para la sociedad costarricense, el CAP debería ser un Programa Institucional prioritario y modelo de la Universidad. 

El CAP, es un programa clave si queremos ser una Universidad abierta a la comunidad, si queremos comprender lo que ocurre en nuestro entorno. Brindando un servicio de atención psicológica de calidad  y formando a la vez profesionales, garantizamos de una forma absolutamente fluida la conjunción de la Docencia, la Investigación y la Acción Social, que en pocos espacios universitarios es tan claro y natural  como en el CAP. 

Lo que hace el CAP es democratizar la atención psicológica, tan cara y excluyente (esta es una discusión compleja que sigue postergándose en el gremio). Lo que hace el CAP es poner en contacto a nuestros estudiantes y docentes (y a la Universidad misma) con la dura y compleja realidad que vivimos. Yo creo en el CAP como una posibilidad real de vinculación, yo creo en el CAP porque creo que la Universidad Pública debe y tiene mucho que dar a la comunidad nacional. Creo en el CAP porque uno aprende haciendo, porque la realidad nos enseña, nos sensibiliza, porque sería un serio error que en la Universidad Pública se pretenda aprender sólamente desde las aulas, porque es un error muy grave que la docencia sea considerada como ese proceso unidireccional de transmisión de los docentes a los estudiantes. Yo creo en el CAP porque el conocimiento no se genera únicamente en la Universidad, través de la docencia o la investigación, porque desde la Acción Social aprendemos de esos muchos saberes.  Defender el CAP es defender por lo tanto, un modelo de Universidad Pública abierta, inclusiva, de relación y comprensión directa de esa complejísima realidad que vivimos. 

El próximo miércoles 5 de junio a las 5 de la tarde en el Miniauditorio de la Facultad de Ciencias Sociales, esto se discutirá. Estarán Amanda Mesén, Presidenta de la Asociación de Estudiantes de Psicología; Álvaro Campos, Docente de la Escuela de Psicología y con amplia experiencia clínica; Lucía Molina, Directora del CAP; y el Rector Henning Jensen. 



Sería bueno preguntarle al Rector, cómo es que un programa de tales dimensiones, de tal impacto interno y externo, está en esta situación. Cómo es que no ha sido posible resolverlo antes. Cómo es que las Vicerrectorías de Docencia y Acción Social no ponen de acuerdo y no han resuelto el asunto y tiene que intervenir el Rector (a favor de la Vicerrectoría de Acción he de decir que no hay recursos, y me consta porque trabajo ahí, es la Vicerrectoría con menos recursos). Lo otro que habrá que ver, es si el Rector se compromete con el CAP, pero de forma real y no sólo de palabra. También sería bueno saber cuáles son las prioridades de su administración, a mí en lo particular me tiene muy confundido esta maraña de contradicciones con la Vicerrectoría de Docencia y Acción Social. 

Sería bueno también saber por qué nadie resuelve algo que, en principio, debería ser muy sencillo resolver, digo sencillo, si es que el CAP es prioridad, porque si no lo es, pues entonces mejor que lo digan claramente. Si esto último fuera el caso, eso le daría una vuelta más a la tuerca ya tensa, y radicalizaría a una Escuela que apoyó casi de forma unánime a Jensen cuando se eligió como Rector. La Escuela de Psicología hizo suyo el triunfo de Jensen. Un año después el Rector le debe a la Escuela: el CAP no encuentra solución; la administración ahoga a la Escuela con sus circulares y arreglos a medias; en Sedes, a pesar de la promocionada regionalización, cierran la Carrera de Psicología; y en la Sede de Limón el Director se pasea campante por la Universidad con su proyecto neoliberal, con su triunfo por el cierre de una muy necesaria presencia de la Carrera de Psicología y las Ciencias Sociales en la región, y pareciera como que no es con la Rectoría (recuerdo que la Escuela de Psicología exigió de forma unánime una investigación y la intervención de la Sede, sin respuesta a la fecha), el acoso a nuestros compañeros pareciera no importarle al Rector. 

En resumen, me parece que no la tiene fácil el Rector, ya no. Y lo otro, habrá que ver si se hace presente, que la tensión en torno al Banco Mundial también está en la Facultad. Si bien el foro es sobre el CAP y los estudiantes  y docentes de Psicología quieren una respuesta puntual, en Sociales las cosas suelen ser impredecibles. Entonces ¿Se presentará el Rector? ¿Solucionará de una vez por todas el tema del CAP? Son esas preguntas que hay en el ambiente. 

Llegados a este punto, es obligado mencionar el excelente trabajo de la Asociación de Estudiantes, con liderazgo, con una gran lectura y habilidad han aglutinado y conjuntado una gran fuerza, un unido en una sola causa a estudiantes y profesores, han logrado generado condiciones, ahora, le toca al Rector. A ver cómo mueve ficha.

Por el momento, el foro del miércoles, ya veremos cómo evoluciona la cosa. Quedan cordialmente invitados.


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