“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

domingo, 15 de abril de 2012

Elecciones de Rectoría: algunas reacciones a mi apunte anterior

Al parecer el más reciente apunte ha causado cierto revuelo. Lo cual es algo lógico por el tema tan sensible al que apunto, pero además porque el proceso electoral apenas acaba de finalizar.

Deseo aclarar un par de cuestiones.

La primera es que no me estoy ubicando en la oposición al Dr. Jensen, como dije en otro apunte, me mantuve neutral, no apoyé a ninguno de los candidatos, los motivos tienen que ver con que yo no voto, y dentro de la Universidad hay lógicas bien complicadas cuando se es interino, recalco yo soy ciudadano de tercera en la U, así que al igual que muchos compañeros y compañeras de distintas unidades, seguimos con atención el proceso, pero no tomamos partido. Está de más decir, que no hablo en nombre de nadie, hablo en nombre propio.

Dos. Efectivamente hago manifiesto una bronca generacional, y considero que es necesario atacar este problema del interinazgo desde ahora, antes de que pueda haber un conflicto en esta línea, o que en su defecto nos terminen de "fumigar" a todos, o a la mayoría.

Tres. No estoy atacando a Dr. Jensen. Ni siquiera ha pasado el fin de semana. Pero como dije, señalo una lógica estructural, que por supuesto encarnan las personas, sobre todo las que ocupan cargos de poder a lo interno del claustro universitario. Es decir, no debe tomarse está crítica (cierto que frontal) como algo personal, excepto por supuesto si alguno de los lectores es una vaca sagrada.

Cuatro. Provengo de una Escuela, la de Psicología, y esto se lo ha tomado muy en serio, no por algo es una de las escuelas con más profesores en propiedad, en las que además constantemente se abren plazas, y me consta, hay una preocupación sincera de que los profesores no sean interinos tanto tiempo, los esfuerzos en esta línea son evidentes. Lo cual no quiere decir que no haya interinos con ocho salarios al año, pero sí un esfuerzo porque las condiciones laborales sean las mejores dentro de las posibilidades, por eso justamente es que sostengo que no se trata de un asunto personal, sino estructural. La Escuela de Psicología además ha preparado desde hace muchos años un plan de relevo generacional, lo que evidencia esta intención de mezclar la experiencia con la juventud, y de además enviar a sus nuevos profesores a prepararse fuera, y con ello fortalecer la Escuela. Por eso me parece que hacer mención de la Escuela de Psicología es un buen ejemplo de que a pesar de la voluntad personal de la actual Directora, y sus antecesores, la solución debe ser estructural.

Dicho lo dicho, les dejo una respuesta de Daniel Lara:
Comparto con el autor de la nota sus preocupaciones. Podríamos esperar mayor distancia entre las elecciones en la UCR y las practicadas a nivel nacional ? Ojalá así fuera !

Un abrazo, Daniel Lara
La Siguiente es del Dr. Jorge Rovira Más, profesor e investigador de la Escuela de Sociología:

Estimado Daniel y Josué:

Bienvenidas las críticas a las elecciones universitarias. Sólo la crítica abre la posibilidad al menos de que las cosas puedan mejorar desde lo que "mejorar" significa para cada quien de acuerdo con sus valores.

Sin entrar a detallar grandemente en los comentarios, sí quisiera mencionar lo siguiente:

1. No es cierto que ninguno de los candidatos tocara ni siquiera mínimamente el tema del interinazgo. Tema complejo y difícil, e importantísimo siempre, mucho más hacia el futuro, el tema sí fue tocado e incluso uno de los candidatos, el Dr. Oldemar Rodríguez, a quien personalmente no apoyé pero al que le aprecio numerosas buenas ideas y contribuciones en el debate, hizo la suya de forma muy concreta, más sin duda que el resto de los participantes.

2. Estos procesos hay que analizarlos en doble clave: la del evento mismo y la de su comparación. Las elecciones universitarias decayeron muchísimo en los últimos 16 años, después de 1996. El debate se redujo a una mínima formalidad y expresión. Esta vez los candidatos asistieron a 20 actividades a lo largo y ancho de toda la Institución, desde luego con formatos diferentes según las asambleas de facultad de cada una de estas y lo determinado por sus autoridades. Dos presentaciones en Radio UCR, una en la televisora universitaria y otras 17 en las asambleas de escuela y ante el SINDEU. Esta vez, al contrario de las últimas ocasiones, fue más bien excesivo el número de presentaciones y de debates. Quizás unas 10 ó 12 actividades, mejor reunidos los distintos cuerpos universitarios, con más tiempo (esta vez fueron dos horas en cada caso), podría mejorar el formato de la competencia electoral. Y quizás exigirse más en algún formato en el cual tanto el qué como el cómo resulten en un compromiso mucho más claro y fuerte. Después de tanto esfuerzo, de tanto trabajo, la gran mayoría del cual pasa desapercibido para el votante promedio, ni qué decir para el resto de la comunidad universitaria, es comprensible la algarabía final, la cual, hasta donde pude darme cuenta, no fue irrespetuosa para ninguna de las partes en contención.

3.  En Estados Unidos y en Europa, en donde se encuentran las mejores universidades del Mundo, existen muy pocos casos de selección de las autoridades superiores mediante elecciones. En este sentido, para mal o para bien (que cada quien juzgue de acuerdo a sus preferencias y valores), las universidades públicas costarricenses ofrecen un espectáculo decoroso en esta materia. Lo que no quiere decir en modo alguno que no pueda ser mejorable. Pero esto dependerá de todos nosotros.

4.    Pero, aparte de lo anterior, el pasado viernes 13 de abril, como en abril de 1988, cuando se ganó la elección por un solo voto primero (con abstención menor al 8% entonces, esta vez fue algo superior a este guarismo, ambos datos los menores en la historia institucional de hace varias décadas) y luego, tras la revisión del Tribunal Universitario, la victoria fue por dos votos en aquel abril de 1988, la UCR hoy estuvo enfrentada ante una encrucijada, que quizás los más jóvenes no estén en condiciones de apreciar a partir exclusivamente de este evento electoral que observaron en estos días: la UCR estuvo enfrentada ante la alternativa de deslizarse por un camino en el cual en la gestión política de la Institución ganan cada día más peso las practicas clientelares en detrimento de los valores académicos, con lo que estas prácticas podrían irse convirtiendo en lo que aún no lo son: en la normalidad de la vida político/académica institucional. Había demasiado en juego, ciertamente, mucho, muchísimo más, de lo que una observación rápida puede constatar. Por esto, por tanto que hubo en juego, muchos, incluido yo mismo, no pudimos menos que festejar, con respeto, pero también con intensidad los resultados electorales y las actividades del día.

En lo más recóndito de mi ser universitario, sentí antier, como hace 24 años, que estábamos dando una lucha para crear condiciones a fin de impedir un mal curso (quizás irreversible) para la Institución. La otra parte, la positiva, el curso que efectivamente, con las nuevas autoridades de la Institución, seguirá la UCR deberá construirse y en esto no habrán recetas ni certezas, aunque sí pienso que valores, principios y algunas buenas ideas de muchos (incluidas las muy buenas de algunos de los contendientes en esta competencia por la Rectoría).

En fin, les comparto estas manifestaciones, "a manera de inventario" como dicen, para su propia reflexión.

Muchos saludos, Jorge Rovira Mas
Sobre lo expresado por el Dr. Rovira, tengo varias cosas que decir.
La primera, es que efectivamente el Dr. Rodriguez lanzó una propuesta, pero ésta estaba más referida a las posibilidades de equiparación académica de los interinos. El Dr. Rodríguez no tocó el tema de fondo, y que me parece señalo acá: las condiciones laborales de los interinos, y la estructura clientelar y autoritaria que tiene a su alrededor esta modalidad de contratación tan perversa, y como extendida en la U. Al punto que expresa una lógica. Tampoco el Dr. Rodríguez habló de democratizar realmente la Universidad. Así que su propuesta es tímida, y además superficial. Pero lo real es que a pesar de que es un tema estructural, no fue prioridad en ninguna de las agendas de los candidatos ¿Porqué?

Dos. Sobre la cantidad de actividades. Recuerdo otros procesos, yo ingresé a la Universidad en el año 95, así que tengo claridad sobre lo que menciona el doctor Rovira, y es cierto en este proceso hubo más debates, en términos cuantitativos. Pero ¿de qué me sirve a mí que hayan mil debates si total no tengo derecho a votar? ¿Solamente para tener un criterio de cuál es el mejor o peor candidato? Igual mi derecho legítimo a decidir esta cercenado, y solo el mío el de cientos de interinos. Pero además acá el tema no es la cantidad sino la calidad de lo que se debate.

Tres. Que en otras universidades las elecciones son más restringidas o del todo no haya, pues la verdad no me sirve de consuelo. Porque aquí lo que está en cuestión es una estructura antidemocrática y vertical, y que además está en nuestras manos cambiar, pero para eso hará falta voluntad de quienes ostentan el poder, ¿queremos más democracia universitaria? Pues eso hay que demostrarlo.

Cuatro. El cuarto punto de don Jorge Rovira, tiene un aire adultocéntrico. La juventud no me impide ver la trascendencia de esta elección, sobre todo con respecto a las perspectivas y los retos que se avecinan. Sobre las prácticas clientelares que denuncia don Jorge, yo podría preguntarme lo mismo que se preguntó el SINDEU en la "piedrita" tirada a don Henning, porque estuvo siete años en la administración. No sé si explico mi punto. Pero más allá de eso, don Jorge evita discutir (posiblemente porque como él mismo dice no entrará a detallar) sobre la lógica institucional en torno al interinazgo y la lógica clientelar que de por sí esto genera, que yo podría decir es parte de la cultura institucional, aun cuando está lógica es absolutamente contraria a los valores universitarios, como también lo es el modelo de elección excluyente.
Ahora bien, esto no quiere decir que no crea que se puedan cambiar estas lógicas. Espero, y deseo, que las cosas cambien y confío en lo que dice el profesor Rovira, y esas prácticas clientelares serán enterradas, por supuesto estaremos vigilantes, pero creo que es necesario que den muestras claras de que esto será así.

Lo dejo acá por el momento. Pero insistiré en el tema del interinazgo. Hay otros temas a los que me referiré y que son de interés institucional.

Espero además, que estos apuntes generen discusión, y que de estas discusiones salgan propuestas concretas, que al final de cuentas es lo que se busca, como dije, yo también soy universitario, y con mi trabajo diario también construyo Universidad, por lo tanto exijo ser parte real de las decisiones importantes para nuestra UCR.

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