“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

martes, 27 de diciembre de 2011

Apunte paisa, tercera parte

Medellín, Colombia.

La navidad aquí en parte es como en Costa Rica, el clima es similar excepto por las noches que se mantiene caliente, y la orgía de consumo es exactmente la misma.

El caso es que cuando uno está en otro país y cae justo en la fiesta de nevidad, la gente se encarga de hacerlo sentir a uno muy bien,. Por ejemplo, hay abundancia en la comidad, y hasta esperan que uno repita, lo mismo ocurre con el guaro, que aquí es aguardiente, el vaso nunca está vacío. También ocurre que un es el patito de la fiesta, y las jodas van y vienen, y en la mayoría de los casos uno ni siquirea se entera por dónde va la cosa, muchos regionalismos.

Pero lo más curioso de todo es cuando llega le momento de rezar La Novena. Esto es algo así como el rezo del niño, sólo que algo menos aburrido, me tocó dos veces, y al menos en esas ocasiones la gente no tenía la cara de naipe que suele tener en esos aburridímos rezos, por el contrario muchos se reían y algunos hasta hacían mofa del rezo mientras leían el "evangelio" (o como sea que se llame). Lo más folklórico del todo es que llega un momento en que alguien lee (se turnan la lectura) y se alterna la lectura con el canto que más o menos dice así: "ven, ven, ven, ven a nuestras almas niñito... ven, ven, ven, ven a nuestras almas, niñito, ven a nuestras almas, no tardes tanto, no tardes tanto, niñito ven, ven, ven...". Sin ánimos de ofender a nadie la verdad es que es tremendamente folklótico el asunto.

La fiesta que se arma luego es espectacular, insisto al menos donde estuvimos, fue una fiesta libre de reggeatón, y toda la música era colombiana o venezolana, nada de gringadas o la música pola de navidad que tanto detesto. En estas fiestas también la comida abunda: buñuelos, chorizo, empanadas, carne, natilla (que no es como la de acá sino como una especie de flan, riquísima), carne, y por supuesto guaro hasta para tirar para arriba. La fiesta se extendió hasta como las cuatro de la mañana, pero no sólo ahí sino en toda la ciudad, desde esta ventana se podía escuhar la música como de siete u ocho fiestas distintas. A la mañana siguiente, la fiesta seguía en muchos sitios.

Algo interesante es que los 25 y los 1 de enero, la gente se reúne por cuadras para hacer el sancocho, que es algo así como una gran olla de carne y la disfrutan entre todos. Desde el metro se pueden ver cientos de personas haciendo sus sancochos y disfrutando la fiesta en la calle.

Es interesante esta ciudad, e insito que la gente de por acá es muy amable. Ya contaré sobre algunos sitios que hemos visitado en estos. Medellín es una ciudad hermosa, llena de contrastes, constradicciones,, pero como dije, llena de historias e Historia.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Apunte Paisa, Segunda Parte

Medellín, Colombia. Sigo con estos Apuntes Paisas.

En el apunte anterior mencionaba que el centro de Medellín es algo sucio, hoy por la tarde estaba completamente limpio, claro que estaba casi vacío, domingo y feriado, poca gente y mucho sol, una tarde preciosa. No adjunto fotos del centro de la ciudad porque me dio miedo sacar la cámara. Una anécdota. Caminábamos en dirección a ninguna parte y se nos ocurrió ir al Parque de las Luces y al Parque de los Pies Descalzos, estábamos como a unas 15 calles. Cuando por fin estábamos por llegar al Parque de las Luces, un guarda de seguridad nos dice que nos quedemos con él un minuto porque dos tipos nos habían marcado para asaltarnos. Nos indicó cuáles eran, se hicieron los majes, y seguimos caminando por la plaza, y los tipos como que nos seguían así al disimulo. Al llegar a una calle principal unos franceses le pedían una dirección a un policía, que por ser de Manizales y no hablar ni francés o inglés, no tenía la más mínima idea de cómo orientar a los turistas, así que le ayudamos a los turistas, y también al policía. El caso es que los tipos que nos "marcaron" no eran dos, sino tres, y cuando nos vieron con los policías empezaron a hacer que pedían un taxi. Nos "agallinanos" y tuvimos que irnos escoltados hasta el Parque de los Pies Descalzos, que quedaba como a cuatro calles. Meramente anecdótico el asunto, tampoco es que no se puede caminar por el cento de Medellín solo que con pinta de turistas las raticas se aprovechan. Muy amables los policías por cierto.

Pero pasando a otras cosas más importantes.





 Medellín tiene un transporte público muy bien organizado, muy limpio y bastante barato. Hay metro, y un sistema de buses con carril exclusivo que llaman "Metroplus", empezó a funcionar hace un par de días y emula el sistema de Bogotá. Pero lo más impresionante del sistema de transporte público es el MetroCable, que es algo así como un teleférico, solo que no tiene fines exclusivamente turísticos, sino que es un sistema de transporte masivo que comunica barrios populares con el metro. El Metrocable es una obra impresionante, es el único de su naturaleza en el mundo.


 Es una cosa super extraña pero además con mucha funcionalidad, a toda esta gente que vive en las afueras de la ciudad le ahorra muchísimo tiempo de camino a sus trabajos o de vuelta a su casa. La parte más extraña es que uno vuelve a ver para abajo y lo que ve son los techos de las casas de la gente, a los carajillos jugando en las calles, y como hoy unos chamacos en una asotea en una piscina de plástico tirando agua a quienes pasaban por la calle. El Metrocable lleva hasta un barrio que se llama Santo Domingo, un sector popular, pero ahí hay una biblioteca pública impresionante, una gran inversión de parte de la Alcaldía de Medellín que administra tanto la biblioteca y los centros deportivos (se trata en realidad de un sistema de bibliotecas populares y de centros de deporte y recreación en varios puntos de la ciudad, el ICODER es un mal chiste a la par de esto, y bueno a la par de cualquier cosa). Desde este punto se ve gran parte de la ciudad de Medellín. El Metrocable no llega hasta ahí, sigue hasta un Parque que se llama Arví, y la subida al Parque acojona, desde la cabina se ve toda la ciudad de Medellín que es enorme. Parte de lo que quiero decir tiene que ver con que el sistema de transporte público es administrado de forma eficiente y ordenada por la Alcaldía de Medellín, sujeto a múltiples controles, y funciona muy bien, es decir, que lo público (tan satanizado en Costa Rica) aquí nadie lo cuestiona (al menos en lo que a transporte se refiere). Esta ciudad es muy grande, y ya ven la cosa puede funcionar desde lo público.

Cuando uno viaja y ve estas cosas se da cuenta que efectivamente Costa Rica sigue siendo una aldea, pero peor que eso es la incapacidad y la corrupción de quienes gobiernan, es una lástima que un país tan pequeño sea tan mal administrado, esta ciudad tiene casi la misma población de Costa Rica entera, y funciona, no excenta de contradicciones y conflictos, pero funciona, y es posible administrarla, planificarla, aquí se nota que hay algo de eso. Ojalá la gente pudiera viajar más y darse cuenta de estas cosas, apreciaríamos más lo que tenemos, pero también podríamos cambiar a esa bola de mediocres que gobiernan, o al menos exigirles más.

Dejo acá este segundo Apunte Paisa, que ya hace hambre. Ya comentaré la celebración de navidad aquí que amerita un capítulo aparte.