Se acabó el 2012... y debo decir que este año se me hizo eterno, pero que afortunadamente ya se acabó.
He de decir que me gusta mucho esto del fin de año, la fiesta y todo eso, pero en realidad me gusta más el simbolismo este de lo que acaba y de lo que inicia, aunque la vida es un continuo, un eterno presente, que esta numeración nos la inventamos, junto a la noción del tiempo, y
bueno si no lo hacemos de repente estaríamos más desmemoriados todavía. En fin, siempre me parece necesario como parar y hacer balances. No lo voy a hacer acá... hay cosas que no se deben compartir en un blog, me las reservo... por muy personales y porque podrían aburrir a lectores y lectoras de este Parcial Irrescatable.
Sólo me interesa pensar un rato sobre este asunto de los inicios y finales. De esta necesidad de hacer balances, de pensar lo que hicimos, y darnos cuenta año tras año, que no cumplimos lo que nos propusimos... o como diría Ismael Serrano, "Ahora que cumplimos más años que promesas...". El asunto es que cada fin de año decimos que el otro año haremos tal cosa, y tal otra. Parece un ejercicio ritual, y absurdo, porque como dije no lo cumpliremos, se trata de una especie de autoengaño, de una necesidad moral de hacer algo con la vida, para luego "torturarnos" por no cumplir ni el 1% de lo propuesto. Tal vez lo realista sería proponernos algo concreto, o tener la disciplina para simplemente planificar las cosas y ejecutarlas por objetivos, con metas e indicadores... como mandan los expertos, sobre todos aquellos que buscan el éxito empresarial. Pero eso también es irreal, y además tremendamente aburrido.
Nos ponemos metas seguramente para no andar a la deriva, y seguramente porque "hay que ser y hacer algo en la vida", avanzar que llaman... ¡esa idea del progreso! Hace un par de días me cuestionaba precisamente sobre esto de vivir (ya hice un par de apuntes sobre el "Absurdo de vivir") y pensaba en cuál es el sentido de vivir. Los fines de año me da por ahí, creo que este apunte va sobre eso, aunque en realidad creo que no trata de nada concreto. Pero volviendo al punto, creo que esto del absurdo de vivir también lo he pensado por esa grandiosa novela de Saramago (brillante "escritor brasileño", como dijo en Brasil un cierto expresidente recientemente absuelto): El ensayo sobre la ceguera, lo terminé recién hace algunos días.
Esta novela pone en cuestión los límites de nuestra civilización, de una forma descarnada Saramago describe nítidamente nuestra animalidad, nuestra miseria, nuestra fragilidad física y moral, lo miserable de nuestra condición humana. Me hizo pensar mucho en esto del para qué vivimos y de cómo nos pasamos toda la vida tratando de darle sentido a las cosas, a nuestras acciones. Perdiendo de vista lo que es realmente importante, que es... es... ¿qué es? ¿qué es lo realmente importante? La verdad no lo sé. Saramago simplemente lo pone en cuestión de una forma brutal, pero genial.
Como que el fin de año nos "obliga" también a pensarlo (qué es lo importante en la vida), y por eso nos llenamos de buenos sentimientos, de promesas. Creemos que el año que viene será mejor, e ignoramos deliberadamente que es lo mismo, que es un continuo, ese eterno presente que se acaba cuando morimos, que es nuestro destino ineludible... y que debería llegarnos, o más bien asumirla con dignidad, con humanidad... y bueno, pues esto es lo que también Saramago pone en cuestión.
El caso, y para terminar este apunte sin sentido, es que el 2012 fue un "año eterno" que me dejó exhausto, pero que para efectos del blog fue muy bueno. Cierro el año con 45.000 visitas y 95 apuntes, muy variados, pero en los que ha predominado la crítica y el análisis político. Espero el otro año al menos llegar a cien apuntes. He de decir, que si tuviera más tiempo intentaría escribir un apunte diario, lo cual sería una verdadera locura, pero a veces hay mucho qué decir.
Y aunque dije que no haría balance, lo estoy haciendo. Así que diré que sí cumplí con una de las principales metas que me impuse este año: terminar la tesis. Cierro el año con mi título de licenciatura en psicología, debió ser hace mucho, pero fue este año, y eso me hace estar feliz, al menos logré cerrar ese capítulo, habrá que abrir otros. Hay otras metas que eran menos ambiciosas y no las cumplí, pero de esas mejor no hablaré. También tuve estrepitosos fracasos, y esos me duelen. Pero como dicen los futbolistas: "hay que seguir trabajando...".
Pues bien toda esta divagación fue para que simplemente éste no fuera un apunte de dos líneas. Así que les deseo a todos y todas un Feliz 2013, y espero que todas esas metas que se han propuesto, al menos se cumplan en un 50%... algunas como la paz mundial, o hacer el ejercicio físico que no se ha hecho en 5 años... son imposibles...
¡Saludos pásenla bien! Nos vemos el otro año con un nuevo apunte.
“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró
Ignacio Martín-Baró
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Este final de año me encontré haciendo exactamente lo mismo que el año pasado, me replanteo un montón de cosas y tomo decisiones que venía aplazando por meses, solo que me di cuenta lo rara que soy (una vez más, de esperar justo el año nuevo para eso, digo, igual lo puedo hacer en cualquier mes, ??? me di cuenta que el simbolismo del año que termina y el que inicia para mi es importante, aunque no le veo la lógica. Y si tambien estoy contenta de que se terminó el 2012. Saludos!
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