Como cada año fui a la Feria del Libro. Y como cada año salí quejándome de lo mismo, pero la susodicha "feria" es eso, lo mismo de todos los años, una feria de mentirillas, donde a lo sumo se consiguen algunos libros con algún descuentillo, pero exactamente los mismos que se consiguen a lo largo del año en cualquier librería.
Lo primero. Tener que pagar 1.500 colones para entrar. A los señores de la Cámara Costarricense del Libro pareciera que les encandila un poquito el brillo de la moneda, La Cámara Costarricense del Libro como que no entiende no sé si el balance cobrando entradas les será positivo, pero me parece que no ayuda mucho al fin que se persigue, que es que la gente compre libros. Pero ¿de verdad querrán que la gente compre libros, o tan sólo que una "élite" los compre? Porque si quisieran que cualquier mortal compre libros la feria podría hacerse en la Plaza de la Cultura, en el Parque Nacional o cualquier otro sitio abierto, no cobrando para entrar. Es que hasta viéndolo desde el punto de vista meramente comercial, si el objetivo es que se vendan más libros, pues lo ideal es que a la gente le sea lo más sencillo posible acceder a los libros, desde los precios hasta sitios accesibles, o sea, que no haya pretexto. Pero parece que en el país más feliz del mundo (tan feliz que no hace falta leer) la avaricia puede más, y tras de que los libros son caros, hay que cobrar entradas. Lo peor es que como dije no hay casi novedades, es exactamente lo mismo que se puede conseguir el resto del año. El año anterior, al menos el puesto de Venezuela, donde parece que sí entienden de qué va la cosa, los libros estaban casi regalados, y se trataba de títulos interesantes; los cubanos nos trajeron gran cantidad textos, muchos de Martí y hasta libros infantiles; el puesto de Guatemala súper interesante; y el de El Salvador muy variado y con buenos precios. Pero este año no.
La Feria de este año no aporta nada, salvo el puesto de Nicaragua y El Salvador, el de Uruk que aporta gran cantidad de títulos nacionales, la asociación de escritoras nacional, y fuera de eso, nada.
Esta más que mediocre feria parece una feria de las librerías, que dicho sea de paso tienen los puestos más grandes, y para colmo de males, son los que más se llenan, exactamente con la misma oferta que el resto del año. Ni siquiera que Francia sea el país dedicado hace algo de diferencia.
En resumen, decirle feria del libro a esto en realidad se trata de un engaño, de verdad ¡que mediocridad!
“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró
Ignacio Martín-Baró
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Lo mejor que tiene el aval del Ministerio de Cultura.... creo que ni toman en cuenta esos datos.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo con el tema del cobro. Desvirtua el objetivo de la feria. El año pasado el puesto de México también estaba interesante, aunque los precios andaban por las nubes. Una lástima. Cierto escritor, que ahora no recuerdo quién fue, decía que nadie en su sano juicio gastaría una décima parte de su salario mensual en un libro.
ResponderBorrarY lástima porque al final se convierte en una pobre actividad de élite para convencernos entre convencidos porque la gente que llega es la que de por sí lee y tiene plata para pagar la entreda. Osea...si la intensión es fomentar la lectura....¡Adivinen!
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