“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

miércoles, 30 de noviembre de 2022

El buen fútbol (ese que no tiene nuestra selección)

Yo me confieso purista del buen fútbol. Me hice aficionado del Barça en los noventa viendo al Dream Team de Cruyff. Uno de los jugadores que más admiraba era Guardiola, quería jugar como él, pero obviamente no era así de bueno, y además jugaba otra posición. Pero Guardiola era mi jugador favorito de ese Barça. De ese equipo me gustaban además otros jugadores, pero lo que más me gustaba era el juego de conjunto,  la capacidad de tocar y tocar la pelota con esa velocidad y precisión, que jugaban tan bien, tenían un equipazo pero no eran invencibles. Ese era para mí el ideal del buen fútbol, y no es que en esa época no hubiesen equipos extraordinarios, el Milán de Sachi un equipazo por ejemplo, ni que todos los equipos debieran jugar así como el Barcelona, solo que desde ese momento el estilo de Cruyff me deslumbró. Y ni qué decir del Barcelona de Guardiola, simplemente maravilloso. 

Es obvio que no todos los equipos pueden (o deben) jugar así, si no el fútbol sería muy aburrido, pero sí agradezco a los entrenadores y equipos que quieren jugar bien, que van a buscar el resultado (o sea ganar). Ahora bien, no siempre se puede jugar alegremente al ataque, básicamente porque el "plantel" (como dicen los periodistas) no da, o porque el equipo contario es abrumadoramente superior. Pero cuando se tienen la plantilla para jugar bonito y ofensivo es una mezquindad salir a defenderse, o querer jugar a la destrucción del juego. He visto muchos equipos haciendo eso. 

En el nivel local, recuerdo a la Liga de Badú, un equipo que siempre iba al frente, su objetivo era ganar a como fuera, pero porque metía goles. "Hoy ganó el fútbol", decía Badú ganara o perdiera. Esa Liga era puro espectáculo. Iba frecuentemente al estadio en aquella época y era una fiesta, hasta los porteros metían goles. 

Una de las razones por las que odio al Machillo Ramírez, es que es mezquino. Es representante de ese fútbol feo de los ochenta. La "estrategia Tuasa" es un insulto. Le funcionó durante un tiempo, pero para que funcionara destruyó todo indicio de creatividad, creó argollas a conveniencia, y desbarató todo una generación, acostumbró a la afición al resultadismo a toda costa y al juego horrible, prescindió del 10, cada partido, cada final, era sufrir. Y la gente no se merece eso. Uno ve un partido para divertirse, para sacarse la realidad de encima y no pensar en nada más que el juego. Uno no ve un partido con la intención de sufrir, o ver al equipo jugando mal. Y el equipo jugaba mal. Pero ganaba. Entonces se le perdonó el juego horrible, las argollas, la mediocridad. Y cuando llegó a la selección, se clasificó al Mundial de Rusia al estilo machillo, sufriendo, sufriendo mucho. En el Mundial el juego fue mezquino, y en la primera ronda hasta luego. Sin pena ni gloria. Nadie recordará a Costa Rica en ese mundial, ni siquiera nosotros. Claro, también estaba a la sombra del 2014. 

Lo que quiero decir es que tras sacar a Pinto de la selección (no vamos entrar en el debate si había que sacarlo o no) se tomaron las peores decisiones. Una de ellas fue el machillo, no sé a quién se le ocurrió, pero todos supimos a lo que se jugaría: a la defensa absoluta. Todos supimos que la argolla era lo que iba prevalecer. Por eso no hubo renovación, lo que hubo fue destrucción de un equipo, a la vez que se acostumbró a todo el mundo a sufrir, a jugar mal, a buscar un resultado (que para los efectos ya no era ganar, simplemente puntuar). Costa Rica volvió entonces a ser ese equipo mediocre de siempre, cuando se pudo aprovechar mejor esa generación y apuntar a la renovación. Pero los dirigentes solo pensaron en la plata de la clasificación a Mundial. 

Así que, yo no pido lo imposible que sería jugar como ese Barça, soy realista (empiezo por mí que aunque me gusta jugar nunca fui tan bueno como dedicarme al fútbol), vivimos en Costa Rica, pero aún así se puede jugar a tratar de jugar bien, de tratar de ganar siendo honestos con nuestras capacidades, y no renunciar tan cobardemente a jugar. Eso es lo que me molesta del machillo, esa cobardía, ese resultadismo sin sentido, jugar a mantener el cero a toda costa, que es jugar a perder. Entonces si a mí me preguntan cuando empezó el desastre actual de la selección (ese juego a nada, a un tiro a marco en dos partidos) empezó desde una mesa, cuando se renunció de plano al buen fútbol, cuando se tomó la decisión de poner a un mediocre al frente de la selección. Echarle la culpa a Suárez es muy fácil, pero es un ejercicio de desmemoria que me resulta insultante. 

Ya hablaré de la prensa, que merece un apunte aparte. 

Pd. obvio que quiero que la selección pase, y es posile que en una que le quede a alguien puede anotar, y luego poniendo todo atrás se logre. Pero odio que sea así. 



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