“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

domingo, 13 de septiembre de 2020

Nacionalismo

 Yo nunca he sido una persona particularmente “nacionalista” o “patriótica”. Y no le he sido porque creo que es una especie de lotería nacer donde uno nace, es un azar. Y habrá quien piense que nació en el mejor lugar del mundo y que si pudiera escoger, escogería sin ninguna duda, ese lugar. Pero ¿y si hubiera nacido en otro lugar? Posiblemente, pensaría lo mismo. O no. Porque también se pudo haber nacido en algún lugar que sea zona de guerra, o, por ejemplo, una zona en la que constantemente hay desastres naturales. Pero bueno, insisto, fue el azar, el que dictó que naciéramos en un lugar llamado Costa Rica. ¿Y eso tiene algo de extraordinario? La verdad, no. Y esto no quiere decir que odie este país, solo quiere decir, que nacer en este territorio no tiene nada de extraordinario. Tampoco tiene nada de extraordinario que este país sea como es, tan solo es diferente, tiene cosas muy buenas, y también tiene cosas feas. Como cualquier otro país. 

Mi problema con el nacionalismo es muy sencillo, que remite a un “nosotros”, y a un “ellos”, y esa diferenciación normalmente tiene que ver con una superioridad que desgraciadamente es más que moral, es también, muchas veces racial, porque es selectiva, escogemos, de forma consciente o no, a quiénes somos superiores. Escogemos frente a quién defender, eso que llamamos Patria, y que normalmente no es la amenaza. Pero estamos dispuestos a ceder la “soberanía nacional” a otros. Se trata de un complejo conjunto de motivos, que la mayoría de las veces no tenemos claro y que son hasta contradictorios.

Se trata, desde mi punto de vista, de hábitos ideológicos, de sentidos comunes, que reproducen una idea de Nación que si la miramos con mucho detenimiento, con serenidad, es vacío. Pero que no es inocente, porque, como dice el psicólogo inglés Michael Billig, “el aura de la nacionalidad opera siempre en el seno de unos determinados contextos de poder”. Vamos cómo se agita el nacionalismo en momentos de crisis, cómo se le utiliza para desviar la atención sobre actos de corrupción y la simple incapacidad de un gobierno para generar empleo y condiciones de vida dignas para la mayoría. El nacionalismo es el telón de fondo de esos discursos políticos, y esto, lamentablemente es tan cotidiano, que ya no lo vemos, lo hemos aceptado. 

Por eso es que me cuesta un poco, montarme en esa carroza de “amor a la Patria”, por eso es que no me considero nacionalista y sospecho de los discursos y actitudes nacionalistas. Tal vez porque pienso, como ya les dije que nacer en un lugar determinado es un azar, y que ese azar no debería darnos ni más, ni menos derechos. Que las fronteras las hemos inventado, y que todo ser humano tiene derecho a una vida digna, venga de donde venga. Prefiero pensar eso, que me hace mucho más sentido, que lo que los políticos me dicen que es la Patria. 

Y dicho esto, creo que escucharemos muchas sobre la excepcionalidad costarricense, en los próximos meses. Es posible que en los próximos doce meses tengamos un "subidón patriótico”, esto a propósito del Bicentenario de la Independencia. Y creo, que habrá que ponerle mucha, pero mucha atención, a los discursos que circularán los políticos, los medios de comunicación, las redes sociales… porque nos pueden ubicar en un lugar que nos haga olvidar, que en el momento más duro de la pandemia, preferimos salvar la economía que la vida de cientos de personas. 


*En el Instituto de Investigaciones en Educación, nos pidieron subir un pequeño video en el que hiciéramos una reflexión sobre nacionalismo y el Bicentenario de la Independencia. Este fue el guión que me armé para mi video. No estoy muy seguro si era lo que se esperaba que hiciera, pero fue lo que salió. 

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