En la tele, en la radio, tenemos a los especuladores profesionales de este maravilloso deporte que es el fútbol. Especuladores que se dedican a construirnos un futuro, como si supieran, como si tuvieran base alguna, ignorando el hecho de que eso que llaman "la previa" es un acto de bateo. He visto "sesudos" análisis antes de un partido que luego quedan en nada cuando se juega el partido. Nunca admiten que se trata de especulación, e incluso de sus deseos. Nos hacen creer que el arte de la opinología especulativa es una ciencia, y que ellos, son los que saben. Ya lo he dicho otras veces, los periodistas deportivos (salvo honrosas excepciones) son lo más bajo del oficio periodístico, en franca disputa con el "periodismo rosa". Cada vez la línea entre estas dos formas de periodismo es más delgada, para desgracia de quienes nos gusta el fútbol, y sobre todo para quienes gozamos de la tertulia en torno a este deporte.
Y es que pareciera que da igual dónde se formen, son por igual ignorantes, incultos, derechosos, resproductores de todo tipo de prejuicios, da igual que tengan la posibilidad de recorrer medio mundo, no aprenden nada. No leen nada, y se les nota, se les nota mucho. Pongamos el ya paradigmático ejemplo (hagamos leña de un árbol no caído, ojalá hubiese caído): Josué Quesada, rey de los ignorantes, quien dijo que los nazis le hicieron bien a Alemania (solo le faltó decir que a los judíos más) y que Hitler escribió el Manifiesto Comunista. Tonto de pies a cabeza. Lo peor es que lo dijo con la seguridad de quien sabe de algo. Semejante estupidez, semejante ignorancia, debería ser causal de despido. Pero no pasó nada, en el mundo del espectáculo deportivo, estos idiotas dicen lo que quieran.
En los últimos años hemos visto cómo el periodismo deportivo se transformó en espectáculo deportivo, los periodistas ni las manos pusieron, es posible que ni siquiera se hayan dado cuenta, y que se hayan subido con toda alegría a ese carruaje, confundiendo su oficio con el seductor mundo del espectáculo. Para las empresas de comunicación se trata de un negocio. Pero se supone que los periodistas tienen un código deontológico, se supone que el periodismo trata de describir la realidad, de cuestionar, de contrastar, de informar. Pero creo que eso exige un mínimo, y estos carajos son muy vagos, además, como ya dije, también son bien ignorantes.
Y son tontos engreídos, creen que siempre tienen la razón. Nunca son responsables de nada. Confunden la criticidad con sus deseos. Saben que el micrófono les da cierto poder y eso les hace perder el menor atisbo de objetividad, ni siquiera buscan contrastar opiniones, son una maquinaria de generación de "opinión pública", crean relatos, que luego gente como el compa que llega a la mejenga (sí, el morado envenenado que le va al Real Madrid) crea que la selección tiene opciones de ganarle a España.
Pero los periodistas crean estos relatos del que luego no saben cómo salir, porque como dije, jamás aeptarán que son parte de la maquinaria de alienación. Eso hará que, tras el desastroso 7 a 0 contra España, Jorge Martínez se deje decir que "... no sabíamos a ciencia cierta cuál era el nivel de nuestra selección porque no hubo fogueos..." (!!!!!!!) ¿Ah no? ¿Y qué diablos estuvieron haciendo durante la eliminatoria? ¿A cuál selección vieron? ¿No vieron el partido contra Nueva Zelanda? ¿En serio creyeron que algo iba a cambiar? ¿Será que también acudieron a las sesiones de coaching del psuedo psicólogo de la selección? A mí me parece que decir que no sabían cuál era el nivel de la selección porque no hubo fogueos, es un insulto a la inteligencia. Por cierto, vi a Ronald González diciendo lo mismo en ESPN, sí a Ronald González, también responsable de este desastre, espero que no tengan la memoria tan floja como para haberlo olvidado.
Según el relato periodístico deberíamos estar satisfechos porque se le ganó al primer lugar del grupo. Ah sí, muy satisfecho me siento, un tiro a marco, un gol. Después (ni antes), nada. Adriana Durán en un derroche de mediocridad dijo: "volvimos a dónde nos sentimos cómodos, donde hemos sido felices". ¿Dónde hemos sido felices? ¿Quiénes? Yo no, ya lo he dicho, no me gusta el fútbol de once colgados en el tubo, no sé quién se sentirá feliz jugando así, tal vez el mediocre machillo. Nos dicen que deberíamos sentirnos satisfechos con una despedida honrosa frente a Alemania. Por supuesto que prefiero ese partido que los dos anteriores, pero no da. El balance general es malo, muy malo, así fue toda la eliminatoria, y como dije en otro apunte es el resultado de ocho años de desaciertos. Ese análisis no lo escucharemos en boca de ninguno de los periodistas, el espectáculo les preocupa más, total de eso es que vivien.
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