Que Costa Rica es un país en el que todas las cosas necesarias (e innecesarias) para vivir tienen un alto costo económico no es ningún secreto, todos lo sabemos, todos lo padecemos, unos más que otros. Y aunque esto es casi unánime el "gobierno del cambio" se empeña en "agarrarnos de monos". Primero lo negaron, luego lo pusieron en duda, y ahora lo matizan. ¿Por qué tanta carajada en reconocer algo que es evidente? ¿Por qué no reconocerlo de entrada? ¿Acaso es responsabilidad del "gobierno del cambio" la situación que se encontró? ¿No fue precisamente por eso que una amplia mayoría decidió que el PLN no siguiera en el poder?
A mí en lo personal me indigna esta actitud tan pendeja de las autoridades, esa falta de valentía para decir las cosas como son. Las declaraciones del Ministro de Turismo me enferman, porque evidencian que cree que el problema es de competitividad, o sea, que las cosas deben seguir como están y lo que debemos hacer es brindar un mejor servicio. Concretamente eso de "mejor servicio" se traduce en trabajar más, y de forma más servil. Ser más competitivos significa ofrecerle más al turista. Esta forma de comprender las cosas no funcionan, así de sencillo. El ejemplo más claro es Guanacaste, en fuerte puja por ser la provincia más pobre del país, a pesar de los precios exhorbitantes, la riqueza que se genera no se distribuye adecuadamente, se han roto las cadenas productivas y se han sometido a la población a regímenes de explotación laboral sin posibilidades de defensa (el Ministerio de Trabajo no inspecciona nada y los trabajadores no pueden sindicalizarse).
El problema concreto es que el país es caro y eso afecta nuestras posibilidades de vivir dignamente, sobre todo si los salarios son bajos, y claro que también está lo otro, que en la medida en que este país tenga estos precios el turismo se ve afectado, sobre todo porque en Latinoamérica hay destinos muchísimo más baratos que Costa Rica, que tiene precios europeos.
El Ministro de Turismo se nota que únicamente ve por su sector, recordemos que él es empresario turístico, y ha de ser por eso que le parece que los precios están bien porque total "... tenemos un mercado de un turismo más alto, acostumbrado a pagar precios altos; pero eso no quiere decir que debemos bajar la guardia. Debemos mejorar en calidad, servicio y tenemos que ser más profesionales para dar la talla con los precios que tenemos”. Este es el problema cuando dominan los intereses sectoriales, y dentro de un gobierno los empresarios son los que dictan la política pública, sólo piensan en sus intereses, no pueden ver más allá, su visión sectorial les impide ver la totalidad.
A mí este tipo de ministros, este tipo de pendejadas me dan rabia y me indignan, lo que denotan, insisto es que les importa poco nuestro bienestar, es injustificable que este país sea tan caro. Pero además esas declaraciones suponen otra cosa: que el turismo que se desea es extranjero, casi que el turismo interno está vedado para amplios sectores de la población, o que hay solamente algunos destinos para nosotros. Bien clasista la visión del Ministro.
No se sí si alguien se acuerda del lema del ICT a mediados de los noventa,cuando nos abrazamos a la política turística y al "desarrollo sostenible": El turista es su amigo, sonríale. Y le sonreímos, y entonces le empezamos a cobrar más y más(la gallina de los huevos de oro), muy tico eso, sonreímos mientras clavamos el puñal, y sin saberlo nos lo clavábamos a nosotros también. El Ministro de Turismo, pretende que lo tengamos dentro, y clavarlo un poquito más, total siempre se puede.
“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró
Ignacio Martín-Baró