“O se opta consciente y reflejamente, o la opción de nuestra vida se realiza sin que ni siquiera caigamos en la cuenta de ello. Pero en cualquier caso, nuestra vida y nuestra acción se inscriben en uno de los sectores contendientes. No hay marginados frente al conflicto social; hay sencillamente, contendores abiertos y contendores solapados, luchadores convencidos y tontos útiles. Demasiadas veces, y más por ingenuidad que por mala voluntad, los universitarios formamos parte de este último grupo. Todos estamos comprometidos: resta saber por quién”.
Ignacio Martín-Baró

domingo, 4 de agosto de 2013

Fetichismo (parte I): La Negrita

Dice Paul-Laurent Assoun, en su libro El Fetichismo,  que la palabra "fetiche"  proviene del portugués feitiço, y que significa "artificial" y por extensión "sortilegio". Según entiendo feitiço es el que designa en la legua portuguesa el fetiche, el hechizo, el embrujamiento, y que fazer feitiço significa hechizar. Hay algunas ramificaciones del término feitar que significan "modelar", y feitura entonces designa a la hechura, por tanto artificial. El término fetichismo aparece en la lengua francesa en el Siglo XVIII, el de fetiche data del Siglo XVI.

El origen de la palabra fetiche, y del término feticihismo, tiene que ver con los viajeros europeos, y aparentemente es el francés De Brosses quien acuña el término fetichismo, y hace una relación directa entre el término fetiche y fetichismo cuando describe el cultos de los negros de la costa Occidental de África a algunas Divinidades que los europeos llamaban fetiches, concretamente fetisso, o sea, cosa hechizada, encantada, divina o que transmite oráculos. Los viajeros coincidían en una actitud general de relacionar fetiches con formas de creencia específica. De Brosses en 1760 en su Culto de los Dioses Fetiches, se refiere culto de ciertos objetos terrestres y materiales llamados Fetiches entre los negros africanos y es a esto lo que llamará fetichismo. En el texto advierte que aunque el concepto se circunscribe a los negros africanos, hará uso del término fetichismo para el culto de animales o "seres inanimados" a los que se diviniza. Aunque fue De Brosses quien acuñó el término, al parecer su construcción es una creación académica. No viene al caso para este apunte esa discusión, solo comprender de dónde viene eso del fetichismo.

Lo importante es que la primera definición del término fetichismo es esta: forma de religión en la cual los objetos del culto son animales o seres inanimados a los que se diviniza, transformados así en cosas dotadas de una virtud divina (oráculos, amuletos, talismanes). La variedad de objetos y animales a los que se diviniza es extensa y variará de acuerdo a la región y las creencias particulares de las tribus. Nótese que esta construcción del término fetichismo es tremendamente eurocéntrica.

Según Assoun, De Brosses lo que hace es confrontar la religión de objeto a las religiones de la Revelación y a todas las formas primitivas de religión, y es así como tuvo el cuidado de oponer fetichismo a la idolatría, destacando la preeminencia del primero, la zoolatría sería la transición entre ambos. La distinción concretamente esta en que el fetichismo es veneración y adoración del objeto mismo, mientras la idolatría el objeto tiene la función de re-presentación de un ser o una idea. Assoun agrega: "lo que debe pensarse, a través de este desconcertante objeto-signo que es el fetiche, es una confusión o una coalescencia del "representante" y lo "representado". En tanto que la religión "civilizada" construye la relación con Otro asumiendo su dimensión de ausencia, el fetichismo se dirige a un objeto omnipresente".

Según De Brosses entonces no hay Nación que no haya pasado por este estado, es decir que se trata de un desarrollo de la creencia religiosa. Ésto supone claramente una visión mecanicista, y como dije, eurocéntrica, muy típica de la época (¿y la actualidad?). Incluso De Brosses se refiere al fetichismo como una cosa absurda e irracional, por lo que se trata de un estado bruto y salvaje.

El fetichismo es un verdadero caballo de troya en el reino espiritualista y es para cumplir esa función que se lo "entroniza". De Brosses intenta esbozar una antropología del comportamiento fetichista en su móvil afectivo y motivación "cognitiva", según él en un primer momento se trata de temor (por lo inexplicable, por la fiereza de la naturaleza), ese sería el móvil afectivo; y el cognitivo estaría marcado por la ignorancia, la curiosidad, sobre algún acontecimiento nocivo o monstruoso que organizará la realidad.

Pero además hay otro movimiento muy importante que es el de concebir a esas potencias superiores como semejantes a las potencias humanas, es decir, que se personifican a esos seres. Se trata pues de otorgarle a los objetos cualidades humanas que no tiene.

Todo esto viene a cuenta, por la romería, obviamente. Y no dejo de pensar en varias cosas. Una de ellas en esa línea que De Brosses marcaba entre la idolatría y el fetichismo. Claro que era una mirada eurocéntrica, marcando una diferencia entre la religión moderna (¿y verdadera?) y las religiones primitivas. Y yo me pregunto si no será primitivo esto que vimos este fin de semana: miles de personas caminando hasta Cartago para ver a "La Negrita", es decir, para ver una piedrita a la que se le atribuyen poderes que no tiene, obviamente. ¿No es eso tan primitivo como adorar un tótem? Por supuesto que lo es. Pero cualquier católico lo negará, y no solo lo negará, sino que se pondrá agresivo con uno y pronosticará la eternidad de sufrimiento por semejante herejía.

En todo caso, si esto no es fetichismo en el sentido que le dio De Brosses al término, es claramente idolatría. Sólo basta ver cómo la gente cree en esa piedra, cómo le rezan, y hasta vestidos le hacen. Hasta le otorgan características netamente humanas, como la de madre santa, virgen santísima, madre amorosa, entre otras. Y por supuesto todo eso tiene un uso político. Basta ver las entrevistas en los medios de comunicación a la gente que asiste a la romería.

Es absurdo creer que esa piedrita, es la madre de dios, en todo caso podría representarla, pero entonces reconocer eso racionalmente llevaría a ver que no es la madre de dios y que por lo tanto no merecería todo este circo que se arma a su alrededor. Es decir, si se trata de tan solo una representación no tiene ningún sentido exhibirla como si se tratara de la madre de dios, pues es tan solo una representación, una piedra, una imagen. Eso, no tiene nada de moderno, es absolutamente primitivo e irracional, exactamente lo mismo que adorar un tótem, un animal, o creer que un objeto tiene poderes, no hay ninguna diferencia. Por eso todo ese razonamiento extraído del Libro de Assoun. Acá lo que ocurre es que pensamos que la fe, sólo porque se trata de la fe en Occidente, es verdadera y superior. Y éste es justo el principio de la intolerancia religiosa. Se trata de un dogma, y como tal incuestionable. Pero si se le analiza con detenimiento resulta vacío, irracional y absurdo.

Este apunte probablemente no vaya a caer bien entre la gente que tiene fe y cree en "La Negrita", porque cuestionar la fe nunca sienta bien, la fe es irracional y pensar los actos religiosos desde la racionalidad es sencillamente impensable. Y claro para ello siempre hay una salida, los designios del Señor no son comprensibles para la mente humana.

En todo caso, lo que me interesaba hacer ver, y pensar, era todo esto de cómo en pleno Siglo XXI, aquello que denominamos primitivo (porque aunque el razonamiento de De Brosses es tremendamente eurocéntrico y teñido por su época) no es tal, o, más bien nuestras formas religiosas son tan primitivas como las tribus y pueblos descritos en los libros de hace tiempo. La denominada modernidad aún contiene manifestaciones premodernas, y eso es la Iglesia Católica (en particular) una institución que conjuga ritos premodernos y hasta primitivos, que requiere de la irracionalidad y la ignorancia (consciente o no) de sus fieles para subsistir con todo su poder.

Lo que vimos este fin de semana es una clara muestra de ello. Pero además en el acto de la romería se conjuga, se sintetiza, además la evolución del concepto de fetichismo. Resulta tremendamente interesante cómo en el acto de la romería se sintetiza de forma tan singular y natural, esa definición original de fetichismo, con el fetichismo de la mercancía, enunciado por Marx. El poder de la Iglesia Católica se fundamenta en esto, necesita que todo esta irracionalidad exista para poder sostenerse.

En el próximo apunte, comentaré cómo es eso del fetichismo de la mercancía sintetizado en ese acto religioso. Por el momento, dejo hasta ahí la reflexión. Solamente decir una cosa. A mí sí me parece todo este culto a "la negrita" de lo más idolátrico que he visto, no sé cómo los católicos pueden decir que lo del becerro de oro sí era idolatría y entrar de rodillas a una iglesia a rezarle a una piedra no lo es.

1 comentario:

  1. El problema fundamental de las creencias religiosas, no es lo que ellas constituyen o significan en si mismas, sino la manipulación que de ellas hacen las élites dominantes para cimentar y fortalecen su poder. De no ser así, podríamos estar tranquilos al considerar que tenerlas o no tenerlas es un asunto muy personal.
    jf

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