No pienso pasar la página, no pienso superarlo (al menos no en el sentido en el que lo dicen), y no pienso construir junto a los neoliberales y corruptos una sociedad más injusta y desigual como la que se está gestando, a partir de la destrucción de nuestras conquistas sociales, porque en lo esencial se trata de una destrucción total, de trata de una sociedad decadente.
A 5 años del referéndum, de un desacarado fraude mediático, de la intervención descarada del gobierno gringo en el proceso, después de esa lucha desigual, las voces de los cobardes, de los acomodados, de los vendidos, de los perdidos y enajenados, nos piden que no tengamos memoria, que lo olvidemos todo.
Lo que nos piden con su grito arrogante de "¡Supérenlo! es que olvidemos el memorando, es decir que olvidemos que en esta"democracia" se tramó y ejecutó un plan delictivo, que los tribunales de justicia absolvieron a sus autores, y que el TSE miró para cualquier lado. O sea que nos dicen que superemos (olvidemos) que hay impunidad, es algo así a naturalizar que los políticos y empresarios pueden violentar la leyes si necesitan ganar. Este es un llamado a la sumisión. Un llamamiento nefasto, autoritario, pero además bien cobarde de parte de quienes lo reproducen sin ni siquiera detenerse a pensar lo que dicen. Es el típico llamamiento que hace el poder, y que reproducen los publicistas del sistema, y que con todo gusto asumen los desmemoriados, los que prefieren no jugarse nada, los que les que tienen internalizada la ley, quienes han asumido el sistema, son esos que no pueden imaginar otro mundo. Y cosa curiosa, es lo mismo que dicen quienes perpetraron crímenes contra la Humanidad, es lo que dicen en Argentina, España, Chile... a olvidar, a pasar la página... curiosa coincidencia.
Nos están pidiendo que olvidemos lo de REPRETEL, lo de Canal 7, lo de La nación S.A., lo de La República, lo de casi todas las radios comerciales, nos piden que olvidemos que a pesar de que controlaban (y controlan) el 95% de los medios, intentaron censurar los modestos medios de la Universidad, trataron de impedir que se discutiera en las Universidades... nos están pidiendo que olvidemos ese grito de "¡muera la inteligencia!", y recuerdo que el TSE estuvo a punto de darles la razón, de no ser por la movilización Universitaria. Y no sólo no se puede olvidar, sino que es imperdonable ese intento, por su fondo autoritario, por que violenta la autonomía de las Universidades, ese hubiese sido un antecedente nefasto, y lo intentaron. No lo olvidemos.
Por aquellas épocas, junto a un gran equipo de producción: Ivannia Villalobos (la mejor productora que he conocido), Jasón Sánchez, Marvin Coto, Andrés Dinartes, Andrea Vinocuor, David Chavarría, Mariana Rivera, Jairo González, Jose Navarro, tuve el privilegio de hacer TLC en español, y el día del referéndum nos tocó cubrir para el Sistema Radiofónico de la Universidad de Costa Rica, los hechos desde el TSE. Entrevistamos al Magistrado Sobrado, quien nos dijo que no había habido ninguna violación a la tregua electoral porque los medios ejercieron su derecho a la información, y que el TSE no tenía porqué hacer control. Pero más me sorprendió el embajador yanqui, Mark Langdale, cuando le pregunté si no le parecía intervención en asuntos internos el ir a empresas, y dijo que no, que él simplemente había brindado información en los centros de trabajo y que fue él quien pidió a Susan Schwab la carta en la que se amenazaba al país con ser excluido de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe si no se aprobaba el TLC. Es decir, el embajador reconocía haber intervenido en política nacional frente a la prensa, en el TSE, y no pasó nada, ningún periodista dijo nada. Sólo nosotros nos indignamos, sólo nosotros cuestionamos. Y eso... simplemente no se olvida, aunque ese flamante periodista que escribe desde la caverna, y antes desinformaba desde REPRETEL, haga su llamado a olvidar, escriba para igualarnos, escriba sin contextualizar, desde el arte de manipular las cosas, porque ese es de los que dejaron de cuestionar hace tiempo, de seguro porque ya maduró, debe ser muy crítico en su fuero interno, donde nadie lo escucha.

Quieren que olvidemos, necesitan que olvidemos. Porque recordar, reflexionar, sobre este 7 de octubre significa recuperar lo que hicimos, y fue mucho. Significa recordar que llenamos el Paseo Colón de punta a punta. Y lo que debemos pensar es cómo lo hicimos, recuperar esa alegría de la Casadora, esos cientos de programas radiales de análisis y debate, toda la creatividad de la protesta, toda esa indignación que nos producían las mentiras y las amenazas del Sí. Toda la capacidad que tuvimos para hablar, aún cuándo éramos tan diferentes, tan diversos, eso fue valioso, eso es lo que quieren que olvidemos.
No se olvida este 7 de octubre, simplemente porque cuando se escribe sobre esto duele, porque nos jugamos mucho, tanto, que tuvieron que jugar sucio para ganar, pírricamente por cierto.
Por eso es que me niego a pasar la página, simplemente porque no me da la gana olvidar. Me niego a "construir", porque desde este sistema sólo se destruye. Me niego a "superarlo", porque no hay que superarlo, sino resignificarlo, repensarlo, aprender, y desde ahí tomar fuerzas para seguir, para no cometer los mismos errores, para simplemente no dejar que nos pisoteen como lo hicieron, porque no puede ser tanta impunidad. No lo voy a olvidar porque aún sigo indignado. Pero sobre todo, porque hoy sigo convencido de que teníamos razón... por eso sigo diciendo ¡NO!