Los Cadillacs fueron una puerta de entrada a otro mundo, es más fue en ese momento cuando yo sí descubrí América Latina, fue en ese momento cuando descubrí el ska, cuando también descubrí que la música se podía mezclar, y que esa mezcla era América Latina, era muchos colores, no la aburrida monotonía del pensamiento conservador que buscaba el pecado en los colores, y a Satanás en cada canción. Gracias a los Cadillacs aprendí a disfrutar la salsa y la cumbia, y supe que el jazz y el metal no eran antagónicos. Y luego vinieron otros muchos ritmos, otras muchísimas mezclas. Fue la explosión maravillosa y original del rock latinoamericano. Yo me fui politizando con la influencia de Los Fabulosos Cadillacs (y otros grupos, pero también con la literatura), con ese genial video de Mal Bicho, o con Las venas abiertas de América Latina, que por supuesto me llevó a Eduardo Galeano.
Recuerdo que en julio 1997 publicaron el Fabulosos Calavera, ese disco se lo regaló a Prisci un compañero de la escuela (¡estaban en quinto grado!), creo que ella le gustaba. Cuando nos mostró semejante regalazo y lo escuchamos no podía creer lo poderoso de ese disco, el inicio con El Muerto es brutal, y de plano ya muestra que se trata de una evolución más del grupo, los Cadillacs para mí ya estaban en otro nivel. Era una de nuestra bandas favoritas, podíamos escucharlos por horas sin cansarnos.
Cuando en 1999 se anunció que Los Cadillacs tocarían en Pedregal, obvio que había que ir, compré varias entradas, pero estimé que Prisci aún estaba muy pequeña como para llevarla a un concierto de este tipo, eran otros tiempos, ahora todo es muy ordenado y profiláctico, pero en aquellas épocas meterse al concierto al pleno baile era sinónimo de salir bien golpeado, así que decidí no llevarla, no sé además si mi mamá habría consentido que la llevase. El caso es que fue un conciertazo (porque tocaban Los Aterciopleados también), pero Prisci no me habló por un mes, y creo que no lo me lo perdonó del todo, y cada vez que lo hablábamos sentía su reclamo y un resentimiento incubado con el tiempo, a pesar de los años.
El concierto del domingo 22 de junio pasado, sin ninguna duda un conciertazo, me dejó un sabor muy agridulce, una alegría de escucharlos, de revivir grandiosos momentos, de sentir en el cuerpo mi juventud, y de compartir eso con mi sobrino de 11 años, son otros tiempos sin duda... "Qué es lo que ha pasado con tu corazón / Ya no marca el paso que marcaba ayer / Nunca fuiste libre y esa es la razón / Siempre hay un idiota para convencer / Hablas toda la noche como un boy scout / Hablas sobre mi vida como tu papá / Los cadillacs tocando para vos...". Los Cadillacs tocando para vos... la nostálgica alegría se codeaba con la tristeza y la otra nostalgia, la del duelo que no se cierra nunca, la del dolor, la de la muerte que únicamente se va a acabar con la mía, estaba ahí también. Y es que los Cadillacs son ahora eso, y han ido mutando en mí durante treinta años.
Y es inevitable, hoy tocaba el cumpleaños 39... y aunque han pasado ya ocho años y medio, hay muchas cosas que al día de hoy, particularmente hoy, siguen doliendo, y que seguramente seguirán doliendo.
A.D.R.B. (en busca eterna), es la última canción del Fabulosos Calavera, es un viaje a través del vacío y la nostalgia, no solo es la letra, el ritmo nos lleva a ese viaje... la solíamos compartir, hablábamos sobre qué podían significar esas letras... creo que viene a cuento hoy...
Raro es el vacío que has dejado en mí
viento, si te busco hay solo viento
y se ha quedado aquí
niebla vieja, trompo sin fin
puerta muerta canción de Abril.
Viento que se lleva los recuerdos
que me nubla hasta tu cara
y al final no queda nada
ni la nostalgia ya de poderte recordar.
El cielo perdonó pero fue sabio y cruel
me dejó tumbado y como muerto
en la vereda y fue tan severo me hizo crecer
el tiempo injusto se fue con él.
Cielo que se lleva los recuerdos
que me nubla hasta tu cara
y al final no queda nada
ni la nostalgia ésta de poderte recordar.
No existe nada,
sólo el anhelo de soñar
verte a vos, y saber
¿cómo hacer para quedarme siempre allí
y nunca más volver?
No existe nada,
solo el anhelo de soñar
verte a vos, y saber
¿cómo hacer para quedarme siempre allí
no despertarme más?
Rara es la esperanza que has dejado en mí
Rara y como eterna me condena
A esperar hasta el fin
Puerta muerta, canción de abril
Niebla vieja, trompo sin fin
Si mis ojos vieran lejos y pudiera yo encontrarte
Aunque fuera en un instante
Descansaría ya de tanto caminar
Raro es el vacío que has dejado en mí
Viento, si te busco, hay solo viento
Y se ha quedado aquí
Tan severo el invierno gris
El tiempo injusto te hizo morir
Viento que se lleva los recuerdos
Que me nubla hasta tu cara y al final no queda nada
Ni la nostalgia está
De poderte recordar
No existe nada
Solo el anhelo de soñar
Verte a vos y saber
¿Cómo hacer para quedarme siempre allí
Y nunca más volver?
No existe nada
Solo el anhelo de soñar
Verte a vos y saber
¿Cómo hacer para quedarme siempre allí
No despertarme más?