Este apunte es una mala idea, pero bueno, vamos pa'lante, así me caigan los fanáticos.
Hay algunas personas sorprendidas, y hasta decepcionadas, tras la goleada que nos propinó Panamá el pasado jueves. Honestamente no sé qué esperaban, no sé en qué mundo viven, a veces hasta creo que no saben nada de fútbol. Recuerdo que alguien (uno de esos saprisistas fanáticos) dijo que le podíamos ganar a España en el pasado Mundial, y bueno nos clavaron siete. Los miércoles suelo jugar fútbol con un grupos de amigos, a algunos de ellos los noté optimistas, esperanzados, pensaban que se podía sacar un buen resultado. Yo para mis adentros pensaba que eso no se ajustaba a ninguna realidad, y que visto lo visto, no había posibilidades de ganar la serie contra Panamá. Otro amigo, incluso hasta vaticinó que perderíamos tres a cero, otros le dijeron que no, que ganaríamos con cierto tono de regaño por antipatriótico. Posiblemente ese optimismo sea proporcional a la sensación de desengaño, desilusión, o vaya a saber qué.
Conforme fue avanzando el partido los otrora optimistas empezaron a manifestar su decepción, su enojo, su vaya a saber qué. Se fueron sucediendo los insultos contra algunos jugadores, particularmente contra Campbell, que "ya no está para este nivel", que "está bien para nuestro futbolito" (esos mismos luego cuando gana Saprissa, son los que restriegan en la cara el triunfo, equipo del siglo y no sé qué), pero el clímaz fue llegar a "por dicha no contratamos a eso"... aclaro que no se trataba de un asunto racial. Me parecía aquello era algo excesivo e ingrato con un jugador como Campbell, que ha dado a la selección nacional grandes momentos, que en muchos momentos nos sacó las castañas del fuego. Pero no dije nada. Pensaba para mis adentros que Campbell no se merecía esos insultos. Y seguía pensando muchas cosas, cuando escuché los gritos de "fuera Campbell" y la constante silbatina de un sector de la afición cada vez que Campbell tocaba el balón así fuera para hacer un saque de banda, pensé que no era para tanto. Me preguntaba qué estaba pasando, porque podemos coincidir en que Campbell no estuviera jugando un buen partido, pero tampoco la selección en su conjunto. Pero cuando de repente escuché el cántico "aquí estoy morado soy", me pareció entonces, que las cosas cobraban sentido. Recordé entonces que el clásico pasado ya había insultos a Campbell (los saprisistas no le perdonan jugar con la Liga, y ahora por lo visto se comportan como Shakira versus Piqué: despecho absoluto), pero además recordé a aquel imbécil con carné de periodista (ese mismo que piensa que el naciolsocialismo fue bueno para Alemania y que Hittler escribió el Manifiesto Comunista) que desde sus redes llamó a insultar a Campbell. Y todo me pareció un despropósito.
Y claro, es que el despropósito inicial fue haber elegido el Saprissa para jugar ese partido y dejarle a "Cultura Morada" la organización. De acuerdo a las justificaciones que se dieron en la previa del partido, la decisión se toma porque se quería un "estadio lleno". Se apeló además al mito del Estadio Saprissa "da miedo". Mito, porque la evidencia empírica demuestra lo contrario, a Panamá o al Real Estelí cero miedo. Canal 7, el sapricanal, se montó también en la comparsa. Toda la operación mediática fue construida para intentar ganar un partido que se sabía no se iba a ganar. Y no se podía ganar porque Costa Rica desde hace casi ocho años no juega a nada, y Panamá desde hace tiempo sí sabe a qué juega, pero además hacen las cosas seriamente.
Un despropósito cómo se hizo todo, porque intentaron hacerlo todo como si aquello fuera un partido del Saprissa. Y claro, la Selección no es Saprissa. Esto debería ser obvio, pero alguien no pensó en eso. Es por algo que la Constitución Política prohíbe que un partido político use los signos patrios como propaganda electoral, precisamente para ningún partido político "se apropie" de "La Patria". Bueno, lo mismo debería aplicar para la Selección. La Federación de Fútbol desesperada, recurrió al saprisismo para levantar a la Selección. Y como es evidente les salió mal, a ese muerto no lo levanta nada ni nadie de milagro, a punta de emotividad, hace falta mucho trabajo. Además, la cueva no asusta, nos golearon, silbaron a los jugadores e insultaron a Campbell, aquello terminó con el ole, con las gradas medio vacías a medio partido, y los saprisistas proclamando el amor a su equipo por encima de la Selección.
Quienes pensaban que Costa Rica podría ganar, de verdad que no sé qué esperaban tras ocho años perdidos, con entrenadores mediocres, con una federación de fútbol en la que las decisiones comerciales pesan más que las deportivas (como el jueves). No se puede arreglar el desastre a punta de echarle ganas, a punta de tener el mosaico en las gradas "más grande de latinoamérica" (sí, hasta eso se dijo), a este equipo le falta tiempo de trabajo. Es evidente que lo más probable es que no pasemos la serie contra Panamá, que nos faltan muchas horas de trabajo, de ordenar el fútbol nacional, de poner lo deportivo por encima de lo económico. Y sobretodo hay que darle espacio al nuevo entrenador para que pueda hacer su trabajo, hay que tener paciencia.
De la prensa mejor ni hablemos, cada vez caen más bajo.
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