Ignacio Martín-Baró
sábado, 14 de septiembre de 2024
Un acuerdo político... qué barbaridad!!
jueves, 12 de septiembre de 2024
Feliz cumpleaños Carlos!!!!
Feliz cumpleaños Carlos...
En estos días docentes en propiedad elegirán al próximo Rector de la UCR. Uno de los candidatos (el que fuera Vicerrector de Administración de la nefasta administración Jensen) publicó un video en su página de facebook en el que decía ser víctima de campaña sucia y hacía un llamado a la ética. Lo paradójico es que lo que hacía utilizando un pantallazo que alguien infiltrado hizo en el chat del otro candidato, pero no contento con el espionaje, saca de contexto lo que expresó una persona (Claudia Palma). Mucha ética, mucha altura, o eso invocaba el candidato.
Claudia respondió al video. Yo le di "like", no comenté. Pero eso bastó para ser bloqueado, bueno parcialmente. Seguro porque saben que hay una sentencia de la Sala IV (la N°10839-2023) que básicamente dice: "Ciertamente, el dueño de la cuenta puede fijar reglas de comportamiento y del uso del lenguaje; sin embargo, tales regulaciones no justifican en modo alguno el bloqueo de usuarios por el mero hecho de que sus críticas sean ácidas y fuertes para el trabajo del funcionario público respectivo. El bloqueo significa una especie de censura previa...". Seguramente como algún asesor legal les dijo que si solo limitaban las publicaciones, técnicamente no hay bloqueo. Cosas de leguleyos.
Pero más allá de si esto constituye un bloqueo de verdad o no (esa discusión es secundaria), lo realmente preocupante es la reacción del candidato... ante un "like", un "like"!!!! ¿es ese el talante respetuoso que dice tener, es esa la apertura al diálogo? ¿hasta ahí llega la tolerancia a la crítica? ¿un "like" es el límite? Caramba, ¿y entonces si expresara todas mis críticas a la administración Jensen (que son muchas) y a su pedacito de rectoría, entonces qué procedería, bloqueo total o algo más? Pero además como el candidato en cuestión asegura que él negociaría mejor con el pachuco presidencial que el actual Rector, me pregunto ¿qué irá a hacer cuando el presidente empiece a insultarlo, a denigrarlo, a ni siquiera pronunciar su nombre? ¿va a hacer el berrinchito de bloquearlo en facebook?
Como lo que parece es que no soporta ni un "like", y lo que me permiten ver ahora al entrar en su página de facebook son felicitaciones de cumpleaños, que todo indica que eso es lo que le gusta... Feliz cumpleaños carlos!!!
domingo, 11 de agosto de 2024
47
Es imposible saber cuánto más voy a vivir, ni cómo voy a morir. Tampoco es que quiera saberlo, ¿para qué? Pero es muy posible que ya haya pasado la mitad de mi vida. En todo caso no me siento viejo, excepto cuando juego fútbol y me doy cuenta que el cuerpo ya no da, tampoco es que fuera un crack cuando joven. Pero la verdad, me hubiera gustado mucho ser jugador de fútbol. Eso sí, en mi época de juventud, en los tiempos en que no habían redes sociales, cuando se podía ser jugador y no había que ser una figura de la farándula. Pero nunca fui tan bueno, ni para llegar siquiera a segunda división. Pero creo que me habría gustado.
Pero no solo me hubiera gustado jugar al fútbol, me habría gustado tener una vida dedicada al deporte, sin duda me habría gustado ser deportista olímpico. Desde niño me han gustado las olimpiadas. La primera que recuerdo es la de Moscú en 1980, apenas tenía tres años. Pero la que vi siendo ya mas consciente fue la de Los Ángeles en 1984, estaba en primer grado de la escuela y no entendía bien porque los soviéticos y todo el bloque del este no fueron. Desde hace cuarenta años veo los Juegos Olímpicos y siempre me emociono como un niño con las ceremonias de apertura, con las historias de los deportistas que logran llegar a los Juegos, y con quienes logran ganar una medalla, me emocionan las ceremonias de cierre. Siempre he pensado que ese periodo de cuatros que separan unos Juegos de otros, marcan anclajes en mi vida, igual me ocurre con los mundiales de fútbol. Son dos formas, de muchas otras, de ordenar la cronología de mi vida.
Hoy estaba pensando en eso mientras veía con mucha emoción la ceremonia de cierre y observaba a todos esos atletas desfilando felices en el estadio francés. Y me gustó mucho que esta ceremonia coincidiera con mi cumpleaños, me sentí como un niño otra vez, creo que eso es lindo al llegar a 47 años con esta sensación.
miércoles, 5 de junio de 2024
La ley jaguarsh
Como de costumbre, en medio de un circo, Rodrigo Chaves presentó un proyecto de ley que denominó "Ley jaguar para impulsar el desarrollo de Costa Rica", un nombre rimbombante y absolutamente ridículo para un proyecto que básicamente impulsa un referendo para eliminar los controles sobre la hacienda pública, vía debilitamiento de la función de control de la Contraloría General de la República (CGR). Con esto todas las chambonadas e ilegalidades que ha pretendido llevar a cabo el gobierno no tendrían obstáculos, perfectamente se pudo haber llamado "Ley para hacer lo que me venga en gana".
Durante el show matutino de hoy, la narrativa presidencial giró en torno a varios aspectos que paso a resumir. Según Chaves es el cumplimiento de la promesa que hizo el 2 de mayo, claro en ese momento el referendo que prometía iba sobre muchas otras cosas, especuló sobre algunas. Hoy que finalmente "cumplió" nada de eso estaba en el proyecto de ley, no se refirió a lo mencionado el 2 de mayo, y esto generó expectativa entre los insignes periodistas presentes, como si tratara de un guión, uno de los periodistas de un medio afín hizo un sin fín de preguntas tratando que Chaves adelantara el contenido de la ley, como cuando uno le lleva a un sobrino un regalo envuelto y éste trata de adivinar de qué se trata.
Cuando llegó a las afueras de la Asamblea (algo tarde, seguro recién levantado) lo primero que dijo fue: Rodrigo Arias dice que la Asamblea no es tierra fértil para el referendo. Luego agregó que Gloria Navas dijo que sobre su cadáver pasaba la ley del referendo. El mensaje es claro: la Asamblea Legislativa no es democrática, porque no quiere hacer valer lo más "sagrado" que es la voluntad popular, no funciona, ni siquiera para aprobar los proyectos de seguridad que él mismo presentó el año pasado, esto lo repitió en varias ocasiones, incluso precisó es la segunda vez que vengo.
Pero el asunto es que Chaves sabe perfectamente que un proyecto así no va a ser aprobado en la Asamblea Legislativa. Por eso, advirtió que a los diputados no les correspondía la discusión por el fondo, sino solamente decidir si le dan la voz "al pueblo". Se debe observar a los gatos peleando, o a ese jaguar que es nuestro pueblo que ya despertó. Anunció que por la tarde un "ciudadano distinguido" (ya sabemos que se trata ni más ni menos que de Edgar Espinoza, marido de Pilar Cisneros) presentaría ante el TSE una propuesta de referendo por iniciativa popular, "a ver cuál de los dos avanza más rápido". Y ahí está el asunto, no le interesa el referendo como tal, lo que le interesa es movilizar a sus bases, aunque no haya presentado ni un solo proyecto de los prometidos el 2 de mayo, si la Asamblea no vota afirmativamente su referendo, ahí está la prueba de que ese lugar es un antro antidemorático; si la iniciativa popular no prospera, atacará al TSE acusándolo de ser parcial y quién sabe qué cosas más.
Hoy su narrativa es la institucionalidad no funciona, porque no se hace lo que él dice, aunque haga chambonadas, y aunque como el mismo Chaves dijo el 8 de mayo de 2022: "jamás usaré la excusa de que este país no se puede gobernar...". Lo cierto es que hoy ataca a la Asamblea Legislativa porque es un poder que obstaculiza, antidemocrático; ataca a la CGR porque sus criterios obstaculizan porque son puras ocurrencias de la contralora.
Con el control de la iniciativa política que tiene Chaves, ahora discutimos en torno a lo que él quiere, mientras tanto, se mina la institucionalidad, se radicalizan sus bases, se polariza en torno a su figura, el tono de violencia en la narrativa política crece, se rompen las necesarias formas en política, esto es muy peligros, porque se abona el camino a la ultraderechización de la polítca. Es de manual. La cuestión es cómo respondemos desde la oposición.
martes, 26 de marzo de 2024
Percepciones
"Cuando uno analiza en este momento el conjunto la totalidad de delitos observará que los delitos que más inciden sobre la vida de las personas que son los delitos contra la propiedad vienen en una disminución. Tuvimos en el 2023 una reducción significativa en comparación al 2022 e incluso estamos iniciando el año todavía con una reducción mayor. Eso demuestra que el esfuerzo que se está haciendo desde el conjunto de las autoridades del Poder Ejecutivo está dando resultados y que tenemos un enorme pendiente como país en materia de criminalidad homicida...."
lunes, 25 de marzo de 2024
"La oración Dios oyó y mandó esta grande bendición..."
Crecí en un hogar con valores cristianos, no evangélicos (no es lo mismo), aunque sí fui a un colegio evangélico. Ahí estuve desde 1984 hasta 1994 aprendiendo "... las ciencias estudiantes / juntamente los dichos del Señor ...", eso rezaba el himno del colegio, y luego agregaba: "Adelante con esos dos propósitos, / triunfaremos con ciencia y con amor". Obviamente el amor al que se refiere el himno, es el "amor al prójimo", no el amor carnal, por supuesto. Este "amor al prójimo" vendría a ser uno de los pilares de la educación que se pretendía brindar al estudiantado. El otro pilar, la ciencia. Podemos inferir que no se trataba, al menos en aquellas épocas, de una institución negacionista, religiosa sí, pero reconociendo que la ciencia debía ser era uno de esos pilares en nuestra educación. Ya es otra discusión si en la práctica había de verdad una fuerte formación científica, aunque yo podría decir que no.
La segunda estrofa del himno decía: "... y en tus aulas nos instruyen a un ambiente / de moral, más con lealtad, sin más pasión" (¡!). Un mandato superyoico. El himno se cantaba cada lunes, en cada acto cívico que terminaba con la oración de rigor. O sea, el acto cívico era en realidad un acto "cívico-religioso": Dios y Patria. El himno, en su última estrofa, contenía un juramento: "Hoy juremos dar prestigio / al colegio que el gran Dios nos dio. / La oración Dios oyó y mandó / esta grande bendición". Debíamos estar agradecidos y comprometidos con ese gran Dios que por allá de 1956 escuchó las oraciones, y nos dio un gran colegio.
Toda la prédica que recibí durante esos diez años se basó en esa idea del amor, que insisto no era carnal, sí heteronormativa, muy heteronormativa (muy propia de la época es necesario decir). Esto llegaba a absurdos. No recuerdo si fue en 1991 en medio de las elecciones estudiantiles. En una de las "plazas públicas" uno de los grupos armó una especie de comparsa, iban con pelucas de colores. Esto fue considerado una falta, pararon la cosa, y sancionaron a los atrevidos que llevaban pelucas de colores. Seguro les pareció un acto contra la moral cristiana y las buenas costumbres. Una pena, la estábamos pasando muy bien.
En nuestro colegio era prohibido, sí prohibido, que nos tomáramos de las manos con nuestras parejas, más prohibido que nos besáramos, los bailes también proscritos (excepto si danzábamos para el señor, porque eso es diferente claro), existía todo un aparato represivo en caso de que nos descubrieran intercambiando fluidos bucales. Alguna vez suspendieron a una pareja que fue descubierta en pleno beso atrás de las aulas de sétimo año. Intentamos armar una pequeña protesta, y nos agrupamos en la entrada del edificio de secundaria, hasta que salió don Ruffers, el director, medía más de metro noventa con una voz gruesa que imponía autoridad, y miedo, mucho miedo. Ahí se acabó el conato de protesta. Pero yo creo que esta gente estaba más obsesionados con el sexo que nosotros mismos, que apenas estábamos descubriendo las potencialidades del "placer carnal". Y la verdad es que ese férreo control era inútil, porque igual siempre había espacio para explorarnos, obvio, "afuera" había vida, una vida que no podían controlar, aunque lo intentaran, y claro que lo intentaban, a punta de agigantar nuestro superyó, y con la siempre inestimable colaboración parental, que en algunos casos podía llegar a ser hasta más estricta que el mismo colegio, sobre todo en esas familias que estaban en sintonía religiosa con "la bendición que el gran Dios nos dio". Y otra obviedad, cero educación sexual, sí "educación para el hogar".
Desde pequeño a mí se me hacía un corto circuito esa particular prédica del amor, porque la hallaba algo contradictoria. En parte, porque mi papá siempre me dijo que nosotros éramos otra cosa, o sea, no éramos evangélicos, entonces nunca me sentí parte de todo aquello. Y había algo, insisto, que no me cuadraba del todo. En mi cabeza se había formado una especie de pureza religiosa, y no porque yo fuera muy religioso o aspirara a ser un cristiano ejemplar, no, estaba lejos de serlo, yo no buscaba esa pureza, la buscaba en los otros, pero contradictoriamente, entre más cerca estuviera alguien de esa "pureza" más me repugnaba. Porque pasaba que quienes más se acercaban a esa "pureza" imaginaria que se había dibujado en mi cabeza, eran los que predicaban el "amor al prójimo", y eran esos precisamente los guardianes de la moral, y tenían un comportamiento casi policial, eran capaces de delatar al resto ante cualquier "falta", eran capataces de sí mismos y de los otros. Su amor al prójimo consistía en censurar al resto, a no soportar el deseo de los otros, en resumen en imponernos sus concepciones morales. No entendía cómo se podía vivir así. Esto reñía con otras cosa que siempre me dijo mi papá: "nunca delatar a nadie", "no ser un sapo", y siempre defenderse. Seguro tenía que ver con nuestro origen de clase, con nuestro barrio. Ahora, tampoco es que mi papá me lo puso muy fácil. Pero a principios de los noventa sus contradicciones salían por todo lado, pero no me voy a adentrar en rollos edípicos, solo voy a decir eso, que todas sus contradicciones salieron a flote. Esa era la ensalada mental de mi adolescencia, contra lo que me rebelaba, contra lo que peleaba, aún sin tenerlo muy claro. Es con los años que he logrado entenderlo, y seguramente resignificarlo.
Pero, dicho todo esto, lo que en realidad quería decir es que cuando veo a algunos "cristianos" transfigurados en políticos, se me activan todas esas viejas alarmas, esa primitiva repugnancia. Porque me resulta muy complicado oírles hablar de "amor al prójimo", a la vez que defienden como si fueran un derecho las terapias de conversión, como si hubiera que "curar" a homosexuales, trágico además es que haya psicólogos que se presten para esto. Pero es que además mienten, descaradamente, cuando dicen que con la prohibición de la terapias de conversión se les quiere cerrar las iglesias, o prohibir que den servicios de salud metal a la población. Mienten y manipulan, eso no me parece muy cristiano. Tampoco me parece muy cristiano, que el partido evangélico interponga decenas de mociones a un proyecto que prohibirá la explotación de petróleo en nuestro país, una industria contaminante. No sé qué clase de cristianismo es ese que pone encima el benecifio mercantil sobre el cuido de la naturaleza, y por tanto de las personas. Me suena un poco retorcida esa concepción de cristianismo. Y me hace recordar todos esos lunes en que el acto cívico terminaba con una de aquellas moralejas en que nos decían cómo Jesús echó a los mercaderes del tempo, o aquello de que es más fácil que un camello pase por el ojo de un aguja a que un rico entre en el reino de los cielos.
Tampoco cuadra en mi cabeza, que estos autodeclarados cristianos, se rodeen de personajes que reinvidican dictaduras, que niegan genocidios, o que abiertamente llaman a vulnerar derechos de más de la mitad de la población. Pero bueno, seguramente es que yo tengo una concepción rara del cristianismo, contaminada por lecturas trasnochadas y la formación humanista de una Universidad Pública. Eso debe ser, soy yo el problema, y estos tipos, son la luz que nos guiarán hacia al amor eterno de ese gran Dios, que hasta un gran colegio nos dio. Amén.
viernes, 1 de marzo de 2024
Alive
Soy un fan irremediable de Pearl Jam, como ya lo era a los 14 años cuando los escuché por primera vez. Eso ocurrió a principios de 1992. Los escuché en la radio, no puedo precisar el momento, no lo recuerdo bien. Es curioso que no lo recuerde, porque sí recuerdo con absoluta certeza cuándo fue que escuché por pimera vez a Nirvana. Fue en una calle de Tegucigalpa una tarde de enero de ese 1992. Pero no nos desviemos con Nirvana. Como dije me parece raro no recordar ese momento cuando escuché Pearl Jam por primera vez, sí puedo recordar la sensación con los primeros acordes de Alive. Tampoco puedo recordar si fue Palma o Leo Rodríguez quien me prestó Ten.
Ronen Ginovy, en Not for you. Pearl Jam and the presente tense, cuenta que en 1990 Jeff Ament (bajista) y Stone Gossard (guitarrista) se encontraron con Eddie Vedder en Los Ángeles, y que le dieron un casette con tres canciones instrumentales. Es muy raro, pero parece que ninguno recuerda quién le entregó el casette a Vedder. Pero eso es tan solo un detalle. Una de las tres canciones es Alive. Veddeer se fue a su trabajo, era guarda nocturno, escuchó la cinta, y a la mañana siguiente se fue directamente a surfear. Vedder relata:
La falta de sueño tuvo su efecto. Cuando llevas días sin dormir, estás tan sensible que sientes los nervios a flor de piel. Ves a una madre por la calle con su hijo y lees un artículo de prensa, y te pones a llorar.
Me fui a hacer surf sin haber dormido y empecé sacarme cosas que todavía tenía dentro. No quería pensar en nada más y tenía todo el rato esa música en la cabeza. Me puse literalmente a componer las canciones mientras me metía en las olas. Salí del agua y me fui derecho a casa a grabar tres canciones. Ni siquiera escribí las letras, me limité a anotar un esquema y canté directamente. Lo escuché ya cuando estaba mezclando las cuatro pistas. Vi que quedaba bien, lo escuché de nuevo y lo terminé. No le di muchas vueltas. Cuando lo pienso, es muy raro, porque era como una mini-ópera de tres canciones, con una historia muy intensa. Más o menos la mitad era real, prolongaciones de la realidad.
La primera canción de Pearl Jam ya como grupo es Alive, esa que por razones del azar escuché por primera vez, porque el disco abre con Once. Pero Ginovy dice que Alive "... es un triunfo de la paradoja entre la autobiografía y la ficción especulativa, entre una historia privada y un monumento público, entre un ajuste de cuentas en primera persona y un complejo de Edipo. Una historia de incesto, engaños y traumas. Constituye un primer intento de Eddie [Vedder], como Orwell, de vengarse de los adultos que le hicieron daño en la infancia (...) en la letra de "Alive" el dolor está permanentemente fresco. Al mismo tiempo, su tema invoca simbóliamente las hisotrias más antiguas de la literatura: Edipo, Telémaco, Hamlet y varios personajes bíblicos". Tantas cosas se pueden decir sobre una canción.
Hace poco me encontré un programa de VH1 que se llama Storytellers, el formato es interesante, actuaciones en vivo con un público reducido, que conversa y hace preguntas a los artitas invitados. En 2006 Pearl Jam fue el grupo invitado. Es muy curioso lo que Vedder contó en esa ocasión sobre Alive. Vedder la llamó "la maldición", seguro un poco pensando en lo que registra Ginovy en su libro, pero también en lo que él mismo contará a continuación. Esta es una canción que con toda certeza han tocado cientos de veces en los últimos 30 años. Según Vedder la canción se ha transformado no tanto por cómo la tocan o por sus arreglos, sino por la interpretación que, nosotros, los fans hemos hecho de ella, y esto es lo interesante.
Cuenta Vedder: "... la historia original de la canción es la de un joven que se entera de unas verdades sorprendentes, el hombre que creía que era su padre no lo es, su verdadero padre está muerto desde hace algunos años" - Vedder agrega - "como si la adolescencia no fuera suficientemente dura". Cuando la madre revela la información sobre la muerte del verdadero padre, el joven no era muy estable en ese momento, y queda totalmente confundido, y dice: "Y lo sé porque lo conozo..." - hace un guiño al público, con una sonrisa cómplice - "... no tanto, pero lo conozco, porque ese joven soy yo, pero casi no me conocía en esa época..." - otra sonrisa cómplice, la cámara enfoca a la gente que sonríe también con complicidad y aplaude -. Vedder dice que al enterarse de esos secretos tomó esa información como una maldición, "... y debo perdonar, y debo encontrar la forms de vivir con esto, mi padre está muerto, pero yo estoy aún vivo, y debo lidiar con eso, era una maldición, y yo aún estoy vivo". ("I´m still alive", dice el coro de la canción).
Vedder sigue, "... unos años después empezamos a tocar para audiencias cada vez más grandes, que respondían al estribillo de una manera inimaginable. Había personas que saltaban y usaban sus cuerpos para expresarse, cantaban sin parar "I'm still alive..." que revolucionaba las masas. Entonces todas las noches al ver esta avalancha de gente que reaccionaba con su propia interpretación positiva, era increíble, el público cambió el significado de estas palabras, y cuando cantan "I'm still alive...", están celebrando. Y el asunto es que cuando cambiaron el significado de esas palabras rompieron la maldición". Aplausos. Y suena la guitarra de Stone Gossard, empieza Alive.
Y esto es lo que me parece increíble, porque es realmente así, uno le da significado a las canciones independiente a la intención original de los músicos. Esa canción en mi adolescencia fue eso, fue una especie de grito de superviviencia, literalmente era "I´m still alive...", en medio de la bronca, del enojo, el resentimiento, de las contradicciones con mi papá y sus errores, que marcaron aquel inicio de los noventa e hicieron que la adolescencia fuera terriblemente dura, intensa, aunque mucha de la gente que tenía alrededor no lo notó (o tal vez sí). Alive se convirtió en un grito furioso para aferrarse a la vida.
Más de treinta años después escucho Alive y me sigue pareciendo poderosa, me sigue recordando toda aquella época dura, y debo decir que a la vez maravillosa por toda esa intensidad. Pearl Jam me ayudó a llevarlo mejor, supongo que por ese tipo de cosas es que uno se hace fan de un grupo, porque uno se apropia de muchas formas de esas canciones que le mueven a uno el alma.
jueves, 8 de febrero de 2024
Copiar a Quino
Durante parte de mi niñez, y toda mi adolescencia, me gustaba mucho dibujar, aunque debo decir que no tenía un gran talento, y que en realidad lo que hacía era copiar las caricaturas de ciertos artistas, lo hacía bastante bien, aunque no podía copiaba a todos. Recién entrando a la universidad, me compré unos lápices y papel, cuadernos de dibujo, y me quedaba hasta altas horas de la noche dibujando y escuchando música. Era muy entretenido, era también un escape, era la época en que estaba enojado con el mundo, era la época de Pearl Jam (aunque siempre ha sido esa época para mí) y las decenas de versiones y conciertos que el chino que le echaba el cuento a mi hermana me prestaba... ¿cómo se llamaba el chino? desde hace tiempo trato de acordarme... en fin, en 1995 por razones que no viene al caso durante meses no hubo luz en la casa, así que dibujaba y dibujaba a la luz de varias candelas, primero a lápiz las formas básicas y luego con una pluma repintaba y le daba los detalles finales.
Lo que copiaba y copiaba eran las caricaturas de Quino, un genio, las recortaba de La nación cada lunes, y durante años tuve una carpeta llena de recortes. Aprendí con el tiempo a utilizar las sombras y las finas líneas que daban una precisión magistral a sus tiras. También aprendí a no enseñar todas las cosas que hacía, porque a veces me pedían que hiciera dibujos, y como en realidad lo que sabía era copiar, lo que dibujaba sin ninguna otra referencia que "la realidad", deba pena. Cuando me pedían un dibujo, me bloqueaba, simplemente no salía, con presión no podía ni hacer un circulito. Yo dibujaba por mero placer, y era un doble placer: dibujar y escuchar música, o sea Pearl Jam. Y no es que redujera la música a Pearl Jam, pero era lo que más me tranquilizaba, pronto descubriría Pink Floyd, y lo agregaría a las tareas cotidianas que me exigían cierta concentración. Hasta el día de hoy.
Muchos años después de haberlo dejado, lo lamento mucho, y más que lamentarlo, lo extraño, era una muy buena costumbre, relajante, placentero, sentía que el tiempo pasaba más lento, podía pensar horas y horas, me gustaba la soledad del "cuarto de dibujo", o sea mi cuarto. A veces, eso sí, debo admitir que frustraba cuando alguna línea no me salía, o simplemente no era el día para dibujar, porque había días que no salía nada, ni lo más elemental, pero eran los menos.
Me gustaba Quino por su capacidad de síntesis, por poder decir tanto en una sola imagen, por esa capacidad de combinar el humor con la crítica política, siempre me sentí incapaz de hacer algo así de grandioso. Sentía que Quino me educaba políticamente, y fue, en realidad una introducción a la política. Ya luego vinieron los libros, acompañados de música y otras muchas cosas, pero primero fue Quino quien, con su genialidad, me ordenó la cabeza para comprender ciertas cosas.
jueves, 18 de enero de 2024
Este año hay Olimpiadas
Este año hay Olimpiadas. Uno de mis primeros recuerdos infantiles se remite al año 1980, concretamente al 3 de agosto, estaba a punto de cumplir tres años. Obviamente no tenía noción de que fuera 3 de agosto, ni de que me faltara una semana para cumplir tres años, tampoco sabía que ese día le habían entregado a mis papás mi primer pasaporte.
Pero desde ese lejano 3 de agosto de 1980, las Olimpiadas me llenan de emoción, más bien, emociones, porque son muchas y muy diferentes. Por ejemplo, cuando veo la ceremonia inaugural tengo una irremediable emoción infantil y me pongo a llorar, no lo puedo controlar. Cuando empieza la Maratón ya empiezo a sentir nostalgia y una enorme tristeza parecida a la de ver volar al osito Misha. Las Olimpiadas de 1984, ya consciente de lo que eran unas olimpiadas, fueron muy emocionantes, y ni qué decir las de Seúl, ya con once años. Las de Barcelona hicieron que idealizara a una ciudad hasta el punto de querer aprender su idioma, ese fue el inicio de mi interés por Cataluña.
No puedo describir la admiración que siento por los y las atletas que llegan a una Olimpiada, y ni qué decir por quienes ganan una medalla, o por quienes logran hacerlo en varias justas. Llegar a una Olimpiada no es poca cosa, es estar en la élite deportiva. No es cualquiera quien lo logra. Por eso me da mucha rabia ver comentarios contra atletas costarricenses que, por ejemplo, llegaron a las Olimpiadas de Tokyo en 2021 pero que no ganaron medalla, ese año hubo muchos comentarios nefastos. Hay que ser muy mezquino para lanzar insultos y tachar a los atletas de mediocres. Quienes les critican desde la comodidad, y la impunidad, que les dan las redes, no tienen ni idea de lo bueno que hay que ser para llegar hasta donde han llegados estos atletas. Y esto no es una oda al conformismo, todo lo contario, es reconocer que están entre los mejores del mundo, y para estar ahí hay que hacer mucho esfuerzo, hay que tener muchísima disciplina, y fuerza de voluntad. Particularmente en un país en el que no hay condiciones, en el que los recortes presupuestarios a lo público se han convertido en el deporte nacional de los políticos.
La mayoría de nuestros atletas no cuentan con los recursos económicos, ni con instalaciones adecuadas en sus pueblos, y cuando las hay, no se las prestan. Cada cuatro años decimos lo mismo: “hay que apoyarlos, es necesario que haya más recursos”. Cada cuatro años los políticos salen a felicitar a nuestros atletas, para al mes siguiente proponer un nuevo recorte en los presupuestos nacionales. En el 2021 esto fue más evidente, la hipocresía se desbordó, diputados que impulsaron mociones para recortar el presupuesto de cultura, deportes y educación, fueron los primeros que cínicamente felicitaron a los atletas. No sé cómo tienen cara para hacerlo. En redes, quienes apoyan las medidas de austeridad presupuestaria, curiosamente luego son quienes les exigen resultados, y quienes ejecutan los recortes son los primeros en felicitar. No sé muy bien cómo llamarle a esto. Y es una pena, porque normalmente, además de reclamar la austeridad y destruir lo público, esos mismos son quienes luego se rasgan las vestiduras porque la "juventud está perdida" y son también quienes piden "mano dura", son los fans de Bukele, son los que quieren las cárceles llenas, que claramente es más caro que invertir en educación y deporte, pero además, es más improductivo.
Yo creo que este país tiene mucho talento, y si a ese talento le diéramos los recursos que necesitan podríamos tener mejores resultados, pero sobre todo podríamos ser un país mejor. Lo que se necesita es sensatez, visión de largo plazo, porque recursos hay (aunque nos digan que no). Como país deberíamos tomar una decisión de lo que queremos, y deberíamos hacerlo sin esos dogmatismos neoliberales. Debemos decidir qué queremos realmente, cuál es la vía. Porque si queremos que nuestros atletas representen a nuestro país, que compitan, hay que invertir en ello, para eso hay que dejar de lado las "decisiones austericidas", y reforzar seriamente el programa de Juegos Nacionales, formar y contratar entrenadores de calidad, fortalecer (dotando de infraestructura) la educación física en las escuelas y colegios, visibilizando y financiando deportes más allá del fútbol, y porqué no, creando liceos deportivos en todas las provincias. Todo eso se podría hacer si hubiese voluntad, orden, planificación, y sobre todo, si los políticos, funcionarios y empresarios dejan de robar y se pagan los impuestos que les corresponde.
Este año son los Juegos Olímpicos en París, pronto vamos a ver a los oportunistas de siempre poniendo sus mejores sonrisas al lado de deportistas. Pronto vamos a ver a los panzones que no tienen la disciplina para ir regularmente al gimnasio decirles mediocres o "pura mierdas" a nuestros deportistas. Pronto veremos a los medios de comunicación (los mismos que solo se interesan por el fútbol) haciendo reportajes lastimeros y pidiendo más inversión, misma que en sus líneas editoriales niegan cuando defienden un día sí y otro también, la agenda austericida porque el "gasto público" es insostenible. Estamos a poco tiempo del desfile hipócrita de los que solo les interesa figurar e instrumentalizar a deportistas, de los que solo se suben en el carro de la victoria sin haber hecho el mínimo esfuerzo.
De aquel lejano 3 de agosto de 1980 ya solo me queda ese recuerdo del osito Misha volando en los cielos de Moscú, pero esa emoción infantil por las olimpiadas la sigo sintiendo, estoy seguro que muchas personas también la sienten, y creo que habrá muchas que consideran que vale la pena hacer un esfuerzo colectivo para que nuestros niños y jóvenes hagan deporte, y sobre todo sueñen como alguna vez lo hicimos nosotros.