Sigo pensando lo mismo, y en algún sentido sigue teniendo cierta actualidad aunque refleje ese momento concreto del año 2.000. Curioso que algunas de las cosas que dije es necesario hacer las estoy haciendo ahora, creo que se trataba de un compromiso, y convencido de que eran necesarios algunos cambios, sigo en esa línea.
Pero bueno, en todo caso se trata de un documento histórico (no porque lo haya pronunciado yo) sino porque es parte de la historia institucional, y en este setenta aniversario (así con minúscula dados los acontecimientos que tuvieron lugar tras la firma del FEES) tan venido a menos, y con una FEUCR tan destruida como la ha dejado Herrero y el MAS, que no tuvieron creatividad ni siquiera para ponerse un nombre propio en la lucha por la dirección de la FEUCR. La historia deja a cada quien en su lugar, si no que lo diga Miguel Ángel Rodríguez, a quien denunciamos con firmeza hace diez años.
Bueno pues ahí lo dejo, quien se dé la vuelta por acá, juzgará... y espero comentará.
LA UCR 60 AÑOS DESPUÉS
Retos y reflexiones a 60 años de la fundación de nuestra Universidad.
Es un honor para la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica, en representación de los casi veintisiete mil estudiantes que componemos la Universidad, celebrar el sexagésimo aniversario de la casa de enseñanza superior más importante de nuestro país.
Hoy queremos unirnos al reconocimiento que la UCR hace a quienes lo merecen, por su larga carrera en busca del desarrollo de Costa Rica. Hablo del DR. Gabriel Dengo Obregón, quien lamentablemente falleció hace poco más de un año, pero que nos dejó un importante legado en lo que se refiere a la geología costarricense. Junto a él, el Ingeniero Henry McGuie Boyd, quien ha impulsado el desarrollo de nuestro país dándole un aporte valiosísimo no sólo desde la UCR, sino también desde el ICE. A ellos más que merecido el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa.
Asimismo nos acompañan los ganadores del Certamen Estudiantil de Pintura: “Ambiente Universitario”, y además, se premiará la excelencia académica, la constancia, la dedicación, el sacrificio: los estudiantes con mejores promedios de 1999, muchas felicidades.
Dentro de este marco de celebración, como estudiantes no queremos dejar de lado la reflexión, la responsabilidad que implica el cumplir sesenta años de aportes fundamentales al desarrollo social de nuestro país. Es necesario que la Universidad tenga la capacidad de revisarse a sí misma, de adaptarse y ser modelo en nuestra sociedad. En momentos como este, en los que hay decenas de universidades privadas, muchas de ellas de muy baja calidad y sin ninguna regulación, estamos urgidos como país, de rescatar la formación integral y humanista, que personas con visión, como don Rodrigo Facio, supieron instaurar hace cuarenta y tres años con los Estudios Generales. Junto con los Estudios Generales, también se han desarrollado el arte, el deporte y la recreación, que estamos fortaleciendo para que sigan siendo de los muchos elementos que nos distinguen como Universidad Pública.
Es en este sentido, que el movimiento estudiantil está TRABAJANDO... POR LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS, con un proyecto claro, un proyecto que pretende cambios profundos en la UCR. Es así, como hemos revisado el modelo de asignación de becas, descubriendo que tiene fallas serias que deben ser corregidas cuanto antes, junto a ello, vamos a exigir que se destinen todos los ingresos por matrícula para el sistema de becas, para garantizar así que el criterio de permanencia en la Universidad sea el académico, y no el socioeconómico.
Por otro lado, queremos que la regionalización se efectúe con mayor decisión, y sobre todo, con mayor planificación, para con ello asegurar que el país entero tenga la opción de una educación superior de calidad.
No debemos perder de vista los tres ejes de la Universidad: Docencia, Acción Social e Investigación. En lo que se refiere a la excelencia académica y la docencia, hemos iniciado la batalla contra las “vacas sagradas”, es decir, contra los profesores que incumplen con sus responsabilidades, elaborando un Régimen Disciplinario para el personal académico, sin precedentes en nuestra Universidad, que esperamos sea aprobado próximamente en el Consejo Universitario. Paralelo a este reglamento estamos impulsando un nuevo Régimen de Incentivos para los docentes, que premie a los buenos profesores, a los que se lo merecen, que afortunadamente son muchos. También vamos a trabajar en un nuevo Régimen de contratación docente, garantizando que sean los méritos los que permitan trabajar en la UCR, y no los “amiguismos”.
El Trabajo Comunal Universitario tampoco escapa a la revisión, estamos elaborando una propuesta para que los TCU sean realmente proyectos interdisciplinarios, es necesario un profundo análisis de qué estamos haciendo desde la Acción Social, para así aprovechar más los recursos y beneficiar a más comunidades.
En lo que se refiere a investigación, queremos que los estudiantes podamos realizar nuestras investigaciones con recursos de la Universidad. Es necesario fortalecer esta área, junto con el desarrollo tecnológico para que sea accesible a todos los estudiantes, y para que sigamos siendo la mejor universidad en el país y en Centroamérica.
Como estudiantes, privilegiados por haber podido estudiar en esta casa de la cultura, debemos meditar cual es la función que debe tener la Universidad Pública en Costa Rica y en Latinoamérica, no debemos olvidar que es el pueblo quien financia la Universidad, y que por lo tanto tenemos un compromiso que cumplir con este.
Como dije, la Universidad ha cumplido un papel protagónico en el desarrollo de este país, lo que permitió que Costa Rica tuviera un desarrollo social envidiable en toda América Latina. Sin embargo, hoy día las condiciones son otras, lamentablemente algunos han olvidado que la Universidad es un medio, y no un fin en sí misma, se han olvidado de que Costa Rica debe ser la que se beneficie con la Universidad, y no ésta de Costa Rica. Digo algunos, por que afortunadamente son los menos, los universitarios tenemos claro cual es la función de la Universidad de Costa Rica: que es la búsqueda constante, inagotable y libre de la verdad, la eficacia y la belleza, tal y como lo señala nuestro estatuto orgánico: un compromiso que nos lleva, necesariamente, más allá de las aulas universitarias, denunciando las situaciones de injusticia social.
Es por eso, que nosotros, los estudiantes de la universidad pública no podemos permanecer callados, en momentos como este, en el que los logros sociales que nuestros antepasados construyeron con mucho esfuerzo, visión y conciencia social, se resquebrajan, a causa de la miopía, el egoísmo y la corrupción de la clase político-empresarial de nuestro país. Hoy podemos ver como esa misma clase continúa despojando al pueblo, no solo a nivel económico, sino también a nivel político y social sin que ninguno sea mencionado como sospechoso, porque los mecanismos de impunidad se legitiman y perpetúan cada vez más en el país de la democracia centenaria.
Nuestro sistema educativo antes gratuito, obligatorio y ejemplar en el mundo, se ha convertido es un sistema deforme, deformante, excluyente y domesticador. En este sentido, también aumenta la cantidad de costarricenses que se consume en la miseria, mientras que en la Asamblea Legislativa y en los traspasos presidenciales se botan millones de colones.
Por otro lado, en el país de la libertad de expresión, el gobierno asume la política de reprimir violentamente cualquier manifestación de inconformidad del movimiento popular, a través de la fuerza “pública”, que es sometida cada día más a un riguroso y sutil proceso de militarización.
Las políticas neoliberales, dictadas desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, es decir, desde los Estados Unidos, han sido nefastas para Latinoamérica, y por supuesto nuestro país no escapa de ellas. Es así como ese pequeño grupo –la clase político-empresarial–, ha intentado desde hace mucho tiempo hacer lucro con los fondos de todos, con las instituciones del Estado, sin que les importe desproteger a las clases más vulnerables socialmente, y menos aún, nuestras riquezas naturales. Cabe mencionar solo algunos ejemplos en los cuales el movimiento estudiantil ha tomado el estandarte de la defensa de la soberanía y la justicia social en nuestro país: en el setenta contra ALCOA; en los ochenta, contra las bananeras; a principios de esta década, (curiosamente con un gobierno “social cristiano”), el entonces Ministro de Hacienda, Thelmo Vargas, en complicidad con el entonces rector, quiso privatizar nuestra Universidad, sin embargo, el movimiento estudiantil, conciente del daño que esto le hacía al país, no lo permitió y salió a las calles a defender un derecho fundamental: el derecho a la educación superior pública. Luego, en 1995 también estuvimos presentes cuando el cogobierno PLN-PUSC agredió a los docentes de nuestro país, aplicando un modelo de pensiones que estaba de acuerdo con los intereses de esos mismos que se robaron el Fondo de Emergencias, desfalcaron Aviación Civil, estafaron con los CAT, el Banco Anglo, FODESAF, y muchos otros fraudes con fondos del pueblo, que aún hoy siguen impunes. En 1997, también apoyamos el movimiento popular contra la minería a cielo abierto, que los medios de comunicación pretendieron ocultar. En noviembre de 1999, la UCR –una vez más– se vio forzada a salir a las calles, para defender su autonomía y continuar con el aporte que los estudiantes de las ciencias de la salud y de las ciencias sociales realizan al pueblo de Costa Rica, a través de una de las conquistas sociales más grandes del país: la Caja Costarricense del Seguro Social. Recientemente, en marzo y abril, nos opusimos a que las cúpulas corruptas de la clase político-empresarial regalaran una de las instituciones que más han contribuido al desarrollo de este país, por supuesto hablo del ICE, y una vez más los estudiantes respondimos, la Universidad de Costa Rica como un todo se opuso con argumentos, con ideas, y la respuesta del cogobierno fue la brutalidad policial, la represión, el arresto injustificado de 35 estudiantes, y lo que es imperdonable, en este el “país de la paz”, la muerte de varias personas en Pérez Zeledón y en Cartago.
Recientemente nos han negado, además, la aprobación de mecanismos de participación popular, cercenando nuestro derecho democrático a la toma de decisiones políticas en el país.
Hoy esos mismos defienden la explotación petrolera, nos ocultan la información en el MINAE, no dan la cara cuando se les piden cuentas y se les invita a la Universidad, mienten diciendo que consultaron al pueblo de Limón y que el impacto social y ecológico es mínimo, cuando todos hemos visto las imágenes del daño irreparable que la industria petrolera ha causado a la ecología mundial.
Hoy, quieren aprobar un proyecto de simplificación tributaria, y con cinismo, el gobierno nos amenaza, protegido por las cámaras, afirmando que de no aprobarse este proyecto el precio de los combustibles subirá (les recuerdo que lo mismo se dijo sobre las tarifas de teléfono). Este proyecto solo beneficia, una vez más, a la clase político-empresarial de nuestro país, y deja el peso de los impuestos sobre nosotros: el pueblo.
Este neoliberalismo o capitalismo salvaje, conveniente solamente para quienes están en el poder, lo único que ha conseguido es que nuestros pueblos se mueran de hambre, que la población entera compita por cosas superfluas y carentes de sentido. Esta lógica del “dios” mercado exilia de la cotidianidad valores fundamentales como la solidaridad y el bien común, porque no son rentables para el sistema.
Como ya mencioné, nosotros los estudiantes de la Universidad de Costa Rica, coherentes con el compromiso y el deber que tenemos con el pueblo, celebramos sesenta años de existir como Universidad, denunciando, como siempre lo hemos hecho, las condiciones políticas, sociales y económicas imperantes en el contexto actual. Sin esa denuncia nuestra celebración sería estéril, parcial, apolítica y ahistórica.
Cierro con las palabras siempre vigentes de Ernesto Che Guevara: “... que la Universidad se pinte de negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos sino también entre los profesores. Que se pinte de obrero y de campesino. Pero sobre todo, que se pinte de pueblo. Por que la Universidad no es el patrimonio de nadie, pertenece al pueblo...”.
Muchas Gracias.
Josué Arévalo Villalobos
Presidente
Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica
Ciudad Universitaria Rodrigo Facio,
Sábado 26 de agosto de 2000
Muy bueno Josue!!
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